Una política en la cual se les abriera oportunidades a jóvenes y niños para practicar deporte y divertirse sanamente. Una política que promoviera escuelas comunitarias de futbol que fueran el semillero de futuros futbolistas. Quizás así, en 10 ó 15 años, Guatemala tendría una selección de futbol digna de ir a un Mundial.
Me pregunto cómo sería este país si doña Sandra Torres, en vez de lanzar su candidatura este año, en contra de toda legalidad, hubiera generado desde sus inicios en la...
Una política en la cual se les abriera oportunidades a jóvenes y niños para practicar deporte y divertirse sanamente. Una política que promoviera escuelas comunitarias de futbol que fueran el semillero de futuros futbolistas. Quizás así, en 10 ó 15 años, Guatemala tendría una selección de futbol digna de ir a un Mundial.
Me pregunto cómo sería este país si doña Sandra Torres, en vez de lanzar su candidatura este año, en contra de toda legalidad, hubiera generado desde sus inicios en la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) y más aún desde el Gobierno, una escuela de cuadros, líderes efectivos como ella, dinámicos y beligerantes. Tendríamos ahora no una doña Sandra optando por la Presidencia, sino dos o tres potenciales presidenciables por ese mismo partido. Por supuesto, ella también podría quedar en fila para un futuro, pero su aporte real al país que tanto quiere sería heredarle una camada de excelentes dirigentes (hombres y mujeres).
Qué sería de Guatemala si Álvaro Arzú hubiera consolidado desde la alcaldía un núcleo de alcaldes, líderes locales carismáticos, astutos como él mismo, capaces de liderar una opción política distinta. ¿Por qué no aprovechó su paso por el municipio y sus capacidades políticas para formar dirigentes locales con capacidad de gestionar proyectos de envergadura, con astucia política y visión? El país tendría hoy un recurso humano capaz y efectivo, sin importar que después utilizara ese recurso como activo para su partido.
Algunos padres creen que golpeando a los hijos los corrigen, los educan. Se olvidan de que los golpes y la violencia sólo lastiman y provocan más violencia. Me pregunto: ¿qué pasaría en Guatemala si el Partido Patriota (PP), en vez de ofrecer mano dura contra el crimen, propusiera una estrategia de Estado con eje en la política social, para combatir la pobreza, la falta de oportunidades y la exclusión? Pero, nuevamente, esta es una apuesta de largo plazo y los dirigentes del PP prefieren creer en la mano dura porque su efecto es rápido, igual a esos padres que golpean a sus hijos, porque creen que el golpe va a evitar que pierdan un curso, o va a persuadir a la chica de escaparse con el novio, o va a disuadir al patojo del uso de drogas o abuso de bebidas alcohólicas. Ninguno de estos problemas se resuelve a golpes, pero nos hacemos ilusiones con el corto plazo, porque las soluciones de largo plazo requieren tiempo, atención, paciencia y creatividad.
Aspirar al poder es algo loable y digno, no tenemos por qué convertirlo en un circo de propuestas mediocres e intrascendentes. No sigamos condenado a este país. ¡Otra Guatemala es posible!
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