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Confesiones de un escéptico: la conversión (2)

El niño con fe, que en su inocencia acepta la absurda idea de un Dios personal, se da cuenta que si este existe seguramente tiene asuntos mucho más importantes que atender
Tipo de Nota: 
Opinión

Confesiones de un escéptico: la conversión (2)

20 de Agosto de 2012
Palabras clave

Para dejar de creer en la divinidad no se requiere de un evento traumático. Puede ser un proceso gradual en el cual se va acumulando cierta evidencia en contra de aquello que antes se tenía como dado, como incuestionable.

Algo similar ocurre cuando de niños vamos descubriendo que los cuentos de Santa Claus, el Ratón Pérez, o la cigüeña que trae bebés desde París, son juegos de los adultos para alimentar nuestras fantasías o para evadir temas serios e importantes, como los de la sexualidad y la reproducción.

En mi caso personal hubo dos procesos paralelos: uno de experiencia de vida y otro más intelectual. En el primer nivel tengo memorias desde muy pequeño, momentos en los cuales uno acude a la divinida...

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