Sin embargo, al gremio magisterial se le olvidó manifestar su desacuerdo con los privilegios fiscales que promueve el gobierno de Otto Pérez Molina. Tan solo para recordar: 1) dos amnistías fiscales, 2) ley de promoción de inversiones y empleo (iniciativa 4644) y 3) ley de creación de fundaciones para el fomento, la financiación y el seguimiento del deporte de alto rendimiento (iniciativa 4538).
También, muy particularmente, al dirigente magisterial Joviel Acevedo se le olvida quién tiene el poder en la negociación de su pacto colectivo, el ciudadano que paga impuestos. Y es en ese sentido, señor Acevedo, que usted no debe oponerse a que la ciudadanía fiscalice los 180 días de clase, puesto que ya pagamos un oneroso pacto colectivo. Porque, si bien los sueldos de los maestros deben ser mejorados, estos deben estar atados a resultados; y el pacto colectivo, a resultados de la profesionalización docente.
Para ser más claro: la ciudadanía tiene todo el derecho de exigirles a los maestros resultados en términos de cobertura, eficiencia y calidad educativa, puesto que está pagando su pacto colectivo.
En el ámbito de la gerencia educativa, la ministra de Educación ha centrado sus esfuerzos en la distribución de libros y en el apoyo de la campaña electoral al presentar la iniciativa de mochilas con color partidario. ¿Qué? ¿Acaso no es más apremiante comprar una adecuada refacción escolar en vez de mochilas? Y es que en Guatemala la refacción escolar es de aproximadamente Q1.42 diarios. ¿Qué puede usted comprar con esa cantidad, estimado lector? Para poner ejemplos: un estudio realizado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) evidencia que en Centroamérica la alimentación escolar representa el 32% de los requerimientos calóricos diarios, mientras que en Guatemala, apenas el 22%. Caso aparte, Bolivia, donde representa un 41%.
Sin duda, hace falta recordarle a la ministra qué es lo que más necesitan las niñas, los niños y los adolescentes en la escuela. Si bien la infraestructura puede resultar apremiante en algunos casos sin que previamente se mejore la formación docente, solamente se estarían construyendo o remozando edificios nuevos para escuelas viejas. Viejas porque seguiría el mismo docente sin preparación ni útiles y con alumnos hambrientos. Pero, claro, ¡con mochilas!
De lo más triste e indignante son las metas que se propone el equipo gerencial del Ministerio de Educación (Mineduc) para 2015. En el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), amparados en la Ley de Acceso a la Información, solicitamos el número de alumnos matriculados en 2014 y lo confrontamos contra las metas de matriculación expresadas en el proyecto de presupuesto 2015 con la finalidad de conocer los incrementos en la matrícula.
Aquí los resultados:
En el nivel preprimario, la ministra se propone para 2015 matricular 1 662 alumnos más que en 2014. Sí. Aunque no lo crea, esas son sus metas a pesar de que las niñas y los niños de ese nivel que no están estudiando suman más de 400 000.
En el nivel primario se propone matricular, en 2015, 986 alumnos más que en 2014, cuando para ese nivel educativo hay fuera de escuela más de 300 000.
Repito: cifras del Mineduc.
Por lo visto, en 2015 nuestros niños y adolescentes seguirán teniendo más de lo mismo: acciones desorientadas y opuestas de parte tanto del dirigente magisterial como de la ministra de Educación. Ojalá trabajaran en conjunto por la niñez guatemalteca. Ahí sí seguro que se lograría atraer inversión extranjera directa.
Mientras tanto, a ritmo de cangrejo es que Guatemala está adelante en educación.
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