Indudablemente causa preocupación porque vemos que dicho futuro no se ve promisorio. En una entrevista que le hacían a Julio Rodas (exjugador de Municipal, Comunicaciones y muchas veces Seleccionado Nacional) le preguntaban de sus inicios como jugador de futbol. Él toco un tema a grandes rasgos (algo que me sucedió en divisiones inferiores) sobre la diferencia del modo de trabajar a las futuras estrellas de nuestro balompié nacional. En dicho pasaje compartió que en la categoría especial (una división inferior al plantel mayor) terminaba los partidos con más de 5 mil personas que esperaban el partido principal de los equipos mayores y que indirectamente forjaban a los aspirantes a jugadores profesionales, de carácter, de atrevimiento, sin miedo escénico. Yo lo viví muchas veces durante mi corta estadía en la especial de Comunicaciones donde a veces jugaba clásicos, a mis 16 años, con más de 20 mil personas en el estadio. El día de hoy, nuestros jugadores de la misma categoría fueron relevados a jugar en la Tercera División del futbol nacional donde escasamente sus propias familias van a apoyarlos en los partidos.
¿Donde queda esa ¨capacitación¨ de nuestros jugadores?
Antes, al jugar de preliminar al partido de los mayores, el mismo cuerpo técnico presenciaba tu partido y era una vitrina para ser visto y, ¿por qué no?, ser promovido al plantel mayor. Ahora nuestros jugadores dependen de la comunicación interna de los entrenadores de las diferentes categorías para llevar un seguimiento de los prospectos interesantes en cada equipo.
Si tocamos el tema de los formadores de jugadores jóvenes, una triste noticia aconteció a principios de año cuando suspendieron el nivel dos del curso de entrenador de la Federación de Futbol de Guatemala debido a que no había suficientes entrenadores en dicho nivel. Señores, aunque hubiese un solo estudiante de dicho nivel, es responsabilidad de las autoridades impartir dicho curso y extender (si llega a aprobarlo) el título de entrenador Nivel 2, que le permite entrenar divisiones inferiores. Es preocupante la poca demanda de entrenadores de formación de jugadores, pero más preocupante la negligencia de la Federación para dar un servicio que está obligado a dar. Después nos quejamos que en nuestro futbol solo entrenadores extranjeros hay (sobretodo argentinos, y ¡ojo! Que yo soy nieto de un entrenador extranjero de futbol base) y no le damos oportunidad al material nacional para desarrollarse, ejercer y triunfar en nuestro propio país.
Si vemos las decisiones que nuestras autoridades toman con respecto a los entrenadores de futbol, jugadores y en conclusión del futuro de nuestro futbol, encontramos el caso del entrenador estadounidense que estuvo conmigo en Antigua GFC. No critico la decisión de la directiva de mi equipo, al haber separado un entrenador tan calificado como lo es el Sr. Korytovski (dicha decisión dependía de los objetivos del equipo que busca más el ascender a Liga Mayor que tener un equipo que juegue lindo al futbol), sino más bien critico a nuestras autoridades llamadas Liga Nacional y Federación de Futbol de Guatemala, al dejar ir un entrenador que puede cambiar la mentalidad del jugador de futbol guatemalteco y además darle un estilo de juego que, a mi opinión, mejor se adapta para el futbol chapín. Un futbol que requiere buena técnica, movilidad en espacios cortos, el llenar espacios y no caer en un futbol que requiera velocidad en distancias largas, el choque constante con el rival y el arriesgar la pelota.
Señores, mi temor es que el futbol chapín atraviesa y continuará atravesando momentos difíciles porque no tenemos idea de hacia donde nos dirigimos, especulando y esperanzados solo con chispazos como el que dio la sub 20 al clasificar al mundial, o que venga un extranjero a decirnos como debemos trabajar, como lo hizo Madariaga en las eliminatorias del 2006.
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