Nuestro sistema económico cuando menos en su ordenamiento jurídico no simpatiza con Keynes, la función principal del Banco Central plasmada en su Ley es el control del nivel de precios y tras ese mandato (como corresponde a una entidad pública) se diseñan las medidas de Política económica, renunciando a la posibilidad de arriesgarnos a crear empleo.
Siempre hemos apostado a crear empleo mediante legislación, generando incentivos para atraer inversión extranjera y fomentar la nacional y ésa es una forma de hacer las cosas; pero timoratos hemos dejado de apostar al emprendimiento y a facilitar el surgimiento de nuevos empresarios. Uno de los libros clásicos de emprendimiento y motivación personal “La actitud mental positiva, un paso hacia el éxito” que es la saga de “Piense y hágase rico” ambos de la primera mitad del siglo XX, pusieron en moda el eslogan de casi toda la publicidad en materia de finanzas, que su banquero es su amigo y que un proyecto más determinación y trabajo, el trampolín al éxito.
Pero no parece ser éste el caso de las Pequeñas y Medianas Empresas, al fin y al cabo los bancos e instituciones de finanzas pueden tener razón y la prudencia mande un papel conservador, pero si el Estado quiere generar empleo no debe ignorar el potencial de este tipo de empresas para hacerlo y debe generar instrumentos de Política que si bien no deben subsidiar la tasa de interés, sí pueden reducir los costos de transacción y la intermediación a la que se ven sometidas las líneas de crédito para PyMes que existen en el medio.
Según la CEPAL, Guatemala registra el más alto margen de intermediación financiera, con una tasa superior al 20 por ciento, seguido por República Dominicana y Brasil, con una tasa del 15 por ciento, y Bolivia con el 13 por ciento. AnteriorSiguienteLos márgenes de intermediación de varios países latinoamericanos están entre los más altos del mundo, y al elevar el costo del financiamiento, afectan la disponibilidad del crédito, en especial para las PyMes.
No sólo sucede en Latinoamérica, en una economía como la de España, donde urge crear empleo, nos dice la prensa (El País) de la semana recién pasada que: “La falta de crédito y su carestía para las Pymes en España es una buena prueba de que el mercado monetario único europeo no está funcionando. En alguna ocasión, el Banco Central Europeo (BCE) ha admitido la gravedad de este problema porque es un generador de paro. La troika (compuesta por el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea), el Supervisor Bancario Europeo, y un representante del Tesoro español, realizaron un severo interrogatorio a la banca por su comportamiento ante este problema”.
El cuestionamiento en su parte toral dice: “Los préstamos corporativos siguen disminuyendo. ¿Es una cuestión de oferta (préstamos caros) o de demanda (Pymes débiles), o ambos? ¿Son las Pymes significativamente menos productivas que las grandes empresas? ¿Qué parámetros o qué miras utilizan para evaluar la solvencia de la Pyme? ¿Cuáles son los tipos de interés aplicados por su banco a las Pymes para cantidades de hasta un millón de euros y hasta 5 años de plazo? ¿Qué factores, además del coste de la deuda soberana española están influyendo en esa tasa?”.
Algunas preguntas similares deberíamos formularnos acá en Guatemala, puede ser que estemos olvidando a un poderoso instrumento para generación de empleo, o puede ser que algunos sostengamos esta idea porque lo que estamos viendo es un espejismo y las Pymes no sean una de las soluciones, en fin, hay que hablar sobre el tema.
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