Si recordamos los fascinantes datos que nos provee Plutarco en Vidas Paralelas, en determinada ocasión fue necesario repetir una procesión cultual 31 veces, porque según los ancianos se habían cometido algunos errores en la ejecución del rito. Se dejaba terminar el rito, y luego se volvía a repetir. Se detuvieron hasta que estuvieron satisfechos con la ejecución.
Esa extrema ortopraxis sería calificada de superstición. Sin embargo, en el mundo heleno-romano, no hay una relación de gracia sino contractual: Recibiré lo que pido siempre y cuando cumpla con el rito/contrato. Creo que no habría falta alguna, si reconocemos (al igual que Sheldon Wolin en Política y Perspectiva: Continuidad y cambio en el pensamiento político occidental) que la relación entre el individuo y el Otro (meto ahora a Slavoj Žižek,… ese Otro sería la Ley, la Ciudad, la deidad…) requería, en el mundo antiguo, un contrato. Esto es el sentido de la correspondencia tan delineado en S. Wolin y en Jean Touchard: Todo el ámbito de vida determinado por las necesidades y reglas de la ¨Ciudad¨, incluyendo, el culto mortuorio a los Manes (véase a Numa Denys Fustel en La Ciudad Antigua).
El erudito en temas greco-romanos, Fred Naiden afirma en Ancient Suplication una conclusión fascinante sobre las formas degenerativas y de la violencia en la antigüedad. Cuando la confianza en el ritual (el sistema) se perdía, entonces aparecía la violencia. Pero los antiguos romanos conocían el camino a seguir: Crear nuevas formas representativas e inclusivas.
Naiden nos hace recordar figuras también semitas: El "año sabático" celebrado cada siete años con el cual los antiguos israelitas recuperaban sus propiedades, liberaban a los esclavos hebreos y dejaban descansar la tierra; el “año jubilar" se celebraba al cumplirse siete semanas de años, (7.7 = 49) y se dejaba descansar la tierra, se liberaba a los esclavos y además se recuperaban la propiedad vendida. Otra hermosa institución hebraica era la práctica de dejar caer espigas adrede durante la cosecha para que los pobres las recogieran y pudiesen comer. (Recordemos la historia de Ruth, llamada la moabita). Leyes, todas estas de profundo contenido social.
Los romanos comprendieron que no bastaban prácticas sociales sino su institucionalización en el sistema político. Desde Naiden, pasando por Mommsen y por Gordon, cualquier romanista nos haría recordar (al menos) dos figuras políticas con las cuales los romanos evitaban la explosión de la violencia en lo referente a los grupos romanos menos favorecidos (clientes y plebeyos):
1) El tribuno de la plebe (cuyo cargo era inviolable y su poder de veto podía limitar el potestas imperium el cual abarcaba el poder de la vida y la muerte sobre un ciudadano) y, 2) La Curia Annona, la cual hemos de recordar que durante las reformas de los Graco se dedicó a repartir alimentos de forma gratuita entre los ciudadanos.
Esta serie artículos tiene como finalidad ayudar reflexionar sobre los diferentes tipos de identidades de resistencia. La importancia del tema es por demás obvia debido al tipo de comparaciones que pueden realizarse. Es obvio que las manifestaciones del mayo francés son distintas a la Primavera Árabe, también es cierto que en las manifestaciones populares del mundo árabe el grito de Allah acbar se hizo escuchar junto al reclamo de ponerle final al absolutismo y no significó un necesario llamado al terrorismo sino la expresión ortodoxa de la jiyah, es decir, una resistencia personal. El levantamiento del Gueto de Varsovia y la resistencia Palestina tendrían puntos en común: Un poder que niega y aniquila la identidad grupal aunque no posea territorio. El reclamo de los llamados pueblos originales para proteger la tierra madre y la resistencia irlandesa frente al absolutismo británico se harán notar en el cántico llamado Bonnie Portmore, un lamento por la tala de los bosques irlandeses para construir la marina mercante británica y dar vida al sueño librecambista de Adam Smith; los Indignados en todas las plazas toman presencia, se reviven las escenas de la Comuna de París y del Mayo francés pero no son lo mismo que la resistencia partisana; en Guatemala, las clases medias no se mueven si el CACIF no protesta; en México frente a los abusos del ejército, la narco-cultura se transforma en una forma de identidad de resistencia legítima. Y así… ¿Cómo ordenar y comprender estos fenómenos?
Será entonces interesante discernir sobre los diferentes tipos identidades de resistencia y notar su presencia en las diferentes tradiciones discursivas políticas occidentales.
Más de este autor