En el artículo anterior se presentó la clasificación de resultados de un proceso nacional de selección de beneficiarios. Siempre tendremos población objetivo en cada categoría, pero el éxito depende de las proporciones finales. Queremos que los más vulnerables tengan la mayor cobertura posible.
Ahondemos otro poco en los recursos y desafíos de la selección de beneficiarios.
Hablamos ya de la integración de bases de datos en manos del Gobierno y de otras organizaciones. Las bases de datos del censo de población y del Renap deben ser el fiel de la balanza. Con las demás bases de datos (usuarios de servicios básicos y otras) debe establecerse una relación que no comprometa su propiedad y funcionamiento independiente, pero que ayude a ejecutar un algoritmo de selección por criterios ponderados.
Por ejemplo, las bases de datos de adultos mayores (Renap) se depura con la base de datos de contribuyentes y jubilados del IGSS, de contribuyentes de ISR en Finanzas y de beneficiarios de planes de pensiones. Al descontar a las personas que aparecen en esas bases de datos nos quedaría una buena lista de adultos mayores que no disponen de ingresos propios y que posiblemente estén en situación de vulnerabilidad. Aquí faltan criterios y bases de datos, pero este es un ejemplo de cómo lograr listas objetivamente validadas.
Hay un factor que puede complicar el trabajo, pero que no es excusa suficiente. Por causa de la laxitud deliberada de las leyes y por la falta de políticas públicas para el desarrollo informático se ha creado incompatibilidad (y, por tanto, imposibilidad de comunicarse automáticamente) entre bases de datos institucionales. En realidad, sí existen maneras de acercarse desde formatos estándares intermedios y de hacer que los sistemas sean compatibles para realizar los cruces de datos que necesitemos.
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La exploración de big data (macrodatos) se basa en la anonimización de resultados. Es como si tuviéramos permiso para meter la mano en una caja llena de juguetes miniatura, tocarlos y explorarlos, pero con los ojos cerrados y sin sacar la mano (a menos que exista permiso explícito de las personas). Es decir, podría ser ilegal que la compañía de teléfonos divulgue las coordenadas de su vivienda y de su trabajo más sus horarios de desplazamiento, pero una orden de juez o una autorización suya lo haría posible.
Luego de estas precisiones sobre los métodos mencionados en el artículo anterior, agregamos un instrumento más: los productos de sensores remotos (o información de satélites, drones y otros ojos en las alturas). Por ejemplo, hay manera de identificar zonas donde los cultivos han sido afectados y no habrá cosecha (las pérdidas en el Corredor Seco se han vuelto lo normal). Los sensores remotos pueden ayudarme a delimitar las zonas afectadas, y algunas bases de datos pueden contribuir a identificar a las personas que habitan esas áreas. También podríamos precisar zonas con déficit de lluvia, desaparición de cuerpos o espejos de agua, zonas inundadas y mucho más. De hecho, estas metodologías son las que utilizan en Europa y otras partes del mundo para calcular los subsidios que se entregan a los agricultores o los daños que deben cubrir los seguros. Si no fueran precisas, no se usarían, pues hay demasiado dinero involucrado.
Lo anterior no es tecnología exclusiva del primer mundo. Guatemala tiene suficientes profesionales con las capacidades necesarias para estos análisis. No hay excusas.
Todo lo dicho no excluye la participación comunitaria. Los resultados pueden ser validados al nivel de base. Con ello se conseguiría mejorar los algoritmos y perfeccionar los listados.
Lo que debemos evitar es que se repita la preparación de listas de beneficiarios por favoritismo (todos los parientes, patrocinadores, allegados y amigos de los diputados, alcaldes y líderes comunitarios) o por extorsión (pago por inclusión, obligación de dejarse acarrear para hacer manifestaciones o provocar disturbios, afiliación forzada a grupos o partidos políticos y hasta sometimiento a explotación sexual). Si el presidente Giammattei conoce este país, no puede negar lo que aquí digo. Falta ver si decidió ser parte del problema o de la solución.
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