Duele cuando los preclaros músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional tienen que hacer un plantón frente al Congreso de la República para hacerse oír en relación al magro salario que devengan.
-Diálogo con sordos: Diputados hay tan ignotos que no distinguen un violín de una pandereta.
Duele Guatemala cuando el presupuesto de las instituciones del Estado que supuestamente tendrían que tener un impacto social relevante se destina en un 80% a cubrir su burocracia.
-Diálogo con tramposos: Salarios en pago de favores políticos.
Duele Guatemala cuando la prensa nacional obedece casi exclusivamente al poder económico oscuro y oculto, y minimiza las noticias y necesidades del pueblo-pueblo.
-Monólogo de arrastrados: Altavoces de las derechas.
Duele Guatemala cuando la justicia se ceba contra “el indio” y se le estigmatiza como terrorista por reclamar sus derechos.
-Diálogo con cínicos: “El indio” a la cárcel, el mal llamado ladino a su casa mediante medida sustitutiva y, ¡al olvido de sus mañosadas!
Duele Guatemala cuando sus maestros de escuela primaria y secundaria dedican decenas de días a holgar en nombre de la reivindicación del gremio.
-Diálogo con arquetipos de la estulticia: Un porcentaje altísimo de sus alumnos no pueden aprobar sencillos exámenes de ingreso a las Universidades del medio.
Duele Guatemala cuando su clase media tiene que humillarse ante el diputado vulgar y lascivo para conseguir un “chance”.
-Diálogo con sádicos: La dignidad y autoestima del necesitado por los suelos.
Duele Guatemala cuando extranjeros nacionalizados despotrican en la prensa contra el Estado, la Patria y sus hijos legítimos.
-Monólogo de perversos: El gobierno en silencio cuando debiera enjuiciarlos y expatriarlos.
Duele Guatemala cuando el Ministerio de Gobernación y el Ministerio Público tratan de imponer un virtual estado de sitio y toque de queda contra las mujeres bajo la égida de “Medidas de auto protección (sic) ante la serie de asaltos y violaciones cometidos en contra de las mujeres en la ciudad capital”.
-Diálogo con atarantados: ¿A quién se le ocurrió semejante payasada? Y ojo, tanto don Héctor Mauricio López Bonilla como la doctora Claudia Paz y Paz deben tomar cartas en el asunto. No vaya a ser que les hayan querido mover la silla. Seguro estoy: ellos no escribieron semejante comunicado.
Duele Guatemala cuando Antonio Arenales Forno, Secretario de la Paz, decide cerrar la Dirección encargada de investigar los archivos militares de la guerra interna decidiendo él que no hubo genocidio. ¿Quién es este señor que se arroga potestades de Juez pesquisidor o de Fiscal?
-Aquí sí, tiene que haber diálogo de muchos, de muchísimos, porque nada extraño sería que se destruyan esos archivos en donde, personas hay, —incluso actores en este gobierno—, que están “haciendo cola” en la fila encabezada por Ríos Montt.
Duele Guatemala cuando un agente de seguridad presuntamente subcontratado por una minera mata a mansalva a un campesino, el Presidente da razón de ello, el Ministerio Público también y, el vocero de la empresa, aduce que el matón no es empleado de ellos.
-Monólogo de prepotentes: Hasta una amenaza se lanzó por parte del abogado de la minera indicando su intención de emprenderla legalmente contra quien difunda injurias y calumnias en relación al caso no obstante el fiscal Jorge Canales y el ministro de Gobernación fueron más que claros. Ideal sería que exija —con todo derecho—, una investigación objetiva y de ser necesario, un juicio justo.
Duele Guatemala cuando la Conferencia Episcopal de Guatemala tiene que salir al paso en la facilitación de las pláticas para resolver los problemas mineros del país porque no hay quién lo haga.
-Diálogo de bienaventurados: “Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz” (Is 52,7).
Duele Guatemala, la morena, la maya, la mestiza, la amada. Como duele Guatemala, la Patria, ¡nuestra Patria!
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