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Simples mortales. Eso es lo que somos.

No necesitamos de la promesa de un paraíso eterno post-mortem para ser buenos con nuestros semejantes. Solo basta con desear vivir en una sociedad más armoniosa, y procurar la paz tanto para nosotros mismos como para los demás.
Tipo de Nota: 
Opinión

Simples mortales. Eso es lo que somos.

15 de Julio de 2012
Palabras clave

De niña me enseñaron que las personas existimos en dos dimensiones: la física y la espiritual. La existencia física se manifiesta en el cuerpo, y la espiritual se manifiesta en el alma, espíritu o como quieran llamarle. También me dijeron que ni mi cuerpo ni mi alma me pertenecían, y que pertenecían a dios (ya que él las había creado), que al mismo tiempo me había dado la potestad de hacer con mi cuerpo y con mi vida lo que yo quisiera—libre albedrío que le dicen.

En fin, mi cuerpo perecería al momento de morir, y mi alma seguiría existiendo hasta la eternidad en el cielo o en el infierno, dependiendo de cómo me hubiera comportado durante el tiempo en que me había sido prestado el cuerpo. Y bueno, prácticamente me dijeron que mi alma era inmortal.

No había ningún ‘mediador’ o ‘conector’ entre el cuerpo y el alma. Ninguna chispa, ningún switch, ningún órgano, ningún proceso biológico, nada. Sencillamente, cuerpo y alma eran dos cosas distintas y ...

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