Un medio de comunicación como CNN, tan cercano al gobierno estadounidense que a veces hasta parece su vocero, es una buena fuente para consultar el contexto, las causas, y las implicaciones de estos hechos; tomando ideas y textos de su página web sobre este tema podemos armar el siguiente resumen.
No hay nada nuevo en el enfrentamiento entre la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos, y el Senado dominado por los demócratas respecto al acuerdo sobre el presupuesto para financiar las operaciones del gobierno durante el año fiscal 2014, que comenzó el 1 de octubre. Cada año desde 1994, el Congreso fracasa al aprobar un presupuesto antes de que inicie el siguiente año fiscal. Sin embargo, siempre ha aprobado una resolución de continuidad para destinar recursos a las operaciones del gobierno hasta que haya un acuerdo sobre el presupuesto.
En una situación como la actual, el gobierno de Estados Unidos experimenta un "paro" parcial que afecta a los "servicios no esenciales" y ha habido 10 paros como éste desde 1981. Todos —excepto uno— duraron un fin de semana y la mayoría de las oficinas gubernamentales estaban cerradas de cualquier forma. La excepción fue a finales de 1995 y principios de 1996 cuando duró 26 días. Ahora puede pasar algo parecido ya que los demócratas se oponen firmemente a la insistencia republicana de eliminar los recursos para Obamacare como condición para cualquier acuerdo sobre el presupuesto, además de que existe la amenaza de un veto presidencial si se implementara una medida de tal naturaleza.
Todo esto puede parecer una lucha interna local, pero las posibles consecuencias podrían tener un alcance mundial si el enfrentamiento continúa hasta mediados de octubre, cuando Estados Unidos debería elevar el límite de la deuda. De hecho, se alcanzó el techo de endeudamiento en mayo. Desde entonces, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha manipulado el dinero de las cuentas del gobierno para pagar a los acreedores del país, pero la caja ya está casi vacía.
Estados Unidos enfrentaría la primera suspensión de pagos de la historia. Si esto ocurre, la menor de las consecuencias será una reducción de su calificación crediticia. El hecho de que los acreedores del gobierno de Estados Unidos sean principalmente gobiernos extranjeros y bancos centrales puede evitar que cunda el pánico en los mercados.
Si se da una suspensión de pagos aunque sea breve, el gobierno de Estados Unidos probablemente tenga dificultades para vender Bonos del Tesoro de interés bajo a corto plazo para financiar sus operaciones. La consecuencia probable de esto sería una mayor dependencia en los préstamos a mediano y largo plazo que requerirían de mayores tasas de interés para ser atractivos.
Si las tasas de intereses de Estados Unidos suben, el país podría convertirse en un imán para el capital mundial, lo que provocaría que los países europeos en particular se queden sin el crédito necesario para mantener su propia recuperación económica.
Puede ser que se evite la suspensión de pagos, sin embargo, lo que el mundo necesita ahora es mayor certidumbre de parte del mayor prestador y propietario de la moneda de reserva. Sin esto, podría haber repercusiones muy dañinas al crecimiento económico mundial, justo cuando las locomotoras de los países emergentes parecen recalentadas al haber halado la economía mundial en los últimos cinco años.
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