La Comisión de Postulación recibió hasta el 7 de marzo de 2014 las postulaciones de 30 candidatos que buscan dirigir al MP, incluyendo a Claudia Paz y Paz, Thelma Aldana, Eunice Mendizábal, Acisclo Valladares, Julio Rivera Clavería y Anabella de León, por mencionar a algunos de los candidatos que en principio parecen más fuertes.
Tras una primera revisión de los expedientes se descalificó a 14 candidatos, quienes tuvieron la oportunidad de presentar pruebas de descargo en la sesión de este miércoles 19 de marzo. De acuerdo a la información de prensa, cuatro candidatos habrían sido separados ya definitivamente de este proceso.
Lo que veremos a continuación es la apertura de un período de tres días para la Auditoría Social, en los cuales, cualquier persona, de manera fundamentada, pueda realizar señalamientos contra los aspirantes. Éste será el momento de las tachas, en el cual las tácticas de desgaste se convierten en la marca de la casa. Es la hora de sacar los esqueletos del closet, desenterrar a los muertos, y dejar salir actas, escrituras, contratos y patrocinios profesionales, entre otros instrumentos, que siembren la duda sobre la idoneidad y honorabilidad de los 26 que continúan en la carrera.
Éste es el momento del proceso en el cual, la ferocidad de las organizaciones e individuos que lo monitorean, desalienta a profesionales que potencialmente cumplen con los requisitos de idoneidad y honorabilidad, pero rehúyen presentarse por este escrutinio sobre sus personas. No se puede explicar de otra forma, la reducción de postulantes, de los más de 80 que se presentaron en 2009, a menos de la mitad en este año.
En este punto cabe reflexionar también en que entre las candidaturas presentadas existen aquéllas que pueden considerarse legítimas y con posibilidades serias, y aquéllas que han sido lanzadas con el objetivo de proteger a otras, o constituirse en distractores de la actividad de fiscalización de la sociedad civil. Por su origen, básicamente tres grupos de profesionales se presentaron al proceso: los fiscales de carrera, abogados litigantes, y funcionarios públicos de otras dependencias. De este último grupo es del cual se identifican a los candidatos más fuertes.
La anunciada “campaña negra” contra Claudia Paz y Paz recrudecerá en este momento del proceso. Al antejuicio ya planteado, se unirán sin duda otros elementos que buscarán destruir la imagen de la Fiscal, torpedeando los instrumentos y políticas que fueron establecidos en el MP a partir de 2010, y que no han hecho otra cosa sino ordenar las políticas de investigación criminal de acuerdo con los estándares de la Corte Penal Internacional. Dependerá de la Comisión Postuladora definir si tachas de esta naturaleza son aceptables o no.
Sin embargo, una de las principales lecciones que empieza a dejar este proceso, es que el modelo de las Comisiones de Postulación está agotado. Como lo he afirmado en otras columnas, permitir que los abogados elijan a los jueces en un error de gran magnitud, al igual que dejar a los partidos políticos nominar a los jueces del Tribunal Supremo Electoral.
En el caso de la participación de la Academia en las Comisiones de Postulación para el Sistema de Justicia, ésta se ha convertido en una puerta trasera para facilitar que los abogados litigantes –que ejercen también como docentes universitarios– tengan injerencia en el proceso, cuando se encuentran ya representados a través del Colegio de Abogados. Esto sin mencionar los intereses de grupos de poderes fácticos.
El desgaste para todos los sectores cada cuatro años es muy grande. Lo suficiente para pensar que alguien podría enarbolar la bandera de una tregua, y pensar en un pacto para una reforma constitucional que se enfoque exclusivamente en el capítulo sobre el Sistema de Justicia, para evitar que en 2018 este juego dé inicio una vez más.
Mientras tanto, vamos a ver qué nos trae la etapa de la auditoría social…
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