Guayaberos

Cuando me preguntó qué había comprado y yo le mostré el libro de Serrano Elías; medio en broma y medio en serio me dijo: “¿por qué la gente no me lee a mí y sí a Serrano?”.  

Pude haber dicho que era por trabajo o que era un regalo (lo que realmente terminó siendo) pero no lo hice. El libro del golpista Serrano Elías sale a la venta precisamente cuando contamos con un gobierno liderado por personas que, en su momento, fueron muy cercanas al ex aprendiz de dictador. La lectura del mismo resulta importante para tratar de entender los objetivos y las estrategias para alcanzarlos que piensa trazar la actual administración  “patriota”.

Esta misma interrogante, sobre qué objetivos y qué estrategias, tenemos que aplicar a los demás partidos políticos. Más allá de su participación en el legislativo, ya sea de apoyo al partido oficial o de oposición al mismo,  ¿siguen todos un mismo objetivo general de construcción y fortalecimiento del Estado y sus instituciones?; o más sencillo, ¿trabaja algún partido político por Guatemala?

Centros de análisis y columnistas destacan ya el claro interés entre los otros dos integrantes del triunvirato de la mano dura, la vicepresidenta y el ministro de comunicaciones, por ser los ungidos por el oficialismo para el próximo gobierno. Y eso que estamos nomás a seis meses de gobierno. La vice Baldetti trabaja por comunicar la imagen de mano dura frente a la corrupción y por la transparencia al mismo tiempo que está moviendo las piezas del ajedrez político a su favor. Hace esto estando consciente de los impedimentos legales para ser candidata las próximas elecciones y de que se encuentra en una posición de mayor desgaste que el ministro Sinibaldi. A este último hay que reconocerle que su estrategia, vieja pero segura, le está sirviendo: la propaganda con “obras no palabras” que en su caso le beneficia mucho después de la estrepitosa y humillante derrota por la alcaldía capitalina.

Pero, ¿son estas labores las que esperamos de aquellos quienes ostentan “la guayaba” y de su equipo?

Siguiendo la misma línea que el gobierno anterior, sobre el cual tanto despotrican, los patriotistas se ocupan más en garantizar la continuidad en el poder que el servicio público para el cual fueron contratados políticamente por la ciudadanía. Pero, ojo, que no son los únicos.

Partidos de oposición como Líder y Creo tristemente también se prestan a estas mañas trabajando en arar el camino hacia “la guayaba”. El partido Lider se ocupa en desgastar la imagen del partido oficial y hará exactamente los mismo en los tres años y medio que quedan, con el fin de regalarle una pauta publicitaria a Manuel Baldizón para que diga “se los dije” y ¡zaz! Miles de votos en la bolsa. El partido Creo, en cambio, se ha prestado a las tradicionales negociaciones y arreglos turbios que distinguen al politiquero. Se aprovecharon de la imagen del Dr. Eduardo Suger para posicionarse y ahora buscan, a base de contubernios como la elección del Procurador de Derechos Humanos, competir también por “la guayaba”. Eso de fiscalizar, de representar los distritos, de ocuparse por las necesidades de Juan Pueblo… babosadas, todos parecen actuar como guayaberos. Ahora queda ver qué tanto aprendieron del golpista.