Pacientes deambulando en las condiciones reseñadas por el noticiero BBC implican escenas que debieran llamar a la reflexión de los gobernantes y a la toma de medidas audaces. Más allá de mejorar un flaco presupuesto, replantearse hacia dónde y cómo debe encaminarse el quehacer preventivo y curativo de la salud mental en Guatemala.
Tal declaración no implica algo nuevo si consideramos el desprecio y la burla con que se han tratado los temas éticos en este gobierno. No ha habido compromiso de tipo alguno como no sea con los estamentos del mercantilismo que pavorosamente nos está tragando en medio de cancioncitas dulzonas que anuncian una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo.
La Procuraduría de Derechos Humanos ha sido contundente en relación al neuropsiquiátrico como se conoce a dicho nosocomio: Maltrato contra los pacientes. Aunado, las autoridades del hospital han denunciado que muchos de ellos no son sino criminales de alta peligrosidad evadiendo la justicia.
¿De qué se trata todo aquello si no del reflejo del caos en que vivimos?
No tenemos una reforma financiera que tenga, como un segmento de su fundamento, una ética requiriendo un cambio de actitud de los políticos de turno.
No tenemos autoridades con los suficientes pantalones para enfrentar la corrupción de la evasión fiscal. Y no me refiero a la economía informal que es tan voluble como evasiva. Me refiero al poderoso caballero Don dinero ante quien se agachan presidentes, diputados, alcaldes, gobernadores y cuanto funcionario devenido de elección popular exista.
No tenemos un estamento que nos defienda de la fagocitosis a la que nos someten los ídolos del tener y el poder. Fetiches que no tienen límites en sus escrúpulos. Acaban con todo a cambio de aumentar sus beneficios. E incrustados están en los poderes ejecutivo, legislativo y judicial.
Así las cosas, si no les importa destrozar el medio ambiente por ejemplo, ¿qué puede interesarles un grupo de entre trescientas y cuatrocientas personas a las cuales ciertos segmentos de la sociedad las sentenció ya como locas y por lo tanto sin derecho a un trato humano?
Actualmente en toda Guatemala se reclama por seguridad y justicia. Y a tales reclamos se responde por parte del gobierno con demagogia o con amenazas. Hasta la fecha, no he escuchado a uno solo de los funcionarios a los que correspondería, o uno de los tantos expertos que existen en el medio, advertir acerca de la inequidad y la exclusión como causa de la violencia. Y el Hospital Neuropsiquiátrico, hoy por hoy, es un brutal ejemplo de exclusión e inequidad. Baste oír a sus trabajadores para darse cuenta de la realidad.
Pero no, a los políticos de turno y a nuestros gobernantes poco les importa. Ellos socavados están por ese mal consentido que es la injusticia. Nada les interesa como no sea estudiar la manera de aferrarse a sus puestos en las próximas elecciones. Unos, porque de no quedar nuevamente irán de patitas a la cárcel. Otros, porque fuera de esa politiquería, muladar en el que se desenvuelven, son nulos hasta para sobrevivir.
Sería muy grato y dignificante que la vicemandataria reflexionara y ofreciera disculpas por el dislate cometido. Si considerase que no lo fue, bien valdría la pena que fuera a pasar un día con su noche al nosocomio. No precisamente en áreas de máxima seguridad si las hay, sino en los corredores o en los pabellones de los pacientes. Seguro estoy, echaría pasos atrás hasta en algunos procesos de su gestión.
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