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La derrota de Sandra y el inminente cisma en la UNE

Era un cierre cabizbaja, lejos de la atención mediática; mientras su rival se atrevía, horas más tarde, a una intervención en la Plaza Central, el epicentro de las manifestaciones de hacía unos meses, rodeado de un ostentoso aparato propagandístico al que no había recurrido durante su campaña.
Entre 15 y 20 integrantes de la cúpula del partido (formado por 40 personas) estaría dispuestos a hacer un giro programático y dejar el acomodaticio centro. A fin de cuentas, una social democracia menos light
Sandra Torres y los miembros del partido de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), durante la conferencia de prensa donde reconoció el triunfo de su contrincante político, Jimmy Morales.
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La derrota de Sandra y el inminente cisma en la UNE

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Con el mapa electoral teñido de azul, y una brutal derrota con 35 puntos de diferencia (FCN-Nación: 67.44% vrs UNE 32.56%) como ya auguraban las encuestas, Sandra Torres enfrenta probablemente la decisión más dura de su carrera política: persistir en su dominio del partido o reconocer que su momento ya pasó. Sin que los votos se hubieran terminado de contar, al interior de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) ya empezaban los cambios: los “nuevos liderazgos” buscan revitalizar el partido.

Mientras los  magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE) se acomodaban modosamente en una mesa bordeada de arreglos florales en la tarima del centro de cómputo del Parque de la Industria, a las  20:15 horas, para informar los resultados preliminares del 80% de las mesas escrutadas; la pantalla a sus espaldas mostraba una  tendencia inexorable: con 2,234,607 votos Jimmy Morales superaba por un millón de votos a Sandra Torres .

En la zona 10, en la sede de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), se preparaba una mesa más pequeña y más modesta. Desde el bunker de campaña se anunciaba  con apuro una conferencia de prensa. Una mesa con la candidata Torres al centro, el diputado jefe de bancada (y jefe de campaña) Orlando Blanco a la izquierda; y el empresario y compañero de fórmula, Mario Leal, a la diestra de la candidata. Detrás de ellos una barrera de colaboradores cercanos: los diputados Mario Taracena, Carlos Barreda y Jairo Flores; y los exfuncionarios y también miembros del Comité Ejecutivo Nacional, Haroldo Rodas (exministro de Relaciones Exteriores) y Carlos Menocal (exministro de Gobernación), uno de los encargados de la comunicación del partido, entre otros. Rostros serios para el anuncio de una derrota que pareció construirse desde la incertidumbre y la fragilidad de la primera vuelta.

La candidata lee en dos minutos el burocrático mensaje; el discurso de rigor con agradecimiento a Dios, a los votantes, a los miembros del partido; y reconoce la victoria de Morales. “Soy y seré siempre una demócrata”, dice, “reconocemos el triunfo del señor Jimmy Morales y le deseamos éxitos por el bien de Guatemala; como siempre ofrecemos un apoyo constructivo del país”. Una Torres parca, pero serena, reconoce la derrota y la incertidumbre del momento político: “Guatemala tiene serios problemas —dice dejando una breve pausa sin dramatismos— pero el pueblo hizo su elección, la respetamos, y le deseamos el mejor de los éxitos al señor Morales”.

Plaza Pública

Torres sale sin dejar espacio a las preguntas. “El día de hoy sólo se hará una declaración pública”, acota Ronaldo Robles, exsecretario de comunicación del gobierno de Álvaro Colom, facilitador de la relación de Torres con los medios de comunicación.  La parquedad de Torres es la esperada, aunque ocho horas antes, al momento de votar, ofreció atender cualquier consulta al conocerse los resultados el proceso electoral, pero su discurso y su partida apresurada la desmienten. Torres no ofrece un blanco fácil, no admite réplicas, y acercamientos; a pesar del esfuerzo de sus asesores  durante meses para intentar hacerla más accesible y así combatir el innegable rechazo  que provoca a una parte de la población.

Quién da la cara es un mesurado Orlando Blanco, que reconoce que los resultados adversos son “un llamado” de atención al partido, un signo de los tiempos revueltos y el inicio de una oposición que lanzará sus dardos desde el Congreso; con 34 diputados y frente a la fragmentación de los otros partidos esperan relanzar a la agrupación verde.

Los signos del desánimo, las fisuras simbólicas y fácticas asomaba allí desde las últimas semanas de la campaña: La incertidumbre del financiamiento del día D, del decisivo 25 de octubre. “Cada campaña local debe abastecerse a sí misma, ya solo quedan fondos para la campaña central, y muy puntuales. El problema es que incluso contando con alcaldes electos  (UNE ganó 62 municipalidades en primera vuelta), muchas de éstas también negocian con el otro partido, los dirigentes pueden decir una cosa y cumplir otra”, apunta un dirigente distrital, también congresista.

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Otro signo. Es en la recta final de la campaña, en su cierre, cuando todos los partidos buscan dejar una última imagen en el elector, proyectar fuerza, presencia. La misma incertidumbre sobre su financiamiento atrasó cualquier anuncio de cierre de campaña. Finalmente se improvisó evocando sus orígenes, en la Colonia  El Amparo, zona 7, donde hace cuatro años Torres anunció su candidatura.  Unas 2 mil personas, un último sprint con un mensaje de 10 minutos, en un ambiente controlado por el partido. Una última apelación a la continuidad de los programas sociales y una última y débil estocada a su adversario Morales, llamándolo parte del “continuismo” del defenestrado expresidente Otto Pérez Molina.

Era un cierre cabizbaja, lejos de la atención mediática; mientras su rival se atrevía, horas más tarde, a una  intervención en la Plaza Central, el epicentro de las manifestaciones de hacía unos meses, rodeado de un ostentoso aparato propagandístico al que no había recurrido durante su campaña.

La reconfiguración del partido

¿Qué queda después de una derrota por 1,422,466 votos?  una cifra que supera los votos obtenidos (UNE: 1,328,381); ¿qué resta tras 13 años de vida política de un partido, un gobierno, un divorcio (presidencial y en la dirigencia del partido)? Y, por último,  ¿Cómo se supera el fracaso ante un novato de la escena política?

TSE

Las claves las da el mismo Blanco, tras la breve intervención de la candidata: Lo que se viene es una reconfiguración del partido para ser viables políticamente. Cambios en la dirigencia, en la cercanía con las estructuras del partido, se buscará escuchar a los liderazgos. La caja de resonancia de estos movimientos los plantea de entrada el diputado, se evidenciarán en el trabajo de sus congresistas. “Ya verán, seremos el bloque más grande en enero, los otros partidos se están desgranando”, apunta el jefe de campaña, ya reconvertido al papel de estratega del Legislativo.

De lo que nadie habla en voz alta es lo que esto significa para el liderazgo de Sandra Torres. Nadie quiere reconocer lo que integrantes del Comité Ejecutivo Nacional, dirigentes distritales y municipales, diputados y aliados periféricos del partido dicen con mayor o menor reparo: El momento de Sandra Torres como candidata era éste, su derrota muestra que la construcción de su candidatura sobre la defensa de los programas sociales y la invocación permanente al gobierno de la UNE está agotada.

“Debemos democratizar el partido, abrir a nuevos liderazgos jóvenes, abrir un proceso de diálogo donde se escuche a la gente y se vea qué se quiere con el partido. Todo lo que ha pasado este año (la crisis política e institucional) muestra que la gente ya no acepta los partidos cerrados y verticales, eso es lo que se viene para el partido”, apunta un integrante del Comité Ejecutivo Nacional  que ve posible el viraje en la conducción del partido alrededor de figuras como los diputados Orlando Blanco, Carlos Barreda y Mario Taracena; junto a exfuncionarios del gobierno de Colom como Haroldo Rodas, Carlos Menocal y Ronaldo Robles para iniciar una renovada conducción del partido.

¿Qué piensa Sandra Torres de esta posibilidad?

Incluso antes de las elecciones Torres se negaba a hablar del futuro de la UNE más allá del 25 de octubre: “Lo definiremos en su momento”, “lo hablaremos cuando se den los resultados”, dijo la candidata en diferentes ocasiones de la campaña. Es un enigma lo que fraguan otros miembros del partido como César Fajardo,  Jairo Flores y, en menor medida, Julio César Villatoro. ¿Apoyar a Torres o decantarse por nuevas aguas?

El diputado Barreda explicaba bien la situación de la UNE, antes de las elecciones, cuando narraba el proceso de  la evolución del partido. Lo que es hoy la UNE surgió de la crisis que estalló cuando Sandra Torres no fue inscrita como candidata en 2011. La dirigencia (impulsada por Torres) se niega a competir con otro candidato que no sea ella, se descarta el lanzamiento de Roberto Alejos, entonces diputado y presidente del Congreso, y se prefiere impulsar un voto anti Partido Patriota, favoreciendo indirectamente a Manuel Baldizón de Libertad Democrática Renovada.

“Alejos quería tomar el control del partido en la asamblea  programada para enero de 2012, así que se pospuso hasta abril, en ese periodo él decide irse, ya había aparecido en el Congreso con sus corbatas moradas. Nosotros habíamos obtenido un buen resultado (48 diputaciones) pero no se pudieron sostener por esa fragmentación y la estrategia de Lider de recibir diputados”, explicó Barreda.

Ahora, un escenario diferente se abre ante Torres, en su partido quieren cambios y éstos le pueden costar su dirigencia. “Hay que ideologizar la lucha, dejar las postura light y centristas, hay que encontrar una postura que conecte con la gente joven y acompañarlo de una nueva propuesta urbana. Y todo eso se tiene que decidir con nuevos liderazgos”, admite otro integrante del Comité Ejecutivo Nacional. 

Las dos reglas no escritas sobre la toma de decisiones en un partido en el sistema político guatemalteco son el marco para estos cambios: La primera, que tanto las asambleas como los comités ejecutivos, aunque tengan distintas atribuciones, pueden ser integrados por las mismas personas; la segunda, relacionada a la primera, señala que las decisiones en ambos órganos pueden tomarse con una fracción de sus integrantes, la mitad más uno de su quórum mínimo.

Según al menos tres miembros del Comité Ejecutivo Nacional de la UNE, entre 15 y 20 integrantes del mismo (formado por 40 personas) estaría dispuestos a hacer un giro programático y dejar el acomodaticio centro. A fin de cuentas, una social democracia menos light, que fue con la que la que Torres se posición durante la campaña, en los foros y debates; con un discurso que pretendía no quedar mal ni con dios ni con el diablo.  Los beligerantes son espoleados por los resultados de una fallida maquinaria electoral y una falta de identificación ideológica.

La deriva de un partido

Desde fuera del partido, los esfuerzos por un giro ideológico se ven como poco probables,  lastrados por todos los señalamientos que han recibido ellos en específico y la clase política en general en las últimas elecciones. Así lo retrata el politólogo Cristhians Castillo, del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos de Guatemala (IPNUSAC): la UNE creyó hasta el último momento en las formas tradicionales de la política partidaria, la movilización de tierra, las redes clientelares con los políticos locales, “fracasó no sólo por ausencia de plata, sino también por la baja en la moral política en sus integrantes, tras cuatro procesos electorales con éxitos, su aplastante derrota es la estocada final al sistema de hacer política en estas elecciones”.

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Los problemas en consolidar los resultados a nivel municipal los apuntaba el mismo expresidente Álvaro Colom, exesposo de Torres, en una entrevista con Prensa Libre, tras conocerse los primeros resultados:

—¿Qué diferencia ve entre la UNE que usted fundó y la que participa ahora?

—Me llamó la atención que la UNE no sacara más alcaldes en la primera vuelta. El fuerte del partido siempre ha estado en los departamentos, en la provincia. Nuevamente ahí tienen que ver mucho los operadores departamentales que son quienes seleccionan a los líderes.

—¿Le llamó la atención, puede interpretarse como una mala señal?

—Creo que el efecto Baldizón cambió el tablero de las alianzas sobre todo a nivel municipal. No sé si tuvo más recursos o más habilidad para manejar el tema.

En efecto, los resultados de Lider en primera vuelta cambiaron esta dinámica; el partido rojo obtuvo 125 municipalidades frente a las 62 alcanzadas por la UNE. La impresión de una fortaleza rural en el voto de la UNE finalmente no fue respaldada en segunda vuelta, donde sólo obtuvo victorias ajustadas a nivel departamental en Quiché y Alta Verapaz.

El otro gran desacierto advertido por Castillo es el viraje ideológico dado en el discurso de la UNE: “Pasaron de posiciones de centro-izquierda, a claramente posturas de centro-derecha sobre todo en segunda vuelta tratando de captar al electorado urbano y joven, y lo único que hicieron fue generar rechazo en una parte de sus electores ya establecidos, sin ganar entre otros”, explica el politólogo.

Plaza Pública

Este viraje, maquillado en las campañas y spots publicitarios con la propuesta de “oportunidades y desarrollo económico”, fue más evidente en los debates presidenciales donde la candidata defendió entre otras medidas: el impulso a alianzas público privadas para privatizar cárceles, el promover el trabajo forzado en las prisiones, y el empleo inmediato de la fuerza en el desalojo de protestas, entre otras medidas; junto a referencia conservadoras a favor de “la familia tradicional” y sentar una postura intransigente contra el aborto, por ejemplo.

Para Castillo la alternativa de tratar de vender una oposición fuerte desde el Congreso, como una manera de sacar a flote el partido tampoco es una opción. “¿Quién va a querer asociarse tras una derrota tan contundente a la UNE?”, se pregunta el politólogo, aunque advierte que puede haber buenos cuadros operativos en el partido y figuras que podrían intentar el viraje ideológico, éstas son medidas que llegan muy tarde. “Lo que demostró la victoria de Jimmy Morales es que el voto programático, ideológico, ya escaso, muere en el país. Los jóvenes parece que rechazan el debate ideológico, su éxito en sectores de 18 a 22 años y en áreas urbanas con mayor formación que deberían ser más exigentes en los planteamientos de gobierno, fue contundente pese a no tener propuestas”.

El réquiem por la UNE, o una revitalización tendrá que esperar aún unos meses.

* * *

De regreso a la jornada fatídica del 25-O, las primeras señales de alarma empezaron a encenderse con los resultados departamentales que llegaban de la sede multisectorial de la UNE en zona 9 poco después del mediodía. Baja afluencia de votantes en los centros urbanos, pero también rurales (al final el abstencionismo fue del 43.68%), poca motivación para asistir a votar y débil apoyo en el traslado de votantes. Los primeros reportes incluían lo rumorado durante semanas: El apoyo en municipalidades ganadas por Lider y PP a su contrincante FCN.

Gerardo Del Valle

El desánimo era generalizado en las sedes metropolitanas conforme fluían los resultados. Horas más tarde en el centro de cómputo en el Parque de la Industria los datos proyectados en la pantalla principal martillaban esta posición. El área destinada para los representantes de la UNE estaba vacía, las comunicaciones del equipo se hacían más esporádicas; la derrota era una sombra ineludible.

En el comando de campaña, en las oficinas de la zona 10, se preparaba la apurada conferencia que concluiría el proceso.

Hace poco menos de cuatro años,  las fotografías del presidente Colom desaparecieron de la sede tras dejar el poder  sólo penden en las paredes de las oficinas de la bancada en el Congreso. ¿Cuánto tiempo pasará antes de que ocurra lo mismo con los retratos de la actual secretaria general, y ahora excandidata Sandra Torres?

 

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