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Ríos Montt, “el comunista”

El sondeo que hicieron los estadounidenses, entre ministros e incluso el presidente del Congreso, Mario Sandoval, el anticomunista por antonomasia, del Movimiento de Liberación Nacional, revelaba que todos estaban satisfechos con el nombramiento de Ríos.
La embajada no veía con malos ojos al ahora ex presidente de facto y ex diputado que actualmente es juzgado por genocidio. El cable considera que de ganar Ríos en 1974, su gobierno giraría el timón hacia la izquierda, pero no realizaría acciones que pusieran en peligro los “intereses vitales” de Estados Unidos.
José Efraín Ríos Montt con Harris Whitbeck. Fotografía de Jean-Marie Simon
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Ríos Montt, “el comunista”

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Guatemala, 1973. Empiezan a moverse las piezas para el jaque de las elecciones. Sale a la cancha, sorpresivamente, un joven general: Efraín Ríos Montt. Al “candidato de izquierda moderada”, como lo clasifican en la embajada, el alcalde de izquierda Manuel Colom Argueta le da la bendición, el gobierno de derecha le da su visto bueno como un inofensivo candidato, y Lucas García lo etiqueta con dos adjetivos que luego tomarían su propio rumbo.

Era oficial, la embajada lo reporta en el telegrama electrónico 1973GUATEM04625_b  , el 21 de septiembre de 1973: “Los demócrata cristianos nombran como candidato presidencial al general Ríos Montt”. Los vaticinios de los oficiales consulares se cumplían, Ríos Montt se presentaba como candidato de la oposición respaldado por “la izquierda democrática”.

El cable revela que los personeros estadounidenses se reunieron con el líder fundador de la Democracia Cristiana René de León Schlotter y con el alcalde Manuel Colom Argueta. De León confirmó su apoyo a la candidatura de Ríos y se asegura que éste tiene el apoyo del FURD (Frente Unido Revolucionario Democrático) y de una serie de grupos “disidentes”, incluidos lo que apoyaban a Alberto Fuentes Mohr.

El sondeo que hicieron los estadounidenses, entre ministros e incluso el presidente del Congreso, Mario Sandoval, el anticomunista por antonomasia, del Movimiento de Liberación Nacional, revelaba que todos estaban satisfechos con el nombramiento de Ríos. La lectura de la embajada era que el general no representaba una verdadera amenaza para el candidato oficial –a diferencia de si hubieran elegido a Enrique Peralta Azurdia-.

En el mismo cable la embajada considera a Ríos Montt como “un carismático orador” y lo califican como un “formidable candidato”, aunque “no tan fuerte como Peralta”, que tenía la capacidad de atraer a los votos del centro, asunto que Ríos no lograría. “Ríos tiene la reputación de ser uno de los oficiales más capaces del ejército, quien es al mismo tiempo centro izquierda en su filosofía política”, resume el cable.

Los funcionarios estadounidenses no se atreven a especular sobre el respaldo que podría tener Ríos Montt con miembros del ejército. “Ríos no es popular entre sus pares”, de hecho, afirman “una de las razones para su salida de la jefatura del ejército fue la enemistad surgida entre comandantes militares por su forma de ser excesivamente disciplinadora”.

En el cable 1973GUATEM04905_b del 10 de octubre de 1973, se confirman las predicciones de la embajada, Colom Argueta hizo público su apoyo a Ríos Montt, mientras que el líder “disidente” Fuentes Mohr firmó un documento en que aseguraba su apoyo al nuevo candidato.

Los oficialistas estaban conformes con Ríos (“Es mucho mejor que Peralta, y con esto quieren decir “es mucho menos peligroso”, según los estadounidenses), les era un candidato cómodo, aunque más tarde empezarían a demostrar preocupación por un Ríos más popular. La izquierda y el centro izquierda apoyaban la decisión.

La embajada no veía con malos ojos al ahora ex presidente de facto y ex diputado que actualmente es juzgado por genocidio. El cable considera que de ganar Ríos en 1974, su gobierno giraría el timón hacia la izquierda, pero no realizaría acciones que pusieran en peligro los “intereses vitales” de Estados Unidos. Aquel candidato de izquierdas que luego perdería las elecciones ante Kjell Laugerud –con fuertes indicios de fraude-, luego daría un giro bastante contrario al sospechado por Estados Unidos. 20 años después afirmaba, al ser acusado por los crímenes por los que hoy se le juzga, que durante su gobierno de facto (23 de marzo de 1982 al 8 de agosto de 1983), que él sólo hizo valer los “estrictos valores morales y espirituales” y calificó las acusaciones como “pura propaganda del comunismo derrotado”.

Y, justamente, en aquel 1973, se llegó a calificar a Ríos Montt de comunista. En los cables sólo se menciona a una persona muy a disgusto con la candidatura de Ríos Montt. El ministro de Defensa, Romeo Lucas García  -derrocado por Ríos en 1982-, quien, según la embajada, detesta fuertemente al general Ríos y le clava dos rotundos adjetivos: “Comunista hijo de puta”.

 

*Plaza Pública es parte del grupo de 17 medios de todo el mundo que participan de la investigación sobre “Los cables de Kissinger”. WikiLeaks ha obtenido más de 1.7 millones de documentos de la diplomacia estadounidense entre 1973 y 1976 –no desclasificados o desclasificados– que aportan luces sobre el pasado. Presentamos algunos de los descubrimientos e invitamos a nuestros lectores a encontrar más historias y a utilizar este archivo público.

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