Doble discurso

Y me parece que no es tanto así. Tres ejemplos: las reformas constitucionales, la deuda para pagar obra gris y la cesión de terrenos exclusivos al Instituto de Previsión Militar (IPM). 

En campaña se ufanaba en que su gobierno sería el de derecha más independiente de la elite. Y en la primera propuesta de reforma constitucional –que si bien tiene cuestiones muy interesantes como los distritos binominales para que tengamos un Congreso más representativo y democrático o la redefinición de la nación–, me parece que fue hecha pensando en cómo no enojar a la elite. Que si no se incluía el tema de Banguat como prestamista del Gobierno; en vez de estar enriqueciendo a los principales bancos del sistema. Que si las mineras iban a protestar si se ponía tiene y no debe y mejor un techo que un piso; en vez de exigir, por ejemplo, que el Estado tuviera que tener 10 por ciento de acciones. Y como igual protestaron, aunque no tenía nada revolucionario, pues a ver cómo se les contenta. 

En campaña dijo que rompería con el clientelismo y la corrupción. Las obras grises, de infraestructura, son las más opacas, corruptas, en todo el gasto público, entre diputados, funcionarios, financistas y empresarios. Y sin auditoría ni una pizca de apariencia por transparentar, el Gobierno anunció que adquirirá deuda para pagar esta deuda (ilegal) de Fonapaz y Comunicaciones. ¿Por qué no endeudarnos para que el Estado le pague al IGSS la deuda que tiene para que pueda haber seguridad social universal en Guatemala? ¿O hacer como Costa Rica y endeudarnos para duplicar los fondos de educación? 

En campaña y en gobierno dijo que no gobernaría para sectores, y como ejemplo se ponía él, un exmilitar que no gobernaría para el Ejército. Y ahora sale a luz la corruptada del tamaño de un templo de trasladarle terrenos en sectores exclusivísimos al opaquísimo IPM (por Cayalá y junto al Puerto) y todavía decir que es un abono a la deuda que se tiene. ¿No tenemos acaso los mismos derechos los ciudadanos que los ciudadanos militares? ¿Por qué no darlo para el mismo IGSS o para Salud o para Educación o a la Municipalidad para parques que sea un respiro?

PS. Recomiendo abstenerse de ver la película El Dictador. Misógina, racista, estúpida. Se burla de genocidios, de torturas, de violaciones. Debería tener advertencia en todos los cines.