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El vestido de la mona

Las elecciones son prisioneras de un sistema perverso que de no cambiar el país seguirá igual.
Tipo de Nota: 
Opinión

El vestido de la mona

06 de Septiembre de 2011
Palabras clave

“Aunque se vista de seda, mona se queda”. Algo así va el refrán popular y disculpen lo dicharachero, pero es así como mejor puedo describir el actual proceso electoral.

Cada cuatro años, los candidatos políticos entran en la contienda electoral generando un gigantesco monstruo de mercadeo político cuya función es vomitar en todo el territorio nacional la publicidad de los partidos. Es una danza de millones (en un país pobre, que no se les olvide) que tiene como fin último ganar las elecciones. El político, esencialmente, busca maximizar votos, de la misma forma en la que un empresario busca maximizar ganancias. El dilema está en cómo lo hace.

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