Según las evidencias científicas, el planeta se ha calentado por el aumento en la concentración de los gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera, lo cual guarda una relación estrecha con las emisiones resultantes del uso de combustibles fósiles y de la deforestación, ambos ligados a la trayectoria de desarrollo de la población humana, especialmente desde la revolución industrial. Combatir el cambio climático implica tomar medidas para que no aumenten más las concentraciones de los GEI y, de ese modo, que tampoco aumenten la temperatura global y los otros cambios en el clima derivados de esta. Por consiguiente, las medidas urgentes para combatirlo están relacionadas con las fuentes de energía que utilicemos, con la eficiencia en el uso de la energía, con la base del crecimiento económico y de la producción y con los volúmenes y patrones de consumo y de cómo manejemos los ecosistemas terrestres, tanto los naturales como los modificados. Todos estos temas son abordados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 7, 8, 12 y 15.
Los efectos del cambio climático tienen y tendrán un impacto profundo sobre el desarrollo. Aunque se tiende a visualizar el cambio climático como un tema ambiental, sus efectos alcanzan prácticamente todas las actividades humanas. Se conocen impactos sobre la salud humana, los recursos hídricos, los medios de vida y de producción, la infraestructura, los poblados, las ciudades, los mares, los océanos y los ecosistemas terrestres. Estos son los temas a los que se refieren los ODS 1, 2, 3, 6, 7, 8, 9, 11, 12, 14 y 15. Por lo tanto, todo trabajo relacionado con dichos objetivos debe tomar en cuenta los posibles efectos del cambio climático.
Hasta ahora se han mencionado 11 de los 17 ODS por su relación directa con el cambio climático. Sin embargo, con los objetivos restantes también hay relación, solo que de manera indirecta. Los objetivos relacionados con la educación y la equidad de género (objetivos 4 y 5) son fundamentales para combatir los efectos del cambio climático por su contribución al aumento de la resiliencia de la población. Asimismo, el cambio climático puede ser un elemento que aporte un aumento en la desigualdad entre países y también puede tener influencia en la conflictividad dentro y entre países. Por lo tanto, también hay relación con los ODS 10 y 16. Finalmente, el ODS 17, que se refiere a fortalecer los medios de ejecución y revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible, es fundamental para el combate del cambio climático y sus efectos.
En países como Guatemala debe conferírseles prioridad a las medidas para evitar o reducir los impactos del cambio climático en todos los sectores. Sin embargo, existe urgencia mayor en abordar las vulnerabilidades más altas, que se encuentran en la población pobre y marginalizada (que incluye gran parte de los pueblos indígenas), en el área rural, en ciertas zonas de los centros urbanos y en la agricultura de subsistencia, aunque estas categorías tienden a coincidir geográfica y demográficamente. No cabe duda de que el cambio climático será un factor determinante en el cumplimiento de los ODS en Guatemala.
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