Ir

No oigo, no oigo, soy de palo...

Las políticas de mano dura -es decir, aquellas basadas en el autoritarismo y la militarización-, han fracasado rotundamente en su objetivo. Lejos de disminuir, los índices de violencia homicida aumentan
Tipo de Nota: 
Opinión

No oigo, no oigo, soy de palo...

24 de Enero de 2014
Palabras clave

Dicen las abuelitas que no hay peor sordo que el que no quiere oír. Una sentencia que pinta bien a la costumbre tan arraigada en los políticos chapines, de creer que son perfectos e infalibles. Algo que está muy pero muy lejos de ser real.

De tal suerte que, al mejor estilo de Capulina, el cómico mexicano que hizo pareja con Viruta, el mandatario guatemalteco casi gritó: “no oigo, no oigo, soy de palo, tengo orejas de pescado”, cuando el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), presentó el informe sobre seguridad ciudadana en América Latina.

El reporte, Informe Regional de Desarrollo Humano 2013-2014, Seguridad Ciudadana con rostro humano: diagnóstico y propuestas para América Latina, es un estudio...

Autor



Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad exclusiva del autor. Plaza Pública ofrece este espacio como una contribución al debate inteligente y sosegado de los asuntos que nos afectan como sociedad. La publicación de un artículo no supone que el medio valide una argumentación o una opinión como cierta, ni que ratifique sus premisas de partida, las teorías en las que se apoya, o la verdad de las conclusiones. De acuerdo con la intención de favorecer el debate y el entendimiento de nuestra sociedad, ningún artículo que satisfaga esas especificaciones será descartado por su contenido ideológico. Plaza Pública no acepta columnas que hagan apología de la violencia o discriminen por motivos de raza, sexo o religión
Autor