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Gustavo Herrarte: «El error más común al hacer una encuesta es hacer la encuesta misma»

Los cacicazgos han ganado más espacio porque se han casado con el crimen organizado o con movimientos sociales
Somos una sociedad altamente estable y predecible. Nuestras opiniones políticas son casi incambiables
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Gustavo Herrarte: «El error más común al hacer una encuesta es hacer la encuesta misma»

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¿Puedo confiar en una encuesta? ¿De dónde sacan esos datos? ¿Son reales? Estas son preguntas recurrentes en la época electoral. En muchas partes del mundo, especialmente en Estados Unidos y Europa, se cuestiona si estos instrumentos aún son válidos. Gustavo Herrarte, especialista en metodología de la investigación, asegura que en muchos lugares tienen muchos problemas de validez, pero en Guatemala sirven... según lo que se pretenda. Aquí «no tenemos mucho problema con las encuestas y eso nos dice mucho de nuestra sociedad».

Gustavo Herrarte ríe cuando se le pregunta acerca de las encuestas. «Yo casi no les pongo atención a las electorales», dice mientras acaricia a su perro, Molly, en la sala de su casa. Su respuesta, a días de la segunda vuelta electoral, no se parece a la de una buena parte de la población, que se pega a las pantallas de sus teléfonos, televisores, y computadoras para tratar de adivinar quién será el próximo presidente o presidenta.  

En los últimos años, sobre todo en Estados Unidos y Europa, varios estudios de opinión pública señalan que las encuestas pierden vigencia poco a poco, debido a los cambios de la sociedad y la manera de consumir información. Aunque, según Herrarte, hay otros factores que juegan roles clave como la polarización y la movilidad de la población.

¿Aún es válido hacer una encuesta electoral?

Hay una respuesta fácil: son válidas, pero todo depende de tu objetivo. Si lo que quieres ver es la tendencia o preferencia de voto para predecir resultados finales y hasta ahí te quedas, está bien. El problema se da cuando se quiere ir más allá. Por ejemplo, cuando se dice que las tendencias de los votos de las mujeres son estas, que la tendencia del voto indígena es aquella, y la de jóvenes es tal. Ahí ya entras en problemas. Las sociedades humanas se vuelven cada día más complejas. La estadística y la complejidad social no van de la mano. Funcionan muy bien cuando hay poblaciones rígidas bien identificadas, pero no cuando hay lugares con alta movilidad como Estados Unidos, India, Brasil, y Europa.

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Si la hipótesis de tu encuesta es que un grupo de personas que viven en un mismo sector van a tener una tendencia política similar, tendrás problemas. La posibilidad de vivir toda tu vida y morir en el mismo lugar que naciste en lugares Estados Unidos o Brasil es muy baja. Hay mucha gente moviéndose por todos lados. la movilidad social trastoca muy rápidamente tu hipótesis.

El segundo problema que vemos en los últimos años y mundialmente ha habido una alta polarización. La polarización no va a estar distribuida geográficamente, lo que sí podía verse antes. Por ejemplo, Noruega en la década de los 50 tenía a la población obrera de un lado del río y al área comercial del otro. Cuando el Estado empezó a invertir en ciertos sectores, la polarización ya no estaba distribuida demográficamente. La polarización te va a generar un montón de problemas para tener éxito en las encuestas por la complejidad social que presenta. Y la complejidad social y la estadística no se llevan bien.

En el mundo se cuestiona la validez de encuestas de estudios de opinión política. El más reciente caso es Donald Trump, aunque pasó también con George H.W. Bush y Barack Obama. Pero en Guatemala no tenemos mucho problema con las encuestas y eso nos dice mucho de nuestra sociedad.

¿Qué nos dice que aquí sí funcionen las encuestas y en otros lados ya no?

Somos una sociedad dirigida y la probabilidad de nacer un lugar y morir ahí es bastante alta. Hay cierta movilidad, pero es hacia espacios urbanos. Por ejemplo, si te ofrecen un trabajo en Quetzaltenango, lo puedes considerar. Pero si te dicen que es en Chajul, probablemente digas que no. Entonces tienes concentración en los centros urbanos, los cuales están muy estratificados. Todo esto da como resultado una sociedad altamente estable y predecible. Nuestras opiniones políticas son casi incambiables. Algo es blanco o es negro. No hay mucha complejidad y el debate público es bastante sencillo. Las campañas políticas son ridículas, no hay deliberación, sino tiran ideas chiquitas que no vayan a polarizar masivamente y ahí murió. Eso nos hace una sociedad simplista y predecible.

Pero ha habido polarización después de 2015.

Hay polarización tipo urbano-rural, Cicig y anti-Cicig, pero vivimos bajo estructuras de poder bastante rígidas, clientelares, y parroquiales.

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Habla de estructuras clientelares. ¿Hubo algún cambio después del 2015? ¿La gente votó menos por los cacicazgos o estas estructuras?

No. Es más, se afianza la idea de que los cacicazgos han ganado más espacio porque se han casado con el crimen organizado o con movimientos sociales. Por ejemplo, el caso de la mina San Rafael. Ese es el caso de libro de texto acerca de la complejidad social pero la rigidez de estructuras. Tienes malos y buenos. Todo es negro y blanco. Ves a actores que evitan la deliberación porque si la permiten, pierden el poder. Y eso no solo pasa en los espacios rurales. En la ciudad de Guatemala está el Unionismo, un grupo que conscientemente han creado sectores geográficos estables para tener una base electoral a base de un sistema clientelar. Hubiera sido más fácil únicamente preguntar si querían que siguiera en lugar de salir a hacer campaña.

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Pero esto ejemplifica la rigidez de Guatemala y por qué es que las encuestas funcionan aquí y no en otros lados. Si lo que quiero es entender el voto, no ver una tendencia, la estadística ya no sirve. O tendría que usar un nivel más avanzado de estadística.

¿Por qué no puedo usar una encuesta para entender el voto? 

Se ve a muchos analistas y medios decir que las mujeres van a votar así, y los hombres de esta otra forma. Si veo la base de datos, es probable que encuentre una correlación bastante alta entre hombres y mujeres, rural y urbano. Aquí es donde voy a aburrir a los lectores -ríe-: esto es lo que se conoce como el Problema de Gauss. En resumen, lo que sucede es que estás separando las variables de manera artificial. Te va a quedar un estudio chilero porque las correlaciones quedan casi perfectas, pero no se debería de hacer. Yo no puedo decir que un grupo piensa de esta forma y otro de aquella porque estoy asumiendo que los grupos no se relacionan entre sí, y sabemos que no es cierto. Aún en Guatemala con poblaciones rígidas no podemos decir que no hay interacción.

¿Qué errores son los más comunes a la hora de hacer una encuesta?

El error más común es hacer una encuesta (ríe). Los errores pueden ser múltiples en cualquier parte del proceso. Tiene que ver mucho por qué la estoy haciendo. Por ejemplo, algunos partidos políticos van a sesgar su encuesta desde su marco muestral y llegan con la población que esperarían que vote por ellos. También hay casos en los que hacen campaña antes de recoger los datos, lo cual también va a sesgar los resultados. Otra cosa que es muy común es que el instrumento tenga palabras o preguntas que causen un sesgo. Es muy fácil caer en un error o un “error”.

¿Las encuestas influyen en los resultados?

En Guatemala nunca se ha hecho este tipo de estudios, pero en otras partes se ha visto que una encuesta puede ser una profecía. Al publicarla, la encuesta artificialmente introduce variaciones en la población. Por ejemplo, la gente tiende a preferir a los candidatos que lideran encuestas. Esto es un problema grande porque en muchas sociedades hay leyes en contra de publicación de campaña política en un tiempo específico antes de las elecciones.

Aquí son tres días, lo que me parece muy poco. Los cambios a la Ley Electoral y de Partidos Políticos pretendían minimizar el efecto de los medios, pero obviamente les tocó los intereses. Lo que sí es que hay menos encuestas que antes. Aún no podemos decir si los cambios a la ley en serio funcionaron, eso se tendrá que ver luego de la elección.

¿Cómo se hace una encuesta?

En los primeros minutos de la entrevista, Herrarte dio una (no tan breve) explicación acerca de cómo se hace una encuesta, los elementos que debe tener, y su historia. Las encuestas, como las conocemos hoy en día, provienen de la teoría creada por George Gallup, el fundador del Instituto de Opinión Pública estadounidense.

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La explicación de cómo realizar una encuesta es larga. Así que las indicaciones de Herrarte fueron resumidas para mejor entendimiento. Según el experto, estos son los pasos a seguir para hacer este instrumento de investigación. 

  1. El primer elemento es por qué hacer la encuesta, definir un objetivo fijo. Si es una encuesta electoral se quiere predecir la probabilidad de que un grupo de ciudadanos vayan a votar y por quién.
  2. Marco muestral: cómo se va a formar el grupo de las probables personas que van a participar. En el caso electoral, el ideal sería tener el padrón electoral, pero esto no es público en Guatemala. Entonces hay que hacer cálculos probabilísticos a través de mapas y cuadrantes. El error del marco muestral determina qué tan exitosa va a ser la encuesta. Herrarte define el marco muestra como «el arte de las encuestas».
  3. Hacer el instrumento: Herrarte explica que esto es clave porque determina cómo la gente va a responder y a asimilar las preguntas.
  4. Con el instrumento y el marco muestral hechos, se realiza el cálculo del error estadístico. Los investigadores establecen el porcentaje de confiablidad y el porcentaje de error. También se calcula el resultado de la variable final. Es decir, cuántos puntos arriba o abajo podría alterarse el resultado. Herrarte explica que las empresas que hacen encuestar dan este cálculo en las fichas técnicas, pero no dicen las variables demográficas (marco muestral) para la muestra.
  5. Recolección de datos: lo primero es capacitar a los encuestadores porque estas personas también pueden generar variación de los resultados de las encuestas. Por ejemplo, Guatemala es racista. Esto quiere decir que hay variación entre una encuestadora mujer y ladina y un encuestador hombre e indígena. Hay que tener cuidado con buscar gente con la que las personas puedan tener mucho favoritismo, advierte Herrarte: los encuestadores se deben controlar para no causar variación por las características del encuestador.
  6. La aleatorización de los datos: es asegurarse de que se hayan tomado los datos de la manera más aleatoria posible. El antropológo lo explica así: «Vemos el mapa y decidimos a qué calles, avenidas y callejones vamos a ir. Cuando llegamos al lugar decimos que únicamente tocaremos el timbre de las que estén al lado derecho de la calle y tenga paredes blancas». Esto se asegurará de capturar variación en los datos.
  7. Vaciado de datos: puedes hacerlo a mano con una matriz o en vivo si el encuestador tiene una tablet conectada a internet. El análisis de las matrices de vaciado es lo que dará el resultado.
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