De acuerdo a la cobertura del Diario de Centroamérica, Peña Nieto había solicitado al presidente Pérez Molina que, como su anfitrión, extendiera una invitación a los presidentes del istmo a asistir a ciudad de Guatemala, con el objetivo de “dialogar acerca de los principales proyectos y temas que tiene para la región”. Sin embargo, el jueves 13, durante la visita del presidente Pérez Molina a Costa Rica, se anunció que el equipo del Presidente electo de México había suspendido la cita en mención.
La escala en Guatemala, de la primera gira internacional del presidente electo de México, forma parte de un viaje que incluye a Argentina, Colombia y Chile, como parte de las acciones anteriores a la posesión del 1 de diciembre. La intención, tal como había sido anunciada por el Gobierno de Guatemala, era la de mantener una reunión bilateral México-Guatemala, y posteriormente reunirse con los presidentes Lobo, Martinelli y Chinchilla, quienes, se anunció, habían confirmado su presencia.
¿Cuál era el mensaje de Peña Nieto para América Central? ¿Qué lo motivó a elegir Guatemala como la primera parada de una gira hacia las principales economías de Sudamérica?
Yoanna Shubich Green, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Anahuac, en una columna publicada en Excelsior el pasado julio, al analizar la política exterior del próximo presidente mexicano, enfatizaba como dos de las prioridades: a) el aumentar la cooperación con Centroamérica para enfrentar al narcotráfico y el crimen organizado; y b) recuperar la interlocución con América del Sur.
Por aparte, existen también temas de orden comercial que merecen especial atención, dada la importancia que el mercado mexicano tiene para Centroamérica y viceversa. Asimismo, la agenda de esta visita podría haber incluido el esbozo de una más efectiva integración regional, con miras a consolidar una nueva relación comercial con China. También habría sido deseable que los presidentes centroamericanos no dejaran pasar la oportunidad de hablar sobre los migrantes laborales en territorio mexicano, y la defensa de sus derechos.
¿Qué ganaba el presidente Pérez Molina con esta visita? después de la decepcionante convocatoria a la cumbre centroamericana para discutir la iniciativa de la despenalización de las drogas, esta parecía ser la oportunidad de posicionarse como un referente que facilita y genera el diálogo. Tal vez por esto, el pulso lanzado por el presidente Funes al no asistir, y sugerir que la reunión debió haber sido convocada a través de la Presidencia pro témpore del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) , reforzaba la teoría del boicot a la cumbre de Antigua.
Para Pérez Molina y Peña Nieto, la ecuación de esta visita no oficial parecía ser un perfecto ganar-ganar, que al final dependía de la habilidad del ilustre visitante y su anfitrión para conducir una reunión de presidentes con intereses muy diferentes. Sin embargo, el único ganador de esta contienda parece ser el presidente Funes. Su planteamiento por respetar los canales establecidos para la interlocución con la región, al final parecería haber llevado a los demás mandatarios a reconsiderar sus asistencias.
Finalmente, se podría decir que tras la confirmación del resultado de las elecciones mexicanas, estamos asistiendo al lanzamiento de un Peña Nieto que busca perfilarse como un estadista, capaz de superar la desgastante contienda post-electoral. Peña Nieto busca ser un conciliador a lo interno, a través de la conformación de un equipo plural de transición y la apertura que ha mostrado al Partido de Acción Nacional (PAN) para mantener un diálogo permanente, mientras perfila una política exterior que busca, como lo señala su propio sitio web, “recuperar el liderazgo mexicano en el mundo” (…).
¿Podría ser esta la apuesta del presidente electo de México, por mantener en alto el estandarte de lo que entiende fue la política exterior priista? En cualquier caso, la discusión de una agenda con Centroamérica, por ahora, deberá esperar.
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