El Burgués bohemio (la contracción bo – bo no es originaria del castellano sino que del francés y el inglés, en español sería algo así como bu - bo) si fuera considerado una clase social, no sería identificado por su relación con los medios de producción, sino que por sus patrones de consumo. Parece ser que posterior a la década de los ochenta en la cual proliferaron los yuppies (adinerados ejecutivos de empresas), algunos de éstos mutaron mostrando algún barniz cultural y una sofisticación de sus gustos con el fin de abandonar el consumismo frívolo tan típico de la época, abriendo un enorme nicho de mercado para productos provenientes del comercio justo, los productos amigables con el ambiente y todos aquellos que permitan mostrarse como bohemios, pero satisfaciendo patrones de consumo para alto ingreso.
No hay que confundir la informal clasificación con otras, por ejemplo los “esnobs” son aquellos que tratan de imitar a una clase o grupo social que consideran superior, en su vestimenta, hábitos, lenguaje; y no serían molestos de no ser porque a esa imitación del que consideran superior acompañan un desprecio por aquellos a los que consideran inferiores, algo parecido a los “wannabes” que abundan en el medio nacional. Esta abundancia de “wannabes a la tortrix” da por resultado una categoría muy seria tanto en los social como en lo étnico, la de los “negadores negados” que primero niegan su clase en sí y terminan siendo negados por su aspiracional clase para sí.
Pero volviendo a los bobos, hay un dato interesante; a ellos se les atribuye el fenómeno de “gentrificación” de barrios populares, éste es un fenómeno urbano que se manifiesta cuando un grupo de personas con un buen nivel económico invierten en y desarrollan barrios degradados que pasan por cuando menos tres fases bien identificadas: la fase de abandono por clases medias – altas, una fase de repoblación por parte de clases bajas y una fase de revitalización económica, se encuentran citados ejemplos como el Soho en Londres, la Colonia Condesa en México D. F. y podríamos agregar en nuestro país, el caso de Cuatro Grados Norte.
A mediados del siglo XIX se publicaron en la revista Punch en Inglaterra escritos por W. Makepeace, una serie de artículos cuyo título traducido al castellano era “Los esnobs de Inglaterra por uno de ellos”, quizá en este espacio pueda algún día profundizar el tema, con un título parafraseado “Los bobos de Guatemala por uno de ellos”, el único riesgo es mutar en negador negado, mientras no es mala idea gestionar un préstamo para invertir en un gentrificado Cuatro Grados Norte.
Más de este autor