Intérpretes de gran calidad, nacionales y extranjeros, nos obsequiaron un verdadero festín de buena música y arte. Y nótese, la entrada a todos los eventos del festival fue gratuita.
Previo al concierto de clausura, Carlos Estrada, coordinador de Festivales del Ministerio de Cultura y Deportes (MCD), dirigió algunas palabras al público. Comentó las penurias por las que transitó la realización del festival, pero sobre todo, lanzó airadas críticas a la “miopía cultural” de nuestros políticos, e incluso denunció que días atrás un candidato había declarado que la cultura era un lujo innecesario para Guatemala.
¿Quiénes son los políticos miopes e irresponsables que causan estas penurias y condiciones cada vez más precarias para lograr realizar en Guatemala este tipo de eventos culturales? ¿Qué tipo de mentalidad e intereses pueden considerar la cultura un “lujo innecesario”? Ahora que transitamos un año electoral, es imperativo y urgente responder estas preguntas.
Por un lado están los políticos oficialistas. Si bien es cierto este Gobierno ha debido administrar un desplome de los ingresos fiscales asociado a la crisis económica mundial, sin precedentes, razón por la cual se ha visto obligado a aplicar un ordenamiento crudo y doloroso de prioridades en el gasto público, en el MCD hay excepciones muy cuestionables a esta evaluación general.
Resulta que del presupuesto aprobado para el MCD de Q355.8 millones, Q80.3 millones se dedican a obras de infraestructura etiquetadas como “Fomento al Deporte no Federado y la Recreación”. En realidad, se trata de obras como centros polideportivos en los departamentos del país. En este Gobierno, y todos los anteriores, estas obras generalmente se han sobrevaluado, han sido vulnerables a la corrupción y de ejecución opaca.
Así, el gasto público ejecutado por el MCD no solo se ha visto severamente golpeado por la escasez de ingresos (consecuencia de la crisis económica mundial), sino además está plagado con el cáncer de la politización. El clientelismo, la repartición de proyectos de infraestructura según lo dicte el tráfico de influencias, financiamiento de campañas electorales de alcaldes y diputados distritales (ojo, no solo del partido oficial, ¡de todos los partidos!), entre otros favores politiqueros, terminan de condenar al MCD a la asfixia financiera.
Pero los políticos en la oposición no están exentos de responsabilidad y de miopía cultural. El tráfico de influencias y el manoseo del listado geográfico de obras, incluyendo las que ejecuta el MCD, no es un negocio solamente de la bancada oficialista de turno. Además, la decisión de no aprobar la reforma fiscal integral y el bloqueo parlamentario a la aprobación de las fuentes de financiamiento del presupuesto, provoca un reacomodo brusco y brutal de los recursos, quitándoselos a la cultura para cubrir gastos ineludibles y apremiantes, como las nóminas salariales o el pago de la deuda pública.
Tiene razón el señor Estrada. Le reconozco que, aun siendo funcionario del MCD, tuvo el valor de lanzar su crítica, porque es correcta y oportuna. Ignoro si él está consciente de que la miopía cultural afecta y se extiende principalmente a las decisiones e irresponsabilidad de los diputados al Congreso de la República. El hecho es que él es el responsable de realizar eventos como los festivales internacionales de música antigua y, pese a limitaciones severas, tuvo éxito en celebrar la tercera edición de ese evento.
Por ello, el señor Estrada y los excelentes artistas que participaron en el III Festival Internacional de Música Antigua fueron dignos merecedores de los aplausos que recibieron. Evidenciaron que, pese a la vergonzosa miopía cultural de todos nuestros políticos, con valor y dedicación el arte y la cultura puede subsistir y prevalecer.
Es a los ciudadanos electores a quienes nos toca la responsabilidad de apoyar esa valentía y dedicación. Es a nosotros a quienes nos toca exigir a nuestros políticos que dejen atrás la vergonzosa miopía cultural que padecen.
ricardobarrientos2006@yahoo.com
Más de este autor