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Con 82 votos a favor, la planilla oficial ganó la presidencia para el primer año del actual gobierno.

Día 1 en el Congreso: Una traición le otorga la presidencia a VAMOS

«Quiero aprovechar esta tribuna para mandar un mensaje al señor presidente Giammatei ¡Qué mal comenzó!»
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Día 1 en el Congreso: Una traición le otorga la presidencia a VAMOS

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El diputado novato, Allan Rodríguez, del partido Vamos, logró quedarse con la presidencia del Congreso. Esta hazaña fue posible porque el oficialismo aceptó el apoyo de Todos, UCN y FCN, las bancadas más cuestionadas de la legislatura anterior. Con esta acción prolongan su poder en el Organismo Legislativo.

En el primer día de la legislatura 2020-2024, el Congreso dio muestras de su esencia: se atestiguaron traiciones políticas, negociaciones, alteraciones del orden y señalamientos de compra de votos.

Toda la tensión estuvo en las negociaciones para integrar la Junta Directiva. Fueron nueve puestos de poder que se repartieron entre las bancadas Vamos, UCN, FCN, Todos, Valor, Viva, Humanista, Prosperidad Ciudadana (PC) y un representante de una minoría que se escindió de la UNE.

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Allan Estuardo Rodríguez Reyes, del partido oficial, será el presidente. En las vicepresidencias, en este orden, Sofía Hernández (UCN), Luis Alfonso Rosales Marroquín (Valor) y Armando Damián Castillo Alvarado (Viva). Las cinco secretarías serán ocupadas por Felipe Alejos (Todos), Rudy Pereira (FCN), Douglas Rivero Mérida (Humanista), Hernán Moran Mejía (PC) y Carlos Santiago Nájera (UNE).

En la gráfica se observa que Vamos negoció con bancadas que le dieron pocos votos, como es el caso del Partido de Avanzada Nacional (PAN) que solo le sumó uno, pero que en el momento necesario marcó la diferencia. La elección de Rodríguez fue posible porque obtuvo 82 de los 81 votos requeridos.

 

Cuando Carlos Barreda por fin tuvo oportunidad de presentar su planilla, dio un discurso. «Esta es una propuesta equilibrada, sin radicalismos de izquierda ni derecha, una propuesta de unidad nacional, con una visión que busca cambiarle el rumbo al Congreso». Añadió que tenían una agenda legislativa con propuesta económica, combate a la pobreza, fortalecimiento del sistema de justicia, lucha por la transparencia y el bien común.La propuesta de esta planilla fue hecha por el diputado de Todos, Boris España. Aunque Carlos Barreda, de la UNE, también había levantado la mano para presentar otra planilla, no se le concedió primero la palabra. Quien dirigía la sesión era Santiago Nájera, el diputado de la UNE estaba al mando de la sesión porque integró la Junta Provisional de Debates, creada específicamente para guiar la elección de las nuevas autoridades del Congreso. Minutos más tarde traicionaría a su bancada y fue como Quinto Secretario del Congreso.

Era una presentación con tono reflexivo, incluso de súplica, que buscaba convencer. También llevaba una dosis de denuncia. “Aquí no hubo plazas, no hubo proyectos, aquí no hubo dinero”, dijo. Ofrecía un viraje al rumbo del Legislativo, aunque su partido también carga el peso de señalamientos de corrupción durante el gobierno de Álvaro Colom de 2009 a 2012, y el caso por financiamiento electoral no registrado contra la excandidata presidencial, Sandra Torres.

Su propuesta era que el Congreso lo presidiera Orlando Blanco, de la UNE. Las vicepresidencias serían repartidas entre Carlos López Maldonado (UNE), Óscar Chinchilla (CREO) y Aníbal Rojas (Viva). Como secretarios a Jairo Flores (UNE), Gustavo Cruz (Bien), Walter Félix (URNG), Juan Carlos Rivera (Victoria) y Edgar Batres (Winaq).

Barreda les pidió a los 110 nuevos diputados nuevos que reflexionaran su voto. Al final, solo 77 diputados lo apoyaron. Entre ellos, y sin tener espacio en la directiva, los parlamentarios de Semilla, Podemos, Pan y Bienestar Nacional. Estos últimos dos, más Victoria, estuvieron fraccionados al emitir su voto.

La planilla de Vamos logró la mayoría absoluta, 82 votos, apenas uno más del mínimo requerido y solo cinco más que la otra planilla. Al observar el tablero, el hemiciclo se llenó de gritos, tanto de los diputados como de sus familiares que observaban en el palco. Hubo aplausos y escenas de emotivos abrazos. Era una fiesta para el oficialismo.

Vamos celebró que uno de los suyos logró la presidencia y el honor de imponer la banda presidencial a Alejandro Giammatei. Pero también ganó el peso de continuar, un poco bajo la sombra, los intereses de partidos políticos cuestionados durante el gobierno anterior.

Esta nueva directiva otorga espacios a la bancada UCN, agrupación política liderada por Mario Estrada, ahora acusado por narcotráfico en Estados Unidos por haber negociado ceder territorio a cárteles mexicanos a cambio de dinero para su campaña presidencial en 2019.

También otorga espacio a Todos, que junto a FCN-Nación, mantuvo durante los últimos años una agenda tachada como proimpunidad en el Congreso.

Los beneficios de controlar la Junta Directiva son muchos. Tendrá a su disposición caja chica, oficinas, asesores y otros beneficios, pero también decidirán sobre la permanencia o los cambios en los puestos administrativos, contrataciones de personal y manejo de 792 millones de quetzales. Además, si logran mantener la cohesión, podrán aprobar las leyes de su interés.

Traición en la UNE

Los más sorprendidos de la jornada fueron los de la dirigencia de la UNE. Era público que había una facción del partido, encabezada por el diputado Estuardo Vargas, que amenazaba con dividir los votos de la bancada. No se esperaban que fuera Santiago Nájera, un antiguo integrante del partido, el que los traicionara. «¡Traidor!», le gritó su colega, el diputado Mario Taracena, cuando se escuchó que la alianza de Vamos lo proponía como Quinto Secretario.

Taracena no se contuvo. Inmediatamente después que José Edmundo Lemus, de Vamos, había presentado una moción privilegiada para pedir permiso de ausentarse por tiempo indefinido para asumir como Ministro de Comunicaciones, Taracena pidió la palabra.

«No puedo dejar pasar esta oportunidad. Quiero aprovechar esta tribuna para mandar un mensaje al señor presidente Giammatei ¡Qué mal comenzó! Comenzó comprando diputados. Imaginen señores diputados, que lo que hace es meter sus manos en el Congreso, no respetar el voto de la población que le dio el voto a la UNE y a la mayoría que estaban aquí ¡¿Qué futuro tiene Guatemala con esto?! Usted presidente (Allan Rodríguez) ¿se siente bien sentado ahí, después de que sabe que tiene que soltar la billetera?».

En medio de abucheos, y un segundo llamado al orden, Taracena se vio obligado a concluir su exaltada disertación. «Lo que hicieron hoy es empezar a corromper al Congreso de la República…y ¿saben qué? lo que más me duele es que cinco de la UNE se vendieron. No saben lo que duele la traición. Ahí les cumplen y les pagan el dinero, ya sé que el dinero llegó a la oficina de (Fernando) Sanchinelli».

Las cuentas de Taracena estaban mal hechas. No fueron cinco, sino seis los diputados que le dieron la espalda a Orlando Blanco y le arrebataron con eso la presidencia del Congreso.

Francisco Vitelio Lam Ruano, Carlos Santiago Nájera Sagastume, Thelma Elizabeth Ramírez Retana, Edgar Raúl Reyes Lee, Juan Ramón Rivas García y Luis Fernando Sanchinelli Palma, fueron los seis que votaron por la alianza que le dio la presidencia a Vamos.

Minutos después de esa votación, la UNE anunció en sus redes sociales que haría las gestiones para expulsarlos del partido. Al hacerlo, los seis quedarían sin derecho a cargos en la Junta Directiva o conformar alguna comisión de trabajo en el Legislativo por los próximos cuatro años.

Edgar Reyes Lee, hermano del fundador del partido Bien, Fidel Reyes Lee, le respondió a Taracena. «Este señor siempre ha sido un payaso del Congreso, pero esto ya se acabó. No tiene credibilidad. Lo que hicimos nosotros es un voto democrático», se defendió.

A Lemus se le concedió el permiso y Sergio Evaristo Chiapas Rivera lo sustituirá. Tras el alboroto, sonó la banda marcial para recibir al binomio presidencial saliente.

Jornada de discursos: Allan Rodríguez y Jimmy Morales

En su primer discurso como presidente del Congreso, Allan Rodríguez llamó “un esfuerzo de madurez” la integración “de una Junta Directiva plural, multipartidaria e incluyente”. Señaló que la nueva directiva destacaba por ser integrada por diputados distritales.

“Esto es una muestra de la descentralización parlamentaria, que permite que el centro de la gravedad del debate y la agenda parlamentaria tenga la voz, el rostro y la mirada de las necesidades de las poblaciones que viven en los lugares más lejanos del país”.

Entre sus ofrecimientos habló de transparencia, de acercar el Congreso a la población y comunidades lejanas, de tener puertas abiertas y modernizar el Congreso.

Hay un detalle importante que el nuevo Presidente del Congreso minimizó: Esta legislatura debe elegir a los magistrados de las Cortes de Justicia y del Tribunal Supremo Electoral este año. Una de las candidatas a la Corte Suprema de Justicia, es la hermana de los diputados “traidores”, Nájera.

Al concluir la sesión, ocho horas después de haber iniciado, Rodríguez hablaba de buscar la gobernabilidad. Dijo a los medios que tenían una agenda con 52 iniciativas de ley prioritarias, pero no precisó a cuáles darían prioridad. Por su parte, las bancadas Semilla, Bien, Winaq, Creo, URNG y un representante del PAN anunciaron una agenda acordada para impulsar 17 proyectos de ley.

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Cuando llegó el tiempo para el discurso de Jimmy Morales, el hemiciclo parlamentario empezó a vaciarse. Los diputados de la UNE y de Winaq se retiraron. Mientras que la única protesta de la bancada Semilla fue no ponerse de pie a su ingreso.

Varias horas antes de su arribo, el presidente saliente del Congreso, Álvaro Arzú Escobar, había reconocido en su discurso de despedida, la gestión de Morales y la de Jafeth Cabrera.

“El presidente Morales y el vicepresidente Cabrera pasarán a la historia como gobernantes que defendieron soberanía del pueblo guatemalteco y, al hacerlo, sentaron un criterio sólido de la forma correcta de rescatar, defender y preservar la dignidad de los guatemaltecos”, dijo Arzú en clara relación a su decisión de sacar a la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), fuera del país.

Aproximadamente a las cinco de la tarde, Morales tomó la palabra e inició un discurso con una «jimmylosofía», como él mismo ha nombrado a sus reflexiones. «Todo lo que escuchamos es una opinión y no un hecho, esto lo dijo hace 1,900 años Marco Aurelio, el último emperador bueno del imperio romano».

Esa fue la introducción para hablar de las críticas a su gobierno. «Sé y confío en la sabiduría del pueblo, que como se dice, al final es el verdadero ejército del rey. Y en nuestro caso, quizá el verdadero ejército del presidente, el que sea el factor que permitirá, con el tiempo, diferenciar las opiniones de los hechos y de la realidad».

Morales se dijo acosado y criticado. Aunque entre sus logros nombro el libramiento de Chimaltenango, que tuvo varios derrumbes días después de su inauguración, insistió que existió una persecución en su contra. 

Fueron «244 amparos y 17 antejuicios…el 65.67% no procedieron», dijo a una audiencia mermada. Ya no había 160 diputados en el Pleno, porque cuando tomó la palabra se retiraron los diputados de la UNE y Winaq, que dejaron los asientos vacíos en toda el ala derecha del hemiciclo.

Los ausentes y las ordenes de captura

Durante la sesión plenaria, que inició a las 10 horas (una hora después de lo pactado) se notó la ausencia de distintos diputados conocidos principalmente por sus procesos pendientes con la ley.

Armando Escribá y Estuardo Galdámez, (FCN-Nación), Luis Hernández Azmitia (Podemos) y Ronald Arango (Todos), fueron algunos de los diputados que no lograron la reelección y que no se presentaron a la última sesión del Congreso.

Escribá, por estar detenido, es acusado de adjudicaciones anómalas de obras públicas. Los demás y otra lista de cinco diputados más, amanecieron el 15 de enero con órdenes de detención y citaciones a comparecer ante la justicia por el caso Asalto al Ministerio de Salud.

 

 

La Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI) ejecutó la aprehensión de Chavarría, pero a los otros no los encontró en sus viviendas. A estos diputados se les acusa de haber formado una estructura criminal que se benefició de plazas y comisiones por contrataciones de personal, adquisición de servicios y comisiones por remozamientos y construcción de hospitales y centros de salud.

La FECI también solicitó la detención de los exdiputados del Parlamento Centroamericano Gilmar Othmar Sánchez y Roger Haroldo Rodas Melgar. El primero por un caso de fraude y lavado de dinero en el caso Botín Registro de la Propiedad, del que salieron absueltos el hijo y el hermano del presidente Jimmy Morales. El segundo, por su participación como miembro del gabinete de gobierno que aprobó los fondos para el proyecto fallido del Transurbano, durante el gobierno de Colom.

Por último, Ferdy Ramón Elías Velásquez fue citado a primera declaración por un caso de chantaje parlamentario. El exministro de Salud, Carlos Soto, denunció que el exdiputado acudió a su despacho en 2018 para pedir el 10% de un préstamo por seis millones de quetzales que sería aprobado por el parlamento.

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