Por ejemplo, el uso del tabaco es más peligroso para la salud de los individuos que el uso correcto de la marihuana, sobre todo para fines medicinales. Hasta el famoso científico y astrónomo Carl Segan admitió que la experiencia del cannabis le ayudaba a apreciar las artes plásticas y a discernir mejor armonías musicales.
De todos es conocido que el día de hoy inicia oficialmente el Cuadragésimo Tercer Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Antigua Guatemala, donde a partir de mañana se tratará de adoptar una declaración conjunta sobre una nueva política frente al problema de las drogas en el Hemisferio. A juzgar por el reciente análisis del problema y los escenarios que los delegados de la OEA estarán revisando en los próximos días, la apuesta de Guatemala hace poco más de un año, de ventilar en público otras alternativas para enfrentar la violencia relacionada con las drogas y su continuo flujo en la región, se está concretizando.
Dado que se trata de una asamblea de cancilleres, el Secretario de Estado estadounidense John Kerry también hará acto de presencia y seguramente prestará atención a lo que los países de su patio -no trasero, sino de trasiego- tienen que agregar al respecto. El relato de algunos de los escenarios no le es completamente ajeno pues dos estados de la unión, Washington y Colorado, recientemente votaron en las urnas a favor de la legalización de la marihuana.
Ahora bien, ¿cuál es la percepción de la legalización de la marihuana en los Estados Unidos, principal consumidor de esta droga?
La percepción de los estadounidenses con relación al tema es positiva y ha cambiado drásticamente en la última década. El estudio del Brookings La nueva política de la legalización de la marihuana y por qué la opinión está cambiando, indica que la proporción de estadounidenses que juzgan su uso como “inmoral” ha decrecido de 50 a 32 por ciento en menos de siete años. Al igual, un poco más de la mayoría es proclive a su legalización.
Como es de suponer, la opinión del público estadounidense varía según identificación partidaria, edad y género. Si bien los Demócratas se inclinan más hacia la legalización que los Republicanos, la opinión sobre la aplicación de la ley es muy similar: 67 por ciento de Republicanos y 71por ciento de Demócratas creen que es costoso. Ahora bien, la división es más latente entre los jóvenes y los mayores de 65 años, así como entre hombres y mujeres. De tal cuenta que las mujeres Demócratas tienden a acercarse a la posición conservadora Republicana y a oponerse más que los hombres, sobre todo aquellas que son madres. La interacción entre género y edad hace que las mujeres de la tercera edad sean las más férreas oponentes a la legalización.
A pesar de esta tendencia positiva hacia la legalización, anclada en cambios generacionales y culturales, los responsables del estudio también indican que no se puede predecir si esta propensión seguirá su curso ascendente como lo ha sido en la última década puesto que existe ambigüedad sobre los efectos de un eventual cambio normativo. Los factores que con el tiempo decidirán el futuro de una legalización efectiva del cáñamo residen en que éste sea visto y promovido como un producto benéfico; que la reciente legalización en varios Estados sea percibido como positivo y no dañino para el conjunto de la población, y que los experimentos con la legalización, despenalización y el uso de marihuana para uso medicinal sean considerados exitosos.
Al finalizar la Asamblea de la OEA y como parte de ese diálogo público que se inaugura, sería interesante conocer la opinión de los guatemaltecos con relación a la legalización de esta droga; sondear si el tema es pertinente; si pesan más los juicios “morales” o si afloran opiniones de fondo que tienen que ver con la capacidad institucional para implementar políticas alternativas de manera integral.
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