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Los Galeano: viejos narco-nexos hacia Guatemala

Hasta ahora, las autoridades colombianas sólo vinculan a los Mendoza y Lorenzana con el Clan de los Galeano. Vigil afirma que éste también utilizó la estructura del guatemalteco Otto Herrera.
En Guatemala, las autoridades tienen ya varios cabos sueltos que atar. Es una meta que entraña grandes dificultades.
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Los Galeano: viejos narco-nexos hacia Guatemala

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La detención de 35 narcotraficantes en Colombia el último fin de semana de febrero generó ondas expansivas hasta Centroamérica. Los capturados pertenecen al Clan de los Galeano. La policía colombiana los describió como los herederos del Cartel de Medellín, y surtidores del mexicano Cartel de Sinaloa. Además, los vinculó a los Lorenzana y Mendoza en Guatemala (que autoridades de EE.UU. asocian al narcotráfico internacional). Sin embargo, los Galeano eran sólo una de muchas estructuras que sirven al cartel mexicano. Otras surgieron del Cartel de Cali y del Norte del Valle, cuya historia dio origen al libro y teleserie “El Cartel de los Sapos”.

La detención de 35 personas en Colombia, entre el 25 y 26 de febrero pasado, podría generar una sacudida en Guatemala si las autoridades consiguen atar cabos. El director de la policía colombiana, Óscar Naranjo, dijo que los Galeano enviaban “al menos una tonelada de cocaína a la semana” hacia Estados Unidos vía Centroamérica y el Caribe.  Ahora, según una fuente oficial que cita el diario colombiano La Opinión, ya comenzó una coordinación interinstitucional con autoridades de República Dominicana, Honduras y Guatemala “para hallar a los controladores aéreos de esos países que facilitaban el aterrizaje de las aeronaves cargadas de droga, en su tránsito hacia Estados Unidos”.

El diario mexicano Excelsior reporta que los Galeano controlaban casi el 90 por ciento de la cocaína producida en el sureste de Colombia. Además, la policía colombiana acredita a Jhon Jairo Galeano Ramírez, alias “Jhonga”, (entre los capturados) con la creación de un “corredor estratégico” para trasladar cocaína hacia Venezuela y desde ahí enviarla a Honduras, para el Cartel de Sinaloa y su líder, Joaquín “El Chapo” Guzmán.

De acuerdo con un informe de 2010 del centro de investigación Woodrow Wilson, la costa del Atlántico de Honduras es uno de los destinos favoritos para los aterrizajes de las narcoavionetas del Cartel de Sinaloa, aunque los Zetas también utilizan algunos sectores de la zona. El informe (que cita autoridades antinarcóticas de EE.UU. y Honduras) revela que el departamento de Olancho, colindante con Nicaragua, también es preferido para los aterrizajes y para el funcionamiento de laboratorios de droga sintética de los narcos sinaloenses. Un fiscal del Ministerio Público en Guatemala afirma que los cargamentos son trasegados al país por los puntos ciegos de la frontera con Honduras.

Los Galeano tenían alianzas con el Frente 16 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la banda ERPAC (Ejército Revolucionario Popular Antisubversivo de Colombia), el Cartel de Sinaloa y “los carteles guatemaltecos” (particularmente los Lorenzana y los Mendoza), según autoridades colombianas. Diversos reportes de la DEA refieren que las FARC presuntamente participan en la producción de cocaína en un sector de Venezuela, y los Galeano tenían propiedades cerca de la frontera colombo venezolana.

En 2006, ya se había descubierto que Venezuela era un puerto de salida para los cargamentos del Cartel de Sinaloa. En abril de este año, un avión DC-9 que despegó de Caracas fue interceptado (con 5.7 toneladas de cocaína a bordo) en Ciudad del Carmen, Campeche. Otros aviones, que salieron de Colombia, aterrizaron en Guatemala.

Los Galeano usaron diferentes rutas que recorrían Venezuela, Ecuador, Panamá y Guatemala, entre otros países, según Michael Vigil, un retirado ex Agente Especial de la Agencia Antidrogas de EE.UU. (DEA, por sus siglas en inglés). Sin embargo, esta fuente asegura que la mayoría de los cargamentos fueron enviados directamente a México en barcos pesqueros y en aviones bimotor. “Las drogas no eran enviadas sólo a El Chapo, sino que grandes cantidades también eran enviadas a Héctor Palma Salazar, alias ‘El Güero’, y a los Beltrán Leyva [otro grupo traficante]”, agregó Vigil. “Hay que recordar que el Cartel de Sinaloa, como la mayoría de carteles, consiste en varias organizaciones independientes que ocasionalmente cooperan entre sí cuando les conviene; pueden ser descritas mejor como una federación flexible de varias redes”.

Transportistas guatemaltecos

Hasta ahora, las autoridades colombianas sólo vinculan a los Mendoza y Lorenzana con el Clan de los Galeano. Vigil afirma que éste también utilizó la estructura del guatemalteco Otto Herrera.

De acuerdo con un expediente en una corte distrital de Washington, D.C., los Lorenzana operaban para Herrera y recibían la droga trasegada hasta El Salvador desde Colombia, entre finales de los años 90 y al menos hasta 2009. Era cocaína que el remanente del Cartel de Cali, y otras estructuras del Cartel del Norte del Valle, le vendían al Cartel de Sinaloa.

“Los Mendoza y Lorenzana, junto a otros grupos menores, trabajaron como facilitadores para trasladar la cocaína a través de la frontera y hacia las manos de los traficantes de Sinaloa”, dijo Vigil. “Ellos recibían los cargamentos y tenían bodegas para resguardar las drogas hasta que era seguro llevarlas a México. También contaban con funcionarios corruptos en ambos lados de la frontera, a quienes pagaban para que permitieran el traslado de las drogas”.

El trabajo de Herrera era recibir las drogas de los diferentes proveedores en Colombia (de los grupos de Cali, Medellín, o Norte del Valle) y usar su red en El Salvador y Guatemala, para llevar la cocaína hasta México. Se presume que el guatemalteco, detenido en Colombia en 2007, era sólo uno de los muchos operadores que utilizaba El Chapo. Herrera, además, traficaba droga por su cuenta y transportaba cocaína para Ismael “El Mayo” Zambada, también del Cartel de Sinaloa.

“Los Galeano y los traficantes de Medellín nunca dependieron de un solo grupo; usaban bastantes para asegurarse que las drogas fueran transportadas rápidamente hacia el mercado consumidor en EE.UU.”, reveló Vigil. El ex agente especial de la DEA también trabajó varios años como agente encubierto en diversos países, como México y Colombia, donde consiguió acercarse en Medellín a la estructura de Pablo Escobar (entre finales de los años 80 y principios de los 90).

Propagación de cárteles mexicanos

Algunos análisis como el del portal de investigación Insight Crime indican que el hallazgo del vínculo entre los Galeano y el Cartel de Sinaloa es la evidencia del crecimiento de los carteles mexicanos en Colombia. Por aparte, Vigil señala que los mexicanos tienen al menos 30 años de negociar con los traficantes colombianos.

“Ellos [los colombianos] trabajaron con Pedro Avilés Pérez [originario de Sinaloa, uno de los pioneros en el tráfico de mariguana los años 60 y 70, y tío de El Chapo Guzmán], Miguel Félix Gallardo [creador del Cartel de Guadalajara, el primero en controlar el narcotráfico en parte de la frontera con EE.UU., y presuntamente el primer capo mexicano en asociarse con los colombianos en los años 80], Ernesto Fonseca [pupilo de Avilés, su tesorero y sospechoso de haberle asesinado], Alberto Sicilia Falcón [mentor de Avilés y pionero del narco en Guadalajara], Roberto y Helen Hernández, y muchos otros narco pioneros en México”, dijo el ex agente de la DEA.

Las conexiones de Félix Gallardo con el narcotraficante hondureño Juan Matta Ballesteros (activo desde los años 70) le valieron ser el contacto principal del Cartel de Medellín cuando éste era liderado por Escobar. Además, Félix Gallardo estableció una infraestructura para servir a clientes colombianos que funcionó hasta su captura en México, en 1989.

Caída libre

El Clan de los Galeano cayó en manos de la policía colombiana durante la “Operación Legado”, realizada en cooperación con la DEA. La estructura heredó parte del imperio del Cartel de Medellín de manos de Carlos Ledher Rivas, condenado a 55 años de cárcel por narcotráfico en Estados Unidos, según Naranjo dijo a la prensa. Ledher Rivas fue capturado el 4 de febrero de 1987, a petición de una corte de Florida. Era socio de Escobar y el enlace más importante del cartel extraditado para entonces.

Pero en 1984, los hermanos Fernando y Francisco Mario Galeano Berrío también eran identificados como capos importantes en la organización. Para entonces, Escobar proveía el suministro de droga (tenía una flota de 10 aviones) y Ledher se encargaba del transporte afuera del país. Escobar también había dado pasos firmes en la política, como congresista, aunque ese año perdería su inmunidad. Algunas fuentes indican que los Galeano tomaron el cartel de manos de Escobar cuando éste fue encarcelado en una finca llamada “La Catedral”. Sin embargo, en 1992, aun estando preso, Escobar ordenó una purga interna en el Cartel de Medellín, el asesinato de varios líderes, incluyendo a los hermanos Galeano Berrío.

La familia Galeano estaban afiliada a Escobar y el Cartel de Medellín, pero Escobar creía que le estaba robando y ordenó acabar con los hermanos. “Esta acción llevó a la creación de los PEPES (Perseguidos por Pablo Escobar, básicamente, sus enemigos) y a la decisión de moverlo a otra cárcel”, recuerda Vigil. Escobar escapó antes del traslado, y los PEPES se lanzaron a espiar a Escobar y a facilitar información de su paradero a las autoridades para que literalmente pudieran “cazarlo”. El capo murió acribillado sobre un tejado en diciembre de 1993.

Casi 20 años más tarde, ha llegado el turno a los Galeano, aunque con más benevolencia. Se les busca vivos porque hay un pedido de extradición de EE.UU. Entre las 35 personas capturadas entre el 26 y 27 de febrero pasado figuran los sobrinos de los hermanos asesinados por Escobar. Dos de ellos, Melesio (Don Melé) y Luis Alfredo Galeano Murcia, ya habían sido detenidos antes y excarcelados. En junio de 1998, las autoridades colombianas detuvieron a los hermanos y a un tercero, José Del Carmen, y destruyeron varios laboratorios de cocaína del clan. Sólo en uno de ellos confiscaron cinco toneladas de cocaína, de acuerdo con un informe del Departamento de Estado de EE.UU. de 1999.

La policía colombiana y la oficina de la DEA en Colombia les seguían la pista desde 1995, y consideraban al Clan Galeano la “más significativa organización involucrada en la producción de cocaína y en su distribución a otras organizaciones narcotraficantes en toda Colombia”.

Para marzo de 2007, el Departamento del Tesoro de EE.UU. (USTREAS) había identificado a Fabio Enrique Ochoa Vasco como una pieza importante en la estructura de Medellín, y la vinculaba con los Galeano Berrío. Pero además, la Oficina de Control de Bienes en el Extranjero del USTREAS (OFAC, por sus siglas en inglés), identificó a 45 empresas y a 64 individuos vinculados a la red criminal y financiera de Ochoa Vasco en Colombia, Ecuador, Panamá, Honduras, Guatemala, México, Belice y Jamaica. En Guatemala, una empresa vinculada con la red era “Overseas Trading Company”, que está entre aquellas que la OFAC monitorea y a las que ha bloqueado acceso al sistema financiero en EE.UU., o les ha congelado bienes que posean en ese sistema.

El gobierno estadounidense ofrecía US$5 millones por información que condujera a la captura de Ochoa Vasco, quien contaba con al menos diez operadores financieros claves, tres de ellos, mexicanos. El colombiano se entregó a autoridades estadounidenses en enero de 2009 en Florida.

Los cabos sueltos

Entre los detenidos de fines de febrero hay cuatro dueños de casas de cambio en Colombia donde presuntamente se lavaban las ganancias. En 2010, la policía colombiana también capturó a una red de colombianos (de las filas de los carteles de Cali y Medellín) asociados con casas de cambio en México, a donde enviaban dólares en efectivo para ser transferidos electrónicamente a cuentas bancarias en EE.UU. Una vez ahí, los fondos eran utilizados para la compra de aviones de carga que luego eran enviados a Venezuela y Colombia, para el trasiego de cocaína hacia Centroamérica y México, según consta en registros de la Procuraduría General de la República (PGR) de México.

El diario colombiano La Opinión reportó que entre los capturados el mes pasado figuran los hermanos Fausto Cristóbal y Jhon Jairo Galeano Ramírez, alias Jhonga. Este último era el más joven del clan y tenía un papel protagónico. El fin de semana en Bogotá, las autoridades frustraron su escapatoria a bordo de su BMW y en compañía de su novia.

Antes de que la policía lo interceptara, el líder de los Galeano logró sacar de su apartamento una caja fuerte con 25 millones de pesos, US$5 millones de dólares en efectivo y 35 relojes de lujo. Las autoridades suponen que Jhonga entregó el botín a su padre, Cristóbal Galeano Murcia (alias “Don Cristo”), también máximo cabecilla a quien se atribuye el resurgimiento del clan, y quien continúa prófugo.

En el BMW, las autoridades encontraron escrituras de propiedades del grupo en Villavicencio y Bogotá, así como en los Llanos Orientales (“Don Cristo” también es conocido como “El Señor de los Llanos”), que colindan con Venezuela. La fiscalía colombiana ya comenzó el trámite de extinción de dominio.

Las capturas del Clan de los Galeano ocurrieron en Bogotá, Arauca, Medellín, Urabá, Manizales, Ibagué, Villavicencio y Bucaramanga. El operativo, que comenzó en julio de 2011 y también ha permitido el decomiso de 11 toneladas de cocaína, 25 aeronaves y al menos 3 toneladas de precursores químicos, y continúa con la búsqueda de sospechosos y otros bienes. Autoridades colombianas estiman que la fortuna de los Galeano asciende unos US$100 millones de dólares (unos Q780 millones).

Por ahora, en Guatemala, las autoridades tienen ya varios cabos sueltos que atar. Es una meta que entraña grandes dificultades. No son pocos los presuntos narcotraficantes señalados por EE.UU. que no están acusados por el sistema judicial guatemalteco, y que fueron capturados porque ese país los pedía en extradición (como dos Lorenzana, detenidos en abril y noviembre de 2011) y tenía evidencias de que delinquieron en Guatemala. Sólo la respuesta de las autoridades guatemaltecas determinará si las capturas en Colombia causarán remezones en el país.

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