Por eso, continúo con mi agenda municipal, creando imaginarios de país y de ciudad; sólo así, teniendo claro el deber ser, es que podemos obligar a los políticos a trabajar más en planes de gobierno y no en canciones pegajosas.
Los mercados y las ciudades van de la mano, la actividad comercial en espacios públicos es tan antigua como la ciudad misma. Los mercados, al igual que las ciudades latinoamericanas, han crecido de forma desordenada y desbordada. Dicha situación los ha aniquilad...
Por eso, continúo con mi agenda municipal, creando imaginarios de país y de ciudad; sólo así, teniendo claro el deber ser, es que podemos obligar a los políticos a trabajar más en planes de gobierno y no en canciones pegajosas.
Los mercados y las ciudades van de la mano, la actividad comercial en espacios públicos es tan antigua como la ciudad misma. Los mercados, al igual que las ciudades latinoamericanas, han crecido de forma desordenada y desbordada. Dicha situación los ha aniquilado porque, aun y cuando son un foco importante de comercio para nuestras ciudades, en su mayoría los ha alejado del vecino que prefiere ir a un supermercado de cadena para comprar frutas y verduras en un ambiente más limpio y seguro.
Estos espacios públicos se han convertido, en muchos casos, en lugares oscuros, inseguros, sucios y fuera de la ley, como el mercado la Terminal. Y aún y cuando la comuna se precie de los esfuerzos de remodelación en algunos otros casos, como en el mercado Cervantes, pintar un mercado verde muni no implica una inmediata transformación de éste en un espacio agradable. Para transformar estos abastos es necesario que se implementen estándares de limpieza, que sean lugares iluminados y controlados por una autoridad.
Otro aspecto que aleja a muchos de comprar en mercados es que la mayoría de las veces no queda tan cerca de sus casas. Incluso, pareciera que el mismo caos que impera en los mercados se ve reflejado en la planificación urbana de la Ciudad de Guatemala, en donde las nuevas colonias y barrios carecen de mercados. Sin embargo, imagínese que, tal y como está pasando en otras ciudades, existiera una o dos veces a la semana en su barrio o colonia la posibilidad de comprar producto fresco (verduras, frutas, mariscos, flores, etc.) a precios accesibles, sin intermediarios. Al igual que el proyecto plaza móvil, que permite a los ciudadanos tener parques en donde no hay espacio, los mercados móviles ofrecen la posibilidad de llevar productos frescos a mejores precios a quienes viven en lugares donde no se planificó un mercado cercano. Este proyecto es tan beneficioso para quien vende como para quien compra. En otros países ha generado un nuevo mercado para las cooperativas agrícolas y el consumidor encuentra en este tipo de mercado mejores precios, productos más frescos y disminución en la compra de impulso.
La interacción social permite la disminución de la violencia. Es por eso que retomar los espacios públicos, o bien crearlos cuando nunca han existido, es vital para una mejor calidad de vida. Cuando los candidatos a la alcaldía ofrecen seguridad uno se cuestiona cómo pretenden lograrlo, puesto que la seguridad es una función principal del gobierno central a través de la policía, y ese tipo de ofrecimiento confunde a la población. Los alcaldes deberían de ofrecer y planear programas que, como efecto y no como fin, disminuyan la violencia.
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