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Sistema de salud egipcio en crisis general

Un legado de negligencia administrativa y financiamiento insuficiente ha dejado a los hospitales públicos sin equipos ni suministros médicos.
Los trabajadores de la salud se quejan de los bajos salarios, y la calidad de la atención se deteriora.
Médicos protestan en las calles exigiendo mayor inversión estatal en el sector de la salud.  Crédito: Cam McGrath/IPS
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Sistema de salud egipcio en crisis general

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Hospitalizado por el deterioro de su función renal, Eman El-Behery necesita tres medicamentos que le ayudan a controlar la diabetes. Pero en Egipto no es fácil adquirirlos.

Por Cam McGrath

Su hija de 16 años, Rehman, pudo encontrar dos de las medicinas en la farmacia enfrente al hospital, pero luego de horas de búsqueda no pudo hallar la tercera, que dilata los vasos sanguíneos en los riñones y previene daños. 

Muchos hospitales en este país del norte de África se han quedado sin suministros, y los propios pacientes se ven obligados recorrer clínicas privadas y farmacias para adquirir elementos básicos como insulina, anticoagulantes, agujas hipodérmicas y guantes de nitrilo que necesitan los médicos para tratarlos. 

Pero ni siquiera en esos lugares tienen garantía de obtenerlos. 

"El hospital al que voy solo tiene un pequeño stock de los medicamentos más básicos. Así que, por lo general, la enfermera te da una lista y tienes que ir a comprarlos por tu cuenta", dijo El-Behery, quien se pudo recuperar. 

"Y si el medicamento que necesitas no está disponible en Egipto, tienes que encontrar a alguien que te lo traiga de Europa, lo cual es muy caro", añadió. 

Un legado de negligencia administrativa y financiamiento insuficiente ha dejado a los hospitales públicos sin equipos ni suministros médicos. Los trabajadores de la salud se quejan de los bajos salarios, y la calidad de la atención se deteriora.  

Mohammad Abdel Ghaffar, exgerente del Hospital Escuela Ahmed Maher, dijo que muchos de los sanatorios más concurridos del país sufren de escasez de equipos básicos, como incubadoras y máquinas de diálisis y de resonancia magnética. 

Lo que hay disponible por lo general es anticuado y está roto. Además, la escasez nacional de unidades de cuidados intensivos hace que las ambulancias tengan que recorrer largas distancias para hallar una sala de emergencia adecuadamente equipada, señaló Ghaffar. 

"Si estás dando vueltas tres o cuatro horas en busca de una cama en un hospital, pierdes minutos vitales para salvar a un paciente", indicó. Los enfermos "pueden morir antes de llegar al hospital". 

Los problemas se agravan fuera de la capital. Los anteriores gobiernos destinaron la mayor parte de los fondos y el mejor personal a hospitales de las ciudades grandes, a expensas de clínicas más pequeñas en el resto del territorio. 

"Todos los elementos del sistema de salud egipcio están completamente deformados", afirmó el secretario general del Sindicato Médico de El Cairo, Ahmad Bakr. 

"La infraestructura está sobrecargada, la corrupción es omnipresente y muchos médicos no están calificados. Las condiciones de higiene son malas incluso en los hospitales más prestigiosos", añadió. 

 El nuevo gobierno, a cargo de la Hermandad Musulmana, afronta la difícil tarea de recuperar el sistema de salud con los escasos recursos de la administración pública. 

 Una cuarta parte de los 83 millones de egipcios viven por debajo de la línea de pobreza, y más de 40 por ciento no tienen cobertura médica, en parte debido al complejo y defectuoso régimen estatal de seguro de salud. 

El gobierno destinó el año pasado 4.000 millones de dólares, esto es, 4,8 por ciento del presupuesto nacional, al sector de la salud. 

El gasto en salud por habitante, incluyendo al sector privado, fue de 123 dólares en 2010, un nivel bajo incluso entre los países pobres del Sur en desarrollo. 

Bakr sostuvo que la situación de los 1.500 hospitales y clínicas estatales de Egipto refleja una "cultura de negligencia y bajos estándares" esperable de funcionarios que reciben magros salarios y están mal capacitados, trabajando en hospitales superpoblados e instalaciones con carencia de fondos. Esa combinación puede ser fatal para los pacientes. 

"Muchos pacientes mueren de enfermedades que pueden ser fácilmente tratadas si se detectan a tiempo", dijo Bakr. 

"La higiene es un grave problema. Un gran porcentaje de los trabajadores de la salud no cumplen con los estándares necesarios. Son extremadamente altas las tasas de infección en los hospitales, sobre todo de hepatitis C", añadió. 

Los pobres son los que corren más riesgos, ya que los egipcios ricos pueden darse el lujo de pagar salud privada o viajar al exterior para recibir tratamiento. 

"Nadie que puede pagar va a un hospital público", indicó Mona Safwat, trabajadora social que ayuda a familias de bajos ingresos a obtener atención médica. "Puede apostar que todos los funcionarios del Ministerio de Salud van a Europa a recibir sus vacunas contra la gripe", dijo. 

 Pero no solo los pacientes recurren al exterior. Los bajos salarios y las malas condiciones laborales hacen que los médicos y trabajadores de la salud más talentosos busquen empleo en Occidente o en los ricos países petroleros del Golfo. Los menos competentes se quedan en Egipto. 

"Los médicos de los hospitales públicos no pueden vivir con los sueldos que reciben", se quejó un ortopedista que se reconoció "privilegiado" por ganar 720 libras egipcias (118 dólares) al mes, incluyendo incentivos. 

 "¿Cómo se puede mantener el talento cuando hay médicos con más de 15 años de experiencia ganando menos que la mayoría de los mozos de las casas de té?", preguntó. 

Miles de profesionales de hospitales públicos de todo Egipto realizan manifestaciones y huelgas desde el levantamiento popular que el año pasado acabó con el régimen de Hosni Mubarak (1981-2011). 

 Las protestas se dirigen contra la "negligencia sistémica" y exigen nuevos equipos, mejor seguridad en los hospitales y un aumento del salario base para los nuevos practicantes, que hoy ganan 200 libras egipcias (33 dólares) al mes. 

 Pero la demanda médica clave es que el gobierno aumente la partida presupuestaria a la salud de 4,8 por ciento a 15 por ciento. Si bien ese incremento no solucionaría todos los males del sistema, señalan, al menos permitiría tratar sus principales síntomas. 

 

 *El anterior es reproducido con la autorización de IPS Inter Press Service

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