El último término aquí descrito hace una referencia directa al meta-relato fundamental de la judería: El momento donde todo Israel – kol Israel- se encuentra en el Sinaí y recibe la Ley.
Hemos de recordar la actitud anti-semita en la mayoría de filósofos franceses y alemanes. Por ello, en Glas, Derridá no solamente criticará la actitud de Hegel hacia los judíos (incluso adoptará de allí en adelante para toda la lectura el título Rabino Derrisá); también mostrará el peso determinante de las figuras judaicas en la filosofía.
¿Qué es la figura del Sinaí en la obra de Derridá? ¿Por qué razón la trae a mención?
Es el punto de inicio, un punto universal de autoridad para todos, ´para los judíos, los escritores y los poetas.´ La referencia ´a los judíos´ hecha por Rebbe Derrisá se sostiene en cuanto al reconocimiento de la predilección del pueblo judío por los libros, por la reglas de la hermenéutica y por el énfasis en la palabra. En el Sinaí, entonces, todos los que escriben (además del pueblo del Libro) se confrontan ante la Ley del Padre. Esta Ley es universalmente implacable, sancionadora, legisladora. Derridá es muy claro al recordarnos (y lo hará también Levinás) que al subir al monte: ´Moisés jamás contempló el rostro de Dios sino, la ´espalda o las nalgas´ divinas.
¿Qué ´vemos´ en el Sinaí entonces? Muy poco. No es que la ´Cara no sea mostrada´ sino que, la ´Cara´ está sobre nosotros: Es autoritaria. ´El Rostro´ se esconde y se nos entrega la ´palabra´ aunque, no es una ´palabra´ hecha ´carne´ (Emmanuel) cómo le sucede a los cristianos. No hay ninguna experiencia en sí para con el mandato recibido. Por lo tanto el traductor se hace necesario. Por esa razón Glas, para lidiar con la regla incuestionable y extraña dada por el ´Jahwe Abrahámico y Mosaico ´ hace referencia a Walter Bejamin y la categoría del Aufgabe. Recordemos que la referencia a Benjamin aparece en Glas al inicio del texto, cercano a la referencia de los dos pilares básicos y eso no es mera coincidencia. Hay que tomar en cuenta también que para Benjamin, para Freud, para Levinas y para Derridá (todos judíos) el texto por excelencia (el reto, la tarea inicial y fundamental) a traducir, a darle sentido, a hacer cognoscible es ´el viejo texto´ ´o el mandato implacable´.
Derridá es muy claro al recordar la fuerza mesiánica que recibimos al momento de hacer filosofía: La protección del ´sentido original´ de una generación a otra. Por eso, recuerda también la expresión de Bejamín en cuanto a que el ´pasado reclama el derecho de cómo hacer la interpretación.´ Es entonces aquí donde se lanza la pregunta en cuanto a si ¿La tarea filosófica puede liberarse de esta camisa de fuerza, ya sea en la traducción, en la crítica o la historiografía?
Es una situación ambigua.
Se requiere un esfuerzo de ´olvidar´ y buscar ´El Origen´ del sentido de los conceptos. La herramienta de-constructiva no es otra cosa sino, el instrumento para hallar el verdadero origen de un principio, un concepto o una categoría. Sin embargo, buscar ese origen, acoger el olvido de lo dictado, nos hace encontrarnos con otra realidad: En el origen (por no decir ´en El Principio´) lo que existía era ´el Nombre´. Derridá repite la explicación de Benjamin: ´ en el nombre —y no a través de él— las cosas que están privadas de sonido acceden a un lenguaje superior, en el nombre que el hombre les da. ´ El ´Nombre´ da el sentido pero, dicho nombre es al mismo tiempo, el propio del implacable dador de reglas.
Tener nombre es existir, pero además, reconocer la Ley del Padre (de la regla fundamental) y del principio fundamental. Lo jerárquico no son las cosas, sino ´el Principio o la Regla´.
Esto no es mero juego de palabras en Derridá. Hay una ejemplificación muy puntual de lo que hemos querido argumentar. Derridá se atreve a afirmar que en términos de la diversidad sexual no es lo femenino o la mujer lo que se ha interpretado cómo subordinado sino, el principio en sí mismo de la diferencia sexual. Y cuando este principio se subordina, lo ´otro´, ´ lo que es aún por conocer´ (por existir) también se subordinará en la medida en que su significado es pospuesto para ser definido. (différance).
¿Es posible romper la Ley del Padre?
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