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“No podemos salirnos de la zona en la que ya quitamos territorio a los delincuentes”

“Lo que pasa es que la fuerza de tarea tiene una misión bien clara y específica para tener una incidencia en una zona determinada. El problema es en el actual despliegue policial a nivel de estaciones y subestanciones, donde muchos policías se acomodan.”
“Nosotros conocemos los nombres de los ranfleros de las clicas en diferentes lugares… Tenemos el mapa de pandillas del Barrio 18 y la Mara Salvatrucha 13 en todo el país; pero la capacidad humana para poder cubrirlo todo no la tenemos todavía. Y ese es el gran reto.”
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“No podemos salirnos de la zona en la que ya quitamos territorio a los delincuentes”

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Las fuerzas de tarea territoriales se mantendrán hasta que la policía pueda asumir el control del área donde están instaladas. Todo, dice el ministro, es parte de un esquema de seguridad pública que incluye más investigación, apoyada en recursos tecnológicos; una reestructuración del despliegue policial; y un esquema de prevención que se basa en la alerta temprana y la denuncia ciudadana. Un plan, dice, que dará resultados a mediano plazo. Muy lejos de los resultados inmediatos que prometió el Gobierno del presidente Otto Pérez Molina.

El ministro de Gobernación apuesta a un relevo de las fuerzas de tarea territoriales en la zona 7, 12 y 18 por fuerzas policiales. Es un plan a mediano plazo, un plan que se verá cuando termine su gestión. Así, habla de un nuevo despliegue policial que permita mantener el control de las áreas que denomina recuperadas a las pandillas en la capital. Todo esto dependerá de tener los policías capacitados y con su equipo adecuado, además de que se logre crear en ellos una nueva mentalidad.

Serán entonces cuando podrá sumar a la reacción ante el delito, lo que se ha venido haciendo con las fuerzas de tarea desde que inició su gestión, una mayor capacidad investigativa y un esquema de prevención del delito basado en un sistema de alerta temprana, apoyada en la comunidad, y la denuncia ciudadana. Según dice, éstas combinan el trabajo de inteligencia e investigación, aseguran pruebas que justifiquen solicitar órdenes de captura desde el Ministerio Público (MP) y rompen con la tradicional forma de trabajar de cada quién por su lado.

Mientras tanto, se seguirá trabajando con las fuerzas de tarea, que según él han dado buenos resultados a pesar de la tendencia al alza en homicidios en este año. “Aquí –Policía Nacional Civil (PNC), MP y las diferentes entidades de inteligencia– trabajaba cada quien por su lado”, dice López Bonilla. “En el fondo, lo que estamos peleando son unos valores de trabajo en conjunto que nos lleva a tener procesos institucionales. El más fortalecido de esto va a ser el MP, porque estamos empujándolo. Pero este solo es el resultado de uno de los ejes de trabajo de la estrategia de seguridad pública”, resume.

Las fuerzas de tarea, tanto las temáticas como las dos territoriales, se encuadran en el eje de administración de la crisis, de enfrentamiento directo a la delincuencia común y organizada. Y ahí, según sus propios números, López Bonilla valora su labor de “absolutamente satisfactoria”. ¿Por qué?Uno, porque cuando le caemos a una estructura criminal y la neutralizamos, los sacamos de circulación por completo. Dos, aunque se pueden quedar dos o tres integrantes por ahí, para que ésta se vuelva a reestructurar tiene que pasar un montón de tiempo. Las Fuerzas de Tarea temáticas hacen acopio de todas las capacidades interinstitucionales y multidisciplinarias para impactar en las estructuras criminales.”

¿Y las fuerzas de tarea territoriales?

Son las que empleamos con la participación del ejército para poder tomar el control de territorios que han estado en manos de la delincuencia. Por ejemplo, la zona 18, especialmente los lugares donde hemos estado con la Fuerza de Tarea Maya, vamos hacia un proyecto de colocación de 1,018 cámaras y a la creación de la comisaría distrital.

¿Por qué?

Porque no podemos salirnos de la zona en la que entramos y quitamos territorio a los delincuentes.

En esa zona hay 700 mil personas, el 17% de la población del departamento de Guatemala. Y tiene un poco más de medio millón en las zonas, donde funciona la Fuerza de Tarea Kaminal. Tiene el 35% de población del departamento viviendo en zonas de alto riesgo.

Correcto. Las fuerzas de tarea, tanto las temáticas como las territoriales, son para enfrentarnos al requerimiento diario de la delincuencia, a lo que hemos acumulando. Y esto es solo uno de los ejes del plan estratégico de trabajo del Ministerio de Gobernación (Mingob). Es el eje de administración de crisis.

¿Qué significa eso?

Significa que durante los cuatro años trabajaremos bajo este mismo esquema, porque es lo que día a día nos está requiriendo. Lo segundo, un proceso de transformación y reingeniería de la policía. Mientras atendemos todas las necesidades, con lo que tenemos, trabajamos en la profesionalización, dignificación y depuración de la PNC. Ya con 35 mil policías, ahí va cambiar la cosa. Espero que tengamos 35 mil policías en julio o agosto del próximo año.

Esto es golpear de frente el fenómeno criminal que vemos…

Y al que no vemos, porque el trabajo de inteligencia civil es precisamente la búsqueda de información delincuencial.

¿Las Fuerzas de Tarea Territoriales sólo son una contención momentánea?

Lo primero que hacen es control territorial. El segundo objetivo es ser un factor disuasivo del delito.

¿Disuasión por presencia?

Sí, para que no ocurran actos delictivos en lo que tomamos completamente el control del área. Y tercero, éstas cumplen una función de estabilización del área. Después, lo que viene es el fortalecimiento de la presencia policial.

¿Qué pasará cuando se vayan las fuerzas de tarea territorial de las zonas controladas?

Es que nos quedaremos en la zona con nuestras cámaras, comisarías y un dispositivo de control territorial. Cuando salga la fuerza de tarea con efectivos militares entrará la PNC con una comisaría para poder controlar toda el área.

¿Habla de más policías? No es lo mismo tener 150 efectivos del ejército y agentes policiales por turno, como en la Kaminal de El Mezquital, que tener ocho policías por turno en la subestación de la zona.

No, no, no. Vamos por un nuevo concepto de despliegue territorial. Ahora va a haber una comisaría regional que controlará varios distritos, con aproximadamente 650 policías por turno.

¿Regiones? ¿Distritos?

Va a haber nueve regiones que controlarán 31 distritos en todo el país. En el caso de la ciudad de Guatemala, que hasta ahora era el Distrito Central, la dividiremos en cuatro distritos. Por ejemplo, tendremos un distrito Noroccidental –Mixco, San Juan Sacatepéquez y San Raymundo– y uno Suroccidental, que corresponderá a Villanueva, el distrito más complejo del país porque se entrecruzan vías de comunicación, gran densidad poblacional y tiene uno de los asentamientos más grandes de América Latina, El Alioto.

¿Y se tienen los policías para ello?

No, no tenemos todos los recursos para abarcar el país. Aquí no tuvimos una escuela de formación de oficiales en mucho tiempo, ni se pensó si los 25 mil policías con los que empezó hace 15 años la PNC son los mismos que se necesitan hoy. Hace 15 años no teníamos 14 millones de guatemaltecos y la policía tiene que crecer de acuerdo a la densidad poblacional. Cuando terminemos este año vamos a tener cinco mil agentes más, primero Dios.

Habla de crecimiento en cantidad. ¿Pero de calidad?

De ambas. Naciones Unidas dice que lo ideal son 350 policías por cada 100 mil habitantes. En Guatemala no llegamos a 175. Si cumplimos con la promesa del presidente Otto Pérez Molina de subir de 25 mil a 35 mil agentes, vamos a dejar 250 policías por cada 100 mil habitantes.

Todavía quedamos con 100 por debajo.

Todavía por debajo, pero habremos subido un poco. Y espero que los policías tengan sus armas y sus equipos completos para poder tener un nuevo despliegue. Porque hoy, sin escuela de formación de oficiales y sin el número de policías que necesitamos, también carecíamos de armamento. En los últimos seis años no se pudo comprar ni una pistola. Esperamos tener todo esto y entonces no es qué va pasar cuando salgan las fuerzas de tarea territoriales, porque nosotros llegamos para quedarnos en estas zonas.

Veamos las críticas que se le hacen a las Fuerzas de Tarea territoriales. En estos lugares se han logrado bajar los homicidios, pero estos han aumentado en las zonas aledañas. Al apretar en la zona, la delincuencia se escapa a otro lado. Y si se sigue apretando, puede estallar.

Lo que pasa es que la fuerza de tarea tiene una misión bien clara y específica para tener una incidencia en una zona determinada. Los patrullajes son preventivos porque son disuasivos y con ellos pretendemos que no ocurra algo. El problema es en el actual despliegue policial a nivel de estaciones y subestanciones, donde muchos policías se acomodan. Eso es lo que tratamos de trastocar con el nuevo despliegue de la PNC. Pero en tanto no tengamos más efectivos, no vamos a poder cumplir con todo y por eso es que vamos por partes. La filosofía es responder a una gran demanda en la lucha contra la violencia y el crimen organizado, mientras se logra constituir una institución fuerte que pueda dar después respuestas en el campo. Cuestiones de fondo.

Miremos el caso de El Mezquital. La misma población sabe quiénes son los jefes de las clicas y reconoce que, aunque encarcelen a un ranflero o a un grupo de pandilleros, la pandilla sigue funcionando. ¿Esto va a cambiar con la presencia de más policías?

Nosotros conocemos los nombres de los ranfleros de las clicas en diferentes lugares. Pero actuamos solo cuando obtenemos toda la información precisa para que el MP pueda presentarse ante un juez y obtener una orden de allanamiento. Tenemos el mapa de pandillas del Barrio 18 y la Mara Salvatrucha 13en todo el país; pero la capacidad humana para poder cubrirlo todo no la tenemos todavía. Y ese es el gran reto.

Dentro de este mapa, ¿cómo tipifican a las pandillas?

Como crimen organizado.

Pero dentro de la pandilla hay diferentes niveles de operatividad. Hay jóvenes que…

…La Ley de crimen organizado es clara sobre las caracterizaciones. La asociación ilícita y la conspiración son caracterizaciones de la pandilla. Y éstas están organizadas no para ir a decir misa, sino para llevar a cabo acciones punitivas.

Pero la pandilla se mueve a diferentes niveles. Hay desde sicarios hasta delincuentes juveniles; desde extorsionistas hasta familiares que prestan sus cuentas bancarias porque no tienen más remedio.

Es que su círculo inmediato está formado por relaciones familiares o relaciones sentimentales, o por relaciones que se dan por el hecho de compartir un área específica de territorio. Por eso es que hay todo ese sentido de espíritu de cuerpo metido dentro de ellas.

¿Cómo debe de combatirse una pandilla que ya es parte de la sociedad de la zona en la que vive? ¿Se puede acabar con una clica que es parte de “la comunidad”?

Generando inteligencia. Por ejemplo, la clica que capturamos en la periferia de San José Pinula en marzo pasado era del Barrio 18, de la zona 18, pero por la misma presión territorial, se movieron. Ahí hay un caso típico de lo que dice. El tema es cómo le entramos. Lo que estamos haciendo es recuperar el territorio, defender el territorio y asegurar el territorio. Recuperarlo de las manos del crimen; defenderlo, porque creamos todo un esquema para que no opere la clica ahí; y asegurarlo es crear toda la infraestructura que se necesita para garantizar que operativamente va a desarrollar su trabajo.

Las pandillas son crimen organizado por tipificación legal. Pero no es el mismo tratamiento el que hay que darle a un niño que hace de “bandera” que al que hace de sicario de la pandilla.

Por supuesto. Y en la medida en que capturamos a los capos que están utilizando a los niños y los jovencitos, disminuimos la presión y el peligro que existe sobre ellos.

Un ejemplo: en julio o agosto de 2012 capturaron al ranflero de la SPL en El Éxodo y la clica sigue funcionando y la rueda del sector 11 del preventivo de la zona 18 sigue mandando nuevos jefes. Siempre habrá alguien con “la palabra” y levantando el barrio en la zona. ¿Cómo terminar con eso?

Claro. Ahora, si miramos la proliferación y el punto pico de las pandillas, no seguimos creciendo en el número de mareros. Al contrario, ha bajado el reclutamiento de nuevos pandilleros. Y esto quiere decir que, tarde o temprano y con mayor trabajo de presencia policial, se va a controlar.

¿No habla de medidas eminentemente represiva? Lo pregunto porque todos los planes de seguridad pública desde hace 15 años han sido represivos y la pandilla sigue fu

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