Así, la primera hurra va por los hospitales barrio adentro que, cobijados por el programa Misión Barrio Adentro, ofrecen servicios de salud a poblaciones a donde jamás había llegado la medicina convencional. Indudablemente, un modelo que debiera imitarse en todos los países tercermundistas.
El año 2007, con motivo de participar como jurado en la III Edición del Premio Internacional de Ensayo Mariano Picón Salas, tuve la oportunidad de conocer Misión Barrio Adentro y a decir verdad, me provocó asombro y envidia (de la buena), y por qué no decirlo, tristeza por no tenerla en nuestra patria.
Barrio Adentro I está constituido por consultorios populares, consulta y clínica odontológicas y ópticas populares. Barrio Adentro II va desde centros de diagnóstico hasta hospitales de alta tecnología pasando por la rehabilitación integral. Barrio Adentro III engloba clínicas populares y hospitales y Barrio Adentro IV, centros de investigación científica.
Conste, esta descripción es somera e incompleta. Reseñar cada componente nos tomaría muchas horas y cientos de páginas, pero, vale la pena argumentar que este modelo ha permitido la consecución de mejor calidad de vida para aquellos segmentos de la población venezolana que atávicamente fueron olvidados y postergados.
La segunda hurra es por el apoyo ilimitado que don Hugo Chávez Frías dio al afianzamiento de la integración latinoamericana a partir de la búsqueda de raíces históricas y sociales, análisis de realidades presentes y propósitos a largo plazo. Para ello, sabiendo que no podía retroceder el tiempo pero sí animar una nueva época, dio el soporte necesario a fundaciones, universidades, institutos, etc. que, bajo la égida de la República Bolivariana de Venezuela, fomentaron —y fomentan— el pensamiento crítico para entender los problemas de nuestro tiempo y, en no menor grado, promueven la emancipación política, económica y social de América Latina y El Caribe. Un ejemplo de ello es el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos. Dicha fundación, bajo la dirección de Roberto Hernández Montoya, constituye un faro orientador y se ha convertido en una institución cuasi imprescindible para una verdadera, segura y categórica independencia intelectual.
Hemos de recordar que, en el contexto ideológico y político, lo que hemos tenido hasta el día de hoy (en Guatemala y otros países de L.A.) son caricaturas de emancipaciones. Para muestra la nuestra: Don Gavino Gaínza saltando de un lado para otro (como nuestros actuales diputados) y en el entretanto, perdiendo territorio y hegemonía.
Y ojo que el CELARG cobija a ideólogos y pensadores de todo el espectro político latinoamericano. Desde relevantes personalidades como doña María Josefina Tejera, Licenciada en Letras UCV. Maestría en Artes, Harvard University. Diploma de l’École Pratique de Hautes Études, otorgado por Roland Barthes, París, Sorbone. Doctorado en Letras UCV, y de pensamiento no precisamente socialista, hasta académicas/os no menos notables (de ideología diferente) tal el caso de Mirla Alcibiades y Carmen L. Bohórquez. No digamos de José Manuel Briceño Guerrero, Ana María Hernández Guerra, Maritza Jiménez y el mismo Roberto Hernández Montoya entre otras y otros valiosos.
La tercera va por todo el soporte que don Hugo Chávez Frías ha dado a Latinoamérica en materia de salud y academia. Más allá del discurso, en Alta Verapaz lo hemos sentido concreto, real y tangible. Lo dicen aquellos pacientes que sin opción alguna en nuestro medio para tratarse enfermedades de la vista, ahora ven tan claro como el personaje de Compañero César una de las canciones emblema de los Hermanos Mejía Godoy: «Y puso en los ojos del indio un par de luceros para ver mejor». (Fragmento).
Dicho sea, el concepto del indio en la Canción Protesta no constituye racismo ni discriminación sino contexto. El ayer y hoy con toda su crueldad cebada en los grupos sociolingüísticos devenidos de nuestras grandes civilizaciones: Nahua, maya y quechua (sin dejar de lado a los grupos aymara y kuna).
Y, ¿qué decir de los jóvenes de Alta Verapaz que han sido becados para estudiar ingeniería petrolera en Venezuela? Hasta a los padres se llevan en tiempo de vacaciones para que las/los estudiantes no se distraigan en su quehacer de pregrado. Ah, y algo muy interesante: No son bombardeados con cargas ideológicas como en otros países. Respetan sus creencias, su filiación política y su religión.
Por ello, estas tres hurras nada tienen qué ver con los sesgos ideológicos. Son atinentes a situaciones reales y hechos palpables que cuando menos, en Alta Verapaz, nos están beneficiando inconmensurablemente. Y conste, en dichos proyectos no piden porcentaje, ni mordida, ni filiación política, ni que los jóvenes y pacientes favorecidos se arrastren vilmente ante un diputado o un politiquero.
Descanse en paz don Hugo Chávez Frías.
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