Se deberán evaluar los resultados de esta participación, al finalizar la Conferencia, especialmente en cuanto a la situación planteada por el Párrafo Especial en materia de libertad sindical, que puede resultar de especial importancia ante la posibilidad de la conformación del panel de arbitraje en el marco del DR CAFTA.
Adicionalmente, la Conferencia Internacional del Trabajo de este año brindará la oportunidad de discutir otros temas de importancia. Entre ellos destaca el empleo juvenil. En el marco de la Conferencia se presentará el informe “La crisis del empleo de los jóvenes: ¡pasemos a la acción ya!, en el cual la OIT presenta recomendaciones para que los Estados puedan hacer operativa la Resolución relativa al empleo de los jóvenes, adoptada en el marco de la 93ª. Conferencia, realizada en 2005.
Como destaca el informe en mención, “Una alta tasa de desempleo entre los jóvenes representa un desperdicio de recursos humanos y talento que resultan cruciales para rejuvenecer la fuerza de trabajo”. El informe afirma también que “el desempleo genera exclusión social que, a su vez, provoca una gran dependencia de los programas de bienestar, además de delincuencia y un comportamiento antisocial, y acentúa la vulnerabilidad de las sociedades a los disturbios sociales y la agitación política”.
Estas afirmaciones las conocemos en carne propia en América Latina y forman parte de la vivencia de la inequidad en nuestras sociedades. De hecho, el informe establece que existen en el mundo un total de 1200 millones de personas entre 15 y 24 años de edad, de las cuales un 90% vive en países en desarrollo. De este porcentaje, un 10% vive en nuestra región.
El informe establece también una cifra bastante significativa: en 2012 existen 200 millones de desempleados en el mundo. De estos, 75 millones son jóvenes y una cantidad bastante significativa corresponde a mujeres. Para absorber a este ejército y dar cabida a quienes cada año se incorporan al mundo laboral, será necesario que la economía mundial cree alrededor de 40 millones de empleos anuales, hecho absolutamente improbable en las condiciones actuales. No cabe duda que estos números pueden interpretarse como la semilla de un descontento social en el futuro cercano.
Uno de los desafíos de una población de trabajadores jóvenes viene dado por como capitalizar esa ventaja en la innovación y creatividad que impulsen la economía. Sin embargo, la tendencia marcada desde la crisis mundial de 2008, enfrenta a los jóvenes a una falta de certeza casi absoluta con relación a su situación laboral. La inadecuación de la educación para el mundo laboral –transición escuela –trabajo–, los condena a empleos de bajas remuneraciones, pobreza e la informalidad.
Algunas de las medidas sugeridas por la OIT entran en el campo de la macroeconomía, en torno a considerar el fomento del empleo pleno en las políticas nacionales, pero también se refieren a otras medidas como mejorar el acceso al crédito para MIPYMES, u orientar el sistema educativo hacia la productividad y la empleabilidad.
Los problemas de la falta de trabajo decentes para jóvenes son parte de las justificaciones para la política de empleo presentada la semana pasada por el Gobierno de Pérez Molina, que ofrece crear 47,000 empleos anuales. Algunas lecciones podrían ser aprendidas a partir de las experiencias presentadas por OIT, especialmente para la formación de los instrumentos jurídicos que implementarán la política.
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