A lo largo de esta serie de artículos he presentado la siguiente idea: La tensión conceptual existente entre la centro izquierda-social demócrata y una centro-derecha conservadora. Al menos así lo refiere Žižek en uno de sus últimos libros, Viviendo el final de los tiempos. La variable de carácter interviniente que denota cuáles son las posiciones políticas moderadas lo constituye primero, la existencia de una tolerancia explícita hacia las expresiones públicas (ya sea por parte de la oposición reconocida o por parte de la ciudadanía). Segundo, el mecanismo de canalización y vinculación hacia el ´sistema´ por medio de la representación de tipo político formal. Si se sostienen las tradicionales lógicas binarias (blanco-negro, malo-bueno, poderoso-débil), la comprensión de las transformaciones políticas obliga entonces a la búsqueda de proyectos con carácter hegemónico y desde allí, de acuerdo a la pureza ideológica, realizar los juicios de valor. Bajo esta lógica entonces, no importa que la Rusia actual sea tan capitalista y buscadora de rentas como lo es Estados Unidos, para ciertas izquierdas cualquier acción generada por el liderazgo de Putin se interpretará como hace 50 años: Resistencia frente a Estados Unidos. Lo mismo sucede con el proyecto político bolivariano o con el complejo conflicto palestino-israelí.(1) Si los tonos de grises desaparecen, es más difícil por ejemplo, tratar de comprender articulaciones políticas como la de Bachelet o la de Mujica, donde queda claro que no se trata tanto de un juego ´ellos vrs. los otros´ sino de la capacidad ciertos liderazgos políticos en la izquierda por navegar cómodamente en los diferentes espectros ideológicos. El mejor ejemplo quizá lo constituye Mujica: Se entiende como libertario(2) en cuanto a aquellas cuestiones relacionadas al derecho de ´propiedad privada´ en el cuerpo humano (consumo de drogas y aborto) y se ha visto congruente con la captación de inversión privada(3) (a través de medios fuertemente cuestionables para las izquierdas como la minería). Todo y aunque, se entienda como de ´izquierda´. En América Latina no se puede decir que todos los proyectos políticos (sobre todo desde la izquierda) están orientados de la anterior manera. Incluso, Europa misma, en razón del resultado de las últimas elecciones al Parlamento Europeo, presenta una nueva re-configuración política que debe leerse con cuidado. ¿Cuáles son los autores contemporáneos que hoy pueden resultar útiles al intentar comprender las nuevas articulaciones políticas?(4) He decidido referir tanto a aquéllos que viven escondidos en la torre de cristal (siendo casi desconocidos para el público) y aquéllos que por el contrario, mantienen una presencia mediática muy fuerte combinada con alguna presencia en los pasillos universitarios. Cuatro autores entonces: 1) Bernard-Hery Lévi ( BHL) de quien ya hemos escrito suficiente, 2) Slavoj Žižek (a quien referíamos en la última columna, con respecto a la foucualtiana descripción de la ocupación israelí en Gaza en tanto una forma de control bio-político); 3) Ernesto Laclau (recientemente fallecido y cuya obra La razón populista sigue siendo fundamental)(5) y 4), quizá, Félix Ovejero. Refiramos entonces al irreverente y poco refinado Slavoj Žižek. Ha sido él precisamente quien delimita la nueva ´frontera´ en cuanto a los alcances de la comprensión contemporánea de lo político. En esta perspectiva, la nueva lógica se construye en razón de una bipolaridad entre la política y la ´postpolítica´. Ahora bien, ¿qué entendemos aquí por política? Para desarrollar un diálogo entre los autores citados, regresemos a BHL para darle respuesta a la anterior pregunta. En la posición de BHL, quien además se define como liberal y europeísta (aunque se entiende a la izquierda por un carácter claramente anti-fascista), es importante comprender que las ideologías no son monolíticas, ni rígidas, mucho menos están escritas en piedra. Mientras esto no sea un punto teóricamente comprendido será muy difícil desprenderse de las posiciones ´duras y panfleteras´. Un autor como BHL puede auto-entenderse a la izquierda y definirse como liberal en razón de dos aspectos fundamentales: 1) la reflexión libero-política originada en Locke tiene, primero que todo, una crítica dirigida hacia el ´el problema de la acumulación´ (¿Qué tanto es justo acumular? se pregunta Locke) y, 2) el problema del ´cuerpo´ como la primera forma de propiedad (de la cual se desprenden todas las demás formas cosificadas de bienes) es un aspecto con el cual la gran mayoría de personas aceptaría.(6) BHL interpreta los problemas contemporáneos y la solución es clara: ´articular las demandas en partidos políticos moderados cuyos valores sean la tolerancia, la democracia participativa, la solidaridad y el respeto a la dignidad humana´. Por ello, BHL se entiende como europeísta y defendía a rajatabla el ingreso de Croacia y Ucrania en el proyecto europeo “pues la mejor defensa contra los euroescépticos es un buen ataque, seguir adelante en la ofensiva por más Europa´. El anterior párrafo tiene un altísimo componente ´institucionalista´. La acción de los actores regulada por medio de mecanismos políticos cuyo interés es evitar cualquier grado de violencia. Pero, si como lo articula Slavoj Žižek, esto es una suposición falsa producto de una ´adoración´ extrema de los ideales ilustrados (pluralidad, ciudadanía o tolerancia), ¿Hay otra forma de acción política? Para Žižek la hay, y la ha denominado “postpolítica”. En BHL hay una definición de Lo Político cómo ´el ordenamiento u organización de la existencia humana´. En Žižek, estamos articulado la noción de ´Acto Político´ definido desde ´La política´ como: “motivos y acciones políticas reducidos a una lógica entre ¨amigo y enemigo”.(7) Žižek nos obliga a re-considerar la teoría materialista del acto post-político. De esto, en la siguiente entrega. Notas (1) Es muy fácil para las izquierdas tradicionales criticar la ocupación israelí, en tanto y cuanto no está haciendo otra cosa que denunciar el carácter hegemónico de un Estado de construcción europea. Pero es triste, por ejemplo, que buena parte de las izquierdas no refieran nada a los logros que la izquierda israelí ha tenido. Las izquierdas en Israel lograron algo importante en materia de derechos civiles: que la ley del retorno permita que personas del mismo sexo puedan inmigrar conjuntamente con su pareja (aunque ésta no sea judía y aunque no estén casados). En India, la izquierda ha tenido una derrota electoral terrible, y es una izquierda que sigue usando la hoz y el martillo como símbolos. En el África Negra, la noción de izquierda no es otra cosa que anti-militarismo. Poco o nada en materia de derechos civiles, identidad ciudadana, identidades mixtas. En eso Israel y sus articulaciones de izquierda están muy avanzadas. ¿Acaso un hecho como éste eso no debería construir puentes de diálogo entre la izquierda secular anti-ocupación israelí y las izquierdas mundiales? (2) No hago sino repetir las propias palabras del presidente Mújica quien se definió en una entrevista cómo ´medio libertario; tengo mi manera de pensar: yo no pienso con el sentido de partido único, soy socialista pero mucho más autogestionante, mucho menos estatista´. Nótese que aquí el sentido libertario está ligado a un carácter de menos estatismo. (3) “La minería es productiva para el país porque diversifica productos, adquiere una nueva cadena de valor, además de crear un impuesto adicional y tener un fondo intergeneracional para hacerlo sustentable y sostenible”. Esta declaración, para los estándares guatemaltecos suena al CACIF pero es, de hecho, una declaración pública del actual Ministro de Medio Ambiente uruguayo. (4) La anterior pregunta debe encontrar una delimitación, en razón de lo compleja y profunda de la misma. No es para menos, prácticamente equivale a la estructura de un curso sobre Pensamiento Político Contemporáneo. El alcance de estos artículos no pretende ser tan complejo pero si, proveer al lector de esta columna, un listado mínimo de cuatro autores que vale la pena considerar como los ´filtros´ útiles para comprender nuevas articulaciones y corrimientos político-ideológicos. (5) Al hacer la referencia a Laclau, debo de confesar que hay una influencia intelectual mucho más determinante: la de Antonio Gramsci. Si bien no es un autor que pudiese considerarse como contemporáneo, sigue siendo un clásico vivo en razón de comprender las articulaciones de partidos hegemónicos (tensión entre dirigentes y dirigidos) frente a proyectos de sociedad civil que buscan adquirir el criterio de hegemonía. (6) La distinción importante entre liberalismo político y liberalismo económico es fundamental. Es fundamental considerarla porque fue uno de los tantos esfuerzos teóricos loables de Bobbio y además, permite que el lenguaje de las libertades políticas no sea secuestrado por los reaccionarios. El problema del liberalismo económico es el siguiente. Como lo explica correctamente Chantal Mouffé: ´el desafío para las agendas políticas emancipadoras respecto del liberalismo consiste en criticar aquello que en él ha permitido la subsistencia de privilegios y desventajas estructurales y de las relaciones de dominación que ellas configuran, sin llegar a renunciar a aquello que en el liberalismo pueda haber de emancipador. En suma entonces, un liberal político, al considerar que las desigualdades son ´naturales´ estará girando a la derecha mientras que, si las considera ´artificiales´ (resultado de los procesos económico-político) estará en algún grado entrando al universo de las ´izquierdas´. (7) En realidad, estas últimas distinciones entre el ´Acto Político´ y ´La Política´ son autoría de Schmitt.
Más de este autor