En esta columna pretendo enfocarme en el sistema de salud y en las preguntas que debiéramos plantear a cada candidata o candidato al respecto.
Por supuesto, el ejercicio de criticar el precario sistema de salud pasa por entender que semejante tarea no puede ser resuelta en cuatro años y que es necesario trascender los ofrecimientos, muchas veces incumplidos, de nuevos hospitales o centros de salud.
En materia de salud, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo sitúa ...
En esta columna pretendo enfocarme en el sistema de salud y en las preguntas que debiéramos plantear a cada candidata o candidato al respecto.
Por supuesto, el ejercicio de criticar el precario sistema de salud pasa por entender que semejante tarea no puede ser resuelta en cuatro años y que es necesario trascender los ofrecimientos, muchas veces incumplidos, de nuevos hospitales o centros de salud.
En materia de salud, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo sitúa a Guatemala en el lugar 125 a nivel mundial. El Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud muestran que los índices de desnutrición crónica y de mortalidad materno-infantil son de los más altos en la región. Y si lo anterior no le sorprende, tengamos en cuenta que el 48% de la población no tiene acceso ni siquiera al precario sistema de salud existente[1], considerando al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) y al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) en forma combinada.
Lo anterior debe observarse, entonces, en el contexto de un sistema de acumulación neoliberal, que concibe la salud de las personas como una mercancía y en el cual la salud es para quien puede pagarla, y no para quien la necesita, aunque estemos hablando de cuestiones básicas como la salud materno-infantil. Dicho en otras palabras, el sistema de salud, en medio de su precariedad, está siendo privatizado, y la tendencia actual es a aumentar las contrataciones y los negocios en detrimento de la gente más pobre. Finalmente, agreguemos los niveles de corrupción más altos de la historia y tenemos el desastre servido. De esa cuenta, ya no es noticia que los dos grandes hospitales del país colapsen con regularidad.
En atención a lo anterior, las 10 preguntas que propongo para candidatas y candidatos son las siguientes. ¿Cuáles agregaría usted?
- ¿De qué manera ampliará la cobertura del sistema de salud durante su mandato y en qué porcentaje ampliará el presupuesto del ministerio para su funcionamiento y para inversión?
- ¿Cómo piensa garantizar que las compras de medicamentos y otros insumos sean transparentes y que exista acceso real para la auditoría social?
- Solo en el MSPAS trabajan alrededor de 50 000 personas, y los sindicatos salubristas se oponen a una nueva ley de servicio civil porque temen que se cercenen derechos adquiridos. ¿Qué le propone usted al personal salubrista para que se acoja a una nueva ley de servicio civil? ¿Y cómo garantizará que no se pierdan derechos adquiridos?
- ¿Qué medidas tomará para que el Estado pague su deuda al IGSS y en qué plazo piensa cumplir esa tarea?
- ¿Cómo apoyaría usted una reforma del IGSS que permita ampliar la cobertura, además de la cotización individual y voluntaria?
- En el primer año de gobierno, ¿qué resultados espera alcanzar con relación a la mortalidad materno-infantil? ¿Puede ofrecer una cifra esperada?
- ¿Dónde concentrará la inversión en nueva infraestructura hospitalaria?
- Los servicios contratados externamente han resultado en actos de corrupción y terminan siendo onerosos para el Estado. ¿En qué áreas se priorizará la inversión para frenar la privatización de los servicios de salud?
- Existen fármacos para prevenir el VIH mucho más efectivos que el uso del condón. ¿Brindaría acceso gratuito a esos fármacos a grupos en riesgo como las sexoservidoras y los hombres que tienen sexo con hombres (HSH)?
- Son estudiantes de Medicina quienes sostienen el funcionamiento de los principales hospitales y centros de salud. Sin embargo, al graduarse, la oferta laboral para esas personas es precaria y limitada. ¿Cuántas médicas y cuántos médicos contratará durante su administración?
Como siempre, hay muchas otras preguntas. Plantee usted las suyas y tratemos de que el discurso no se limite a ofrecer medicinas y más edificios. Es indispensable posicionarse respecto a la privatización de los servicios de salud, que tanto daño ha hecho al precario sistema existente.
[1] Becerril-Montekio, V. y López-Dávila, L. (2011). Sistema de salud en Guatemala.
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