Implica que la justicia es un proceso ineludible para recuperar el control sobre el mundo y las relaciones con los otros. La impunidad de la violencia planificada e institucional nos deja inermes porque rompe el paradigma de un Estado protector. La necesidad de entender los hechos que nos impactan y cambian nuestras vidas nos acerca a la perspectiva histórica.
Dados los niveles de enajenación social que vivimos, prevalecen las necesidades y demandas de justicia transicional y memoria histórica. El acercamiento lúdico, creativo y artístico de los jóvenes a la transmisión informal de las historias del C.A.I. cobra sentido para entender la importancia de la Justicia, rendir cuentas, evitar la venganza, prevenir las violencias y democratizar la sociedad.
Durante las actividades del Memorial de la Concordia encontramos jóvenes entusiasmados al descubrir las trayectorias de familiares que habían luchado en las organizaciones revolucionarias. La nieta de un ex combatiente del movimiento 13 de noviembre asesinado junto a Jon Sosa reconoció con júbilo sentirse “muy orgullosa de conocer la historia de mi abuelo, porque nos pone los pies en la tierra de conocer de verdad quién era. Yo me recuerdo de chiquita que trajeron sus restos. Nunca nos contaron qué hizo, sólo dijeron el murió en México por estar en la guerrilla, ahora ya puedo decir nieta de quién soy”.[1]
Poco a poco emergen historias que respaldan un silencio roto del pasado que nos ayuda a reconocer sentimientos de orgullo o vergüenza de la historia familiar que construyen nuestra identidad como sujetos. Un miembro de H.I.J.O.S. puede haber vivido experiencias contradictorias que dificultan retejer los lazos entre padres e hijos. Sentimientos confusos se mezclan con otros de orgullosa satisfacción en las siguientes generaciones, pareciendo expresar “te odio tanto como te admiro, pero te rechazo y me alejo para ser yo mismo-a”.
Muchos hijos de militantes revolucionarios optaron por el arte por ser lo más separado y distante de la política, pero paradójicamente están expresando con el arte lo que rechazaban con la política. Algunos artistas están reescribiendo la historia con recursos de la imaginación y la creación reapropiándose de ella al compartirla y revisarla con el ojo crítico y el pensamiento ético y abierto.
Los recuerdos traumáticos no están olvidados. Todo lo que se reprime retorna (Freud), así que formará parte de su vida la imagen devastadora del amigo de infancia salvajemente torturado y encontrado en un basurero con una barra atravesando su cráneo. El terror de este recuerdo ignominioso explicará reacciones de miedo/ inhibición/ descompromiso que tenemos de adultos. Cuando a mi amigo de hoy le asoman los recuerdos inextinguidos de hace 40 años la desolación más sombría inunda su semblante. Nunca terminaremos de procesar experiencias que trascienden los límites humanos y nos colocan más allá de la barbarie. Por ello se atribuye a la memoria un sentido normativo, puesto que recordar es prevenir su repetición.
Ahora podríamos preguntarnos ¿para quiénes el recuerdo de este juicio se anclará como memoria histórica colectiva? Una amalgama posible estaría entre los que no pueden olvidar porque fueron afectados y los conformistas por miedo que hoy se arrepienten; más difícil sería para los indiferentes que prefieren el borrón y cuenta nueva porque el pasado les aterra mientras que el futuro les complace. Pero la deuda moral es con los jóvenes que sufren la omisión y negación del conocimiento histórico reciente, sin entender en qué los perjudica estar al margen de la historia.
* Psicóloga social, (PhD) en la UCM de Madrid en Ciencias Políticas y Sociología (2004). Reside en Guatemala desde 1988, trabaja en salud mental y derechos humanos, investigación social en comunidades indígenas, intervención psicosocial humanitaria con víctimas de violaciones a los derechos humanos, violencia contra las mujeres, salud, desarrollo comunitario y educación popular.
[1] Comunicación de Mayra Mejicanos, organizadora del Memorial de la Concordia en Rabinal, San Cristóbal Verapaz y Guatemala en marzo y abril 2014.
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