Amores que matan

Al separarse se fue a vivir a la casa de su mamá, así conoció a *Gustavo un vecino que con su encanto le conquistó y de nuevo creyó en el amor.

Pasaron unos cuantos meses y se fueron a vivir juntos. Gustavo era un hombre casi perfecto, un buen compañero, solamente sus celos eran con lo que Angela no podía convivir. Fue entonces que tras cuatro meses de convivencia decidieron separarse.

Gustavo insistió y la chantajeó con que no podía vivir sin ella y le pidió regresar, ella enamorada dijo que sí. No tardaron en volver los momentos felices pero los tristes también. Una noche Gustavo llegó a su casa, iba diferente. Angela dice que parecía borracho. Tras insultarla, y a su familia, ella lo echó de la casa. Él no quiso entender, en lugar de irse sacó una hachuela y la clavó en  la cabeza de Angela.

Gustavo insistía en que si no era para él, no era para nadie. Los celos enfermos le cegaron, le gritaba e insultaba mientras le seguía clavando el hacha. Logró cercenarle dedos y ambas manos. Cuando llegaron los bomberos, ella estaba casi moribunda. Afortunadamente llegaron a tiempo y en el hospital pudieron volver a colocar sus manos. Aunque aún faltan algunas intervenciones, ella agradece estar con vida.

Nunca más volvió a ver a Gustavo, él está preso y en poco tiempo va ir a juicio por intento de femicidio.

La historia de *Carlos y *Javier no es diferente, ellos fueron amantes felices en un tiempo de su vida. Ahora las peleas y los golpes han llegado a la casa. En este  caso no hay denuncia ni demanda de por medio, la sociedad aún no está preparada para entenderlo, aunque las agresiones han sido graves.

Conozco la historia de *Jennifer y *Fernando. En este caso es Jennifer la que en algunas ocasiones ha golpeado a Fernando, cuando él no hace las cosas que ella quiere. A veces parece que juega con fuego, él no reacciona, si lo hiciera podría golpearla más fuerte, temo que ese día llegue.

Estas tres historias las conocí en el lapso de la última semana, justamente cuando se celebra el Día de la no violencia contra las mujeres.

Aunque entiendo que el proceso para separarse de quien se ama, cuando hay golpes, es duro, no logro entender por qué algunas personas esperan tanto y a que todo empeore  para separarse.

La violencia puede no ser solo física, se da de forma psicológica, económica, se da incluso cuando la pareja intenta minimizar la capacidad intelectual de una persona, tiene muchos tintes. Tampoco es solo hacia las mujeres, también se da de ellas a los hombres.

Angela hoy recibe terapia psicológica porque las secuelas de la idea de morir a manos de la persona que amó aún no han terminado.

La violencia intrafamiliar no entiende de género, ni de clase, ni de etnia, ni de religión, solo tiene un tiempo y es hasta que la muerte los separe.

* Los nombres han sido cambiados para no revictimizar a las personas involucradas en estos casos.