El ministro de Finanzas “sorprendió” a algunos cuando anunció la intención de solicitarle al Congreso Q 4,000 millones más de bonos. Por lo menos este ministro ha sido transparente en algo: ha reconocido que las finanzas públicas están atravesando una crisis muy grave, en la cual los ingresos efectivamente captados y la deuda pública no alcanzan para cubrir los gastos presupuestados.
En el caso de los impuestos, la recaudación sí está creciendo respecto a lo captado el año anterior (los impuestos directos han crecido 9.3% y los indirectos 2.5%), por lo que el problema no es por la reforma tributaria: la recaudación del ISR, el principal componente de la reforma, está creciendo más aceleradamente que la economía. El problema es la debacle que este gobierno ha provocado en la SAT: con una administración tributaria en estado de calamidad, ninguna reforma tributaria puede funcionar bien. Se estima que la SAT incumplirá su meta de recaudación de 2014 en alrededor de Q 2,900 millones.
Debido a que el Congreso no aprobó el proyecto de presupuesto para 2014, en este año se está ejecutando el presupuesto de 2013, el cual contemplaba más de Q 7,300 millones en desembolsos de préstamos. Estos préstamos estaban previstos para 2013, pero para este 2014, en un escenario optimista, el gobierno cuenta con desembolsos por alrededor de Q 4,000 millones, por lo cual, adicional al incumplimiento de la meta de recaudación de impuestos, el gobierno enfrenta otro faltante de alrededor de Q 3,300 millones, esta vez en desembolsos de préstamos. Con un faltante adicional de alrededor de Q 700 millones en donaciones corrientes, el agujero fiscal en 2014 es de Q 6,900 millones. Un agujero en el financiamiento del gasto público de casi el 10% de las asignaciones de gasto vigentes. ¡Vaya aprieto!
Con esta aritmética de faltantes fiscales, queda clara la desesperación del Ministro de tratar de tapar el agujero de Q 6,900 millones con, por lo menos, Q 4,000 millones más de deuda bonificada (ojo, que ni eso le alcanza). Pero además, queda claro el desorden con el que se han manejado las finanzas públicas en esta administración.
Por si no fuese suficiente como para alarmarse e indignarse, justamente cuando esta danza de agujeros fiscales y gasto desfinanciado en 2014 está en su clímax, resulta que hay que preparar el presupuesto de 2015. ¿Se están discutiendo correctivos o prolongar este aquelarre fiscal? ¿Tenemos la esperanza que, aunque sea al final del desastre que este gobierno ha significado para las finanzas públicas, por fin podamos ver un dejo de responsabilidad o madurez en lo financiero?
No, para nada. Al contrario, se cabalga a toda velocidad precisamente en la dirección contraria. Del Ejecutivo han emanado órdenes para la bancada oficial, para intentar que este jueves 28 de agosto se apruebe la dichosa “ley de promoción de inversiones y empleo”, adefesio legislativo que significará un agujero adicional de por lo menos Q 1,300 millones. El colmo, con una mano el Ejecutivo nos endeuda para cerrar agujeros fiscales cada vez más grandes, y con otra, con el pretexto de las inversiones y el empleo, abre más agujeros.
Bueno, no se podía esperar otra cosa de un gobierno, que en su propio lenguaje, lo que menos tiene es “carácter” para hacer lo correcto. ¿Por qué no le dicen NO de una vez a esa ley de promoción de inversiones y empleo y tratan de enmendar el desastre que han causado?
PS: Apoye la campaña #desecharlainiciativa4644
Más de este autor