En clases de relaciones públicas
Estudiantes de tercer año de Comunicación Social de la UCA. Esa tarde llegamos a la clase quince minutos antes que el profesor Cuenco, quien nos enseñó a preguntarnos por las ventajas y las desventajas ante el fracaso o el éxito.
Preparamos nuestro portafolio, practicamos las preguntas y las respuestas, repasamos las ideas fuerza y, tras limpiar nuestros zapatos y secar el sudor de nuestra frente, esperamos con ansiosa paciencia a que empezara la sesión. Esos días en Managua, Nicaragua, el calor era el peor enemigo para todo estudiante con ropa formal.
Pasaron Paty y Alana. Fue el turno de Miztle y le seguí yo. El profesor, tras reproducir la grabación del ejercicio realizado, ofrecía recomendaciones para mejorar nuestro dominio frente a cámaras y nuestra expresión corporal. Y preguntó: «¿Quién quiere repetir el ejercicio?». El primero en levantar la mano fue Miztle Mejía.
¿Son los jóvenes nuestro futuro?
Recuerdo los cientos de veces que han dicho: «Los jóvenes son el futuro de un país». En todas y en cada una de estas ocasiones, el tinte político e interesado ha bordeado el pregón iluso de analizar a la juventud, hablar de su crecimiento, sugerir qué deben hacer para triunfar e incluso atreverse a elaborar proyectos que aseguren su éxito en la vida. El detalle que parecen omitir siempre es recordar que los jóvenes pueden decir qué desean, qué piensan y qué futuro quieren.
¿No te da la sensación de que crecemos con miedos impuestos por aquellos personajes engavetados y cuadrados que siempre encuentran un pero ante todo proyecto novedoso?
Lo triste es que nuestros jóvenes aceptan con pasividad admirable los argumentos infantiles de ¡prohibido caminar sin la ayuda de un adulto!
#ComunicaTusIdeas
Nuestros jóvenes necesitan que alguien les recuerde que una puerta cerrada puede transformarse en posibilidad de levantar la vista y ver las ventanas abiertas, que detrás de un no existen cientos de oportunidades con un sí, que es posible vencer ese pesimismo brutal y desconfiado hacia los jóvenes profesionales que en ocasiones son forzados a perder la batalla antes de iniciarla.
Miztle levanta la mano nuevamente y hoy, por medio de su proyecto Comunica tus ideas, quiere precisamente motivar a los jóvenes a que se atrevan a soñar, a que expresen sus ideas y a que formulen con ayuda de otros un proyecto de vida.
Comunica tus ideas nació para recordarles a los jóvenes que son el presente, el aquí y el ahora, y que en su juventud radica el tesoro más preciado de nuestro país.
Miztle, de 26 años, quien viene innovando y emprendiendo desde hace tiempo, está generando un cambio positivo en la forma de pensar de muchos estudiantes universitarios. Esto es posible porque, con su testimonio de vida personal y profesional, transmite a otros jóvenes que las dificultades pueden ser superadas y que los errores y los fracasos son bienvenidos cuando se quiere aprender de ellos.
De esa manera, te invito a conocer y apoyar este proyecto para que seas uno de tantos ejemplos de jóvenes centroamericanos que tienen sueños y están luchando por realizarlos. Ser joven emprendedor no está prohibido. Solo hay que dar el primer paso: atreverte a comunicar tus ideas.
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