Rápidamente se aprestan a pedir su cabeza pues se les atribuye incapacidad para implementar las políticas públicas o, incluso, complicidad en todo aquello que nos aleja del efecto esperado, ya sea aumento de cobertura educativa, mejoría en tasas de desnutrición o en los números de violencia e inseguridad. En contraste, cuando dichos indicadores efectivamente mejoran, tendemos a atribuirlo a factores externos, por lo que les regateamos méritos a las autoridades encargadas del área que se exhibe como exitosa. Mostramos así inconsistencias en nuestro modelo mental de causa y efecto. O simplemente somos pichicatos.
En el contexto del debate sobre las administración del presidente Oscar Berger y su ministro de Gobernación, Carlos Vielman, acusado actualmente en la Audiencia Nacional española de ordenar ejecuciones extrajudiciales durante su período (del 22 de julio 2004 al 27 de marzo 2007), elaboré la siguiente gráfica sobre la tendencia en la tasa interanual de homicidios por cada 100 mil habitantes.
Arranca en el año 2000 porque la Policía Nacional Civil (PNC) sólo ha publicado data mensual desde esa época, pero se podría hacer el esfuerzo de ampliar la serie de tiempo desde enero 1995, para evaluar también la administración del presidente Álvaro Arzú y su ministro Rodolfo Mendoza, quien logró revertir una tendencia desfavorable al inicio de su gestión (1996-99). La tasa interanual es la tasa de los 12 meses previos a la fecha de su medición, por ejemplo, de junio 2010 a mayo 2011. Por lo que es diferente a la tasa anual al cierre de cada año. Nos ayuda a visualizar tendencia de manera continua.
Para confirmar quiénes son los ministros de Gobernación que merecen entrar al cuadro de honor por su efectiva gestión al reducir la violencia homicida se puede calcular la variación porcentual en la tasa interanual del mes en que asumieron el cargo y al momento de dejarlo.
A pesar de dos semestres en los que se notó cierto estancamiento en la tendencia de largo plazo, el actual Ministro, Mauricio López Bonilla, ha logrado el mayor avance. La tasa interanual se ha reducido en 21% durante su gestión, pues la tomó en 40.1 (enero 2012) y cerramos mayo 2014 con 31.5 homicidios por cada 100 mil habitantes (la tasa más baja que hemos visto desde enero 2003). Le sigue en méritos Carlos Menocal, quien en casi dos años logró una mejoría del 11% (entró con tasa 45.1 a finales de febrero 2010 y entregó el cargo con una de 40.1). Su predecesor, Raúl Velázquez, aunque estuvo al mando menos de un año también logró una mejoría, aunque más modesta, del 6%. Cabe resaltar también la labor de Adela Camacho quien redujo tasa en 4% en el 2007.
El cuadro del horror, en contraste, lo encabeza Carlos Vielmann con un deterioro del 31% en la tasa interanual de homicidios. La recibió en 34.3 y la dejó en 45.0 por cada 100 mil habitantes. Le sigue Rodolfo Reyes Calderón con 21% de empeoramiento en el indicador más importante de violencia. Jiménez y Gándara durante la administración de Álvaro Colom y Árevalo Lacs en tiempos de Portillo, completan el equipo de los villanos. Por cierto, para data anterior al 2007 no se puede utilizar el INACIF como fuente para control cruzado, simplemente porque no existía. La tendencia de entonces se podría verificar con información de las Estadísticas Vitales del INE, desagregada mensualmente.
Ciertamente, no todo el mérito o la culpa se lo puede llevar el Mingob, sino debe ser compartida con otras entidades del sistema de justicia nacional, como el Ministerio Público. Por ello, a petición de Quique Godoy, con quien analizamos estos temas, elaboré la siguiente gráfica que habla por sí misma y complementa lo que he publicado con anterioridad en esta Plaza Pública sobre la sobresaliente labor de la anterior Fiscal General, Claudia Paz y Paz.
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