En uno de mis viajes a Sinaloa, horas antes de salir del aeropuerto se había asesinado en pleno Boulevard Pedro Infante a un muchacho en una taquería. Parecía un hecho normal pero luego se informó que la víctima era mexico-americano e hijo de un agente del FBI. Su novia salió gravemente herida en el mismo incidente. La reacción en las cantinas tradicionales esa noche (de las tres que visité por razones de observación participante) fue la siguiente: ¨A chingao, ya parecemos zetas matando morritas¨ (mujeres). ¨Eso no lo hacían antes, se está calentando la plaza¨. El reconocimiento de la realidad ¨empírica¨ es fundamental y para ello hay que aprender a medir lo que el terreno, sus usos y formas culturales tienden a decirnos. De lo contrario, ¿Qué sucede? Se adopta una suerte de método constructivista en la cual la realidad es ficticia y la misma se reconstruye a través de los discursos.
Entonces, la pregunta de fondo, ¿Sucederá en Guatemala lo mismo que en México?
Hay que comparar realidades diferentes, recorrerlas y empaparse de ellas. En México hay siete organizaciones claramente territoriales y sabe Zeus cuántas nuevas células. ¿Es ese el caso de Guatemala? El terreno es diferente. Sayaxché no es Sinaloa, donde los indígenas se ponen botas y oyen música mariachi (por allí empecemos… no les han dicho que hay género norteño). No es lo mismo reproducir una identidad cultural que ser criado bajo ella.
En Sinaloa, cuando la Santísima Trinidad más uno reinaba ( Esparragoza, Zambada, Guzmán y Coronel), se aprendió que a la Empresa nadie la toca y sale libre. Según reporta el semanario Proceso en una recolección de más de 40 artículos, solamente las muertes atribuidas al Grande, y a la Barbie en tan solo seis meses (estos dos últimos bajo el mando del Barbas, cuando este era leal a su primo el Chapo) sumarían más de 3,000. ¿Los Cárteles guatemaltecos han tenido esta letalidad? Su tipología pareciera más la de empresas y llama mucho la atención la carencia de respuesta violenta contra el Estado luego de cada aseguramiento. Un Jefe de Plaza detenido en México por lo general, significa bloquear y paralizar un Estado completo y varios militares muertos.
Preguntas más complejas. ¿Cómo leer el avionazo de Juan Camilo Mouriño y el madrazo que se pegó Blake? Es esto como lo dice Reporte Indigo ¿Síntomas de una venganza ya pintada? ¿Habría otros atentados contra objetivos claves en México y en EEUU? Yo no creo que los sinaloenses sean tan torpes para generar un atentado en EEUU aunque así piensen los militares y los militares frustrados que hacen análisis en los tanques de pensamiento semi-militares. Todo desde un escritorio donde Vietnam, Irak y México son lo mismo.
Pero desde la perspectiva de recorrer algunas rutas narco (no todas, uno delimita) creo, si, que en respuesta a las acciones de EEUU, los sinaloenses intentarían pegar duro donde EEUU no puede enviar fuerzas élite: La calle. Los sinaloenses serían capaces de producir y vender droga de mayor letalidad que genere un mayor rush de adrenalina (algo que adoran los adictos). La venganza sería envenenar a la población. Un simple ejemplo para mostrar cómo es necesario ponerse en los zapatos (las botas más bien) del sujeto de análisis.
Sobre Mouriño y Blake son historias aparte y nada está descartado. Pero si la población cree que la Maña está detrás y ante los pocos casos resueltos de forma transparente, esta guerra mediática ya la ganó la Mafia. Y si no sabemos de qué son capaces, sería mejor, para todos, irnos despacito. La guerra hoy en México suma 50,000 muertos, según cifras de Human Rights Watch. Según el Gobierno mexicano son 35,000. Y las sentencias firmes hacia actores del narco suman 22. ¿De verdad se quiere replicar esto en Guatemala?
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