La niñez en Guatemala es uno de los sectores de la sociedad más marginalizados y con menos acceso a oportunidades y servicios básicos. Nuestro país tiene los índices más altos de desnutrición infantil en el continente, al igual que los índices más bajos de escolaridad primaria y los índices más altos de maternidad infantil.
Estos solo son tres indicadores de muchos que nos muestran la triste realidad que enfrentan nuestros niños todos los días. Especialmente las niñas, que debido a su género y a su edad, son doblemente discriminadas y por lo mismo, son el grupo más vulnerable de nuestra sociedad. En una sociedad tan machista como la nuestra, a las niñas se les limita el acceso a la educación, y son sometidas a constantes abusos y violaciones de sus cuerpos y sus derechos. Por lo que no es ningún misterio tener la tercera tasa más alta de maternidad infantil en el continente, ya que muchas de nuestras niñas tienen hijos entre los 10 y 15 años. Este oscuro panorama no se limita a nuestro país, a nivel mundial la niña enfrenta las mayores dificultades en relación a su desarrollo.
Ayer, 11 de octubre, se celebró el Día Internacional de la Niña, el cual fue promulgado el 19 de diciembre del año pasado por las Naciones Unidas. Durante el 2011, la organización PLAN, en alianza con otras organizaciones, lanzaron una campaña dirigida a las Naciones Unidas para que esta declarara un día internacional para las niñas; teniendo como meta visualizar las luchas de este grupo en una plataforma mundial. La organización PLAN lleva 75 años defendiendo a la niñez de los continuos abusos a los cuales son sometidos en las diferentes partes del mundo. Dicha organización, específicamente, busca combatir la pobreza infantil a través de la promoción de los derechos de la misma. Por lo que durante todo un año esta organización recolectó testimonios de niñas de diferentes países para que estas pudieran contar su historia y bajo las condiciones que vivían. La campaña invitó a niñas a que asistieran a las Naciones Unidas, y que ellas mismas contaran sus experiencias y relataran la importancia de promover un día, que reconociera la lucha de todos los niños y niñas para optar por un mejor futuro. Finalmente, con el apoyo de la mayoría de los Estados miembros, la ONU aprobó que en octubre se celebrara el Día Internacional de la Niña con el motivo de empoderarlas.
Gracias a los esfuerzos y a las acciones que realizan organizaciones como PLAN, no solo vemos mejoras en algunas regiones, sino que también vemos el surgimiento de nuevos liderazgos. Al reconocer la situación en que viven los niños y niñas a través de sus propias voces esto ha resultado en el empoderamiento de líderes jóvenes. Lil Shira es una joven camerunés que se ha convertido en una defensora del derecho de acceso a la educación a niñas en su país. Esta joven de apenas 15 años fue seleccionada como delegada para asistir a las Naciones Unidas y contar la historia de las mujeres en su país. Lil cuenta que el mayor problema es el sistema educativo plagado de machismo, que tiende a fomentar que las mujeres dejen los estudios a una temprana edad sin terminarlos. Actualmente Lil esta apunto de terminar sus estudios y a la misma vez ha incursionado varios cursos de periodismo con lo que espera forjar una carrera profesional. Aparte de sus esfuerzos locales, Lil desea, a través del periodismo, exponer la situación que viven sus compatriotas al resto del mundo y crear conciencia. Como Lil, hay muchos niños que, a pesar su temprana edad y los peligros que corren, han alzado la voz en contra de los abusos y se han convertido en activistas.
Al principio de esta semana, en Pakistán, doctores lograron removerle una bala en la cabeza a Malala Yousafzia, quien sufrió un ataque a manos de los talibanes. Malala tiene apenas 14 años, y fue atacada a tiros cuando regresaba a su casa en el bus del colegio, con ella otras dos niñas fueron heridas. Malala vive en el Valle Swat de Pakistán, y cuando cumplió 11 años los talibanes tomaron la región imponiendo la ley islámica, la cual prohibía a todas las niñas asistir al colegio. Con apenas 11 años, Malala comenzó un diario en donde contaba su vida bajo el régimen talibán, consecuentemente la BBC le ofreció publicar una especie de columna bajo un pseudónimo. A pesar de los peligros que podría enfrentar, Malala siguió asistiendo al colegio teniendo que esconder los libros dentro de su ropa. Malala se convirtió en la voz de muchas niñas que viven en el Medio Oriente y que son sujetas a una constante discriminación y rechazo. Gracias a su valentía, el mundo conoció la actual situación de Pakistán y ha sido premiada internacionalmente por sus esfuerzos. A su corta edad, Malala ha sido victima de un brutal ataque, el cual sus atacantes justifican; sin embargo, estos no pueden arrebatarle su espíritu. Malala y Lil son ejemplos de los nuevos liderazgos jóvenes que debemos celebrar como íconos de valentía.
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