Me preguntaba irónicamente (al igual que Woody Allen) si entonces, cada vez que oyera a Wagner me darían ganas de invadir Polonia o lo que tuviera en vecindad.
Pero hay que ser ecuánime al momento de juzgar.
Me hacen reír los comentarios de los libertarios guatemaltecos que visitaron Alemania durante el aniversario de los 50 años de la reunificación, aclamando la libertad capitalista. Olvidaron contar el costo económico y la gallardía de la Alemania Occidental para ¨rescatar¨ a la del Este: Pagar más impuestos para construirle mejores condiciones a los que no son como yo. Si esto hubiera sido a la manera del empresariado guatemalteco, les hubiesen ofrecido a los del Este trabajar en la zafra, la maquila o en los call centers con salarios y jornadas de vergüenza mientras la mano invisible nos equipara a todos.
Pero si se escarba más en la historia alemana, durante la II Guerra Mundial hubo sujetos en puestos de decisión del régimen nazi que supieron alzar la voz. Wilhem Franz Canaris, quien fue jefe de Inteligencia de la Kriegsmarine y la Wehrmacht durante el nazismo en Alemania, y el famoso ¨zorro del desierto¨ Erwin Johannes von Rommel (al igual que muchos otros oficiales de origen noble alemán) levantaron la voz para públicamente afirmar que la forma como Alemania peleaba la guerra no era honorable ni caballeresca. Von Rommel debió suicidarse para salvar a su familia, y Canaris apenas salvó el pellejo. Este último ha sido propuesto para recibir el título de Gentil Justo por parte del Estado de Israel.
Aquí mi punto.
De Manuel Baldizón hay poco que decir: Es un empresario, sin pedigree europeo, rodeado de algunas figuras oscuras con intereses por apoderarse de las aduanas, el aeropuerto (entre otros rubros) y con exmilitares como posibles al cargo de Ministro de Gobernación. Nada distinto al empresariado tradicional.
Pero Otto Pérez es un sujeto que ha estado en el marco institucional. Que puntualmente no se le pueda poner en un lugar concreto, con relación a las masacres y que no hay prueba concreta alguna es sí, una dificultad. La dilucidación teórica en torno al concepto del genocidio sistemático es otra dificultad: No es lo mismo los planes de genocidio registrados del régimen nazi que, planes poco elaborados y sin registro claro. Usted puede hablar de genocidio en el caso nazi, o en el caso contra los armenios, pero de genocidio contra los pueblos originales en América durante la Conquista o genocidio contra los pueblos mayas durante el conflicto armado es más complejo. Digo, teóricamente.
Pero la evidencia empírica no miente. Y si no hubo genocidio, sí hubo actos de genocidio como lo expresan claramente los reportes del esclarecimiento histórico. (Por cierto, solo en Guatemala le fue negado el carácter de Comisión de la Verdad Histórica).
Que Pérez Molina afirme: ¨Que alguien me demuestre que hubo genocidio¨ es triste y penoso. Tal vez el elemento de caballerosidad y honorabilidad de otros militares (en otros contextos) deberían hacerle al menos reconocer que hubo excesos y errores. Pero a lo mejor es mucho pedirle a este líder del bergerismo renovado. Seguramente en sus filas también cuestionan que haya pobreza, se duda que los mercados se equivocan y se cree que el sector privado genera
¨buenos empleos¨.
Pero esto no es lo único lamentable. Lo más lamentable es que nada se aprendió del pasado. Luego de tres décadas de vida democrática, en ambas propuestas, (PP y Lider) el puesto de Ministro de Gobernación volverá a estar en manos de exmilitares y con ello se remilitariza el problema de seguridad.
Y todo lo que eso significa.
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