José repite constantemente que: “debe haber fe”. Sí, “mucha fe”, insiste, para que los polvos sean efectivos. La mayoría de polvos (llamados poderosos, efectivos, legítimos, verdaderos, auténticos) son importados de México y tienen un precio de Q5. Una escasa inversión para lo que representa conseguir un milagro.
El nombre del producto, además de las instrucciones, está traducido en inglés, y es que las necesidades son universales. Hay más de cien opciones, y cada una tiene sus instr...
José repite constantemente que: “debe haber fe”. Sí, “mucha fe”, insiste, para que los polvos sean efectivos. La mayoría de polvos (llamados poderosos, efectivos, legítimos, verdaderos, auténticos) son importados de México y tienen un precio de Q5. Una escasa inversión para lo que representa conseguir un milagro.
El nombre del producto, además de las instrucciones, está traducido en inglés, y es que las necesidades son universales. Hay más de cien opciones, y cada una tiene sus instrucciones.
Hay polvos para aquellos desesperados que requieren una dosis doble de suerte. También para quien quiera dejar de beber. Y si la memoria no puede recordar, hay polvos que lo resuelven. También hay un remedio para protegerse de los malos vecinos, de “las malas lenguas” y de la mala suerte. Existen unos que ofrecen revelar secretos y mentiras, y otros, provocan que la gente se enamore.
Los racionales dirán que eso no existe, los religiosos pueden asegurar que es brujería. Sea lo que fuere, lo importante es creer. Se necesita de mucha fe, vuelve a repetir José, mientras que Karina, una clienta frecuente, lo confirma. Ella asegura haber obtenido los resultados. "Porque creo", dice.