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¿Qué busca Ahmadineyad en Nicaragua?

La visita de Ahmadineyad tiene en esta ocasión un sentido más político: el líder iraní busca mostrar el respaldo político de sus aliados del bloque del ALBA en América Latina
Datos del Banco Central de Nicaragua muestran que la cooperación iraní a Nicaragua es exigua, a pesar de las promesas oficiales.
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¿Qué busca Ahmadineyad en Nicaragua?

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El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, aterrizó este martes en Nicaragua, dentro de su gira relámpago por América Latina, para asistir a la ceremonia de investidura de Daniel Ortega. Ahmadineyed visita por segunda ocasión el país, pero esta vez su llegada no genera las mismas expectativas de 2007, cuando aterrizó con una maleta cargada de promesas de cooperación que hasta ahora no se han cumplido.

“Saludo cordial al pueblo nicaragüense y un saludo y a todos los pueblos independistas. Doy las gracias a Dios por darle la oportunidad de estar en una tierra solidaria. Nicaragua tiene fama mundial por su esfuerzo y todo lo que ha hecho para obtener estabilidad, justicia y paz”, dijo Ahmadineyad en breves declaraciones tras su llegada al país.

La visita de Ahmadineyad tiene en esta ocasión un sentido más político: el líder iraní busca un teatro diplomático para mostrar el respaldo político de sus aliados del bloque del ALBA en América Latina, a fin de mejorar su imagen de aislamiento internacional resultante de la fuerte presión que enfrenta el programa nuclear desarrollado por Irán. La pregunta que algunos analistas se hacen es ¿cuánto le puede ayudar a los intereses estratégicos de Irán tomarse una fotografía con Daniel Ortega? Probablemente nada, aunque a la diplomacia de Nicaragua, el acercamiento con Irán en un momento en que se encuentra bajo la presión y sanciones de parte de Europa y Estados Unidos, le traerá menos beneficios. 

Las promesas del 2007

En 2007 Ahmadineyad estuvo dos días en el país. Visitó barrios del sur Managua donde simpatizantes del FSLN fueron movilizados para saludar el controvertido líder iraní. “¡Mahmud! ¡Mahmud!”, lo aclamaban los vecinos de esos barrios, donde Ahmadineyad besó a niñas, escuchó las palabras de bienvenidas de maestros de primaria, fue condecorado por Ortega con la Orden Augusto C. Sandino en el máximo grado de “Batalla San Jacinto” y  prometió cooperación para combatir la pobreza.

Sin embargo, de aquella cooperación prácticamente no se ha visto nada. Lo único cierto que dejó aquella visita de Ahmadineyad fue la apertura de embajadas en Teherán y Managua. Ortega y Ahmadineyad firmaron un memorando de entendimiento para garantizar cooperación energética, comercial y de infraestructura. Además, la visita del líder iraní generó mucha expectativa por la posibilidad de condonar la deuda que Nicaragua tiene con ese país, que asciende a 152 millones de dólares, pero que hasta ahora no se registra ningún avance.  Irán prometió “considerar” esa condonación.

Datos del Banco Central de Nicaragua muestran que la cooperación iraní a Nicaragua es exigua, a pesar de las rimbombantes promesas oficiales. El Informe de Cooperación Oficial Externa, cortado al primer semestre de 2011, muestra que la cooperación de Irán, sumada desde 2009, asciende apenas a 300 mil dólares, que fueron invertidos en la construcción del Policlínico por la llamada Sociedad de la Media Luna iraní.

Irán tampoco representa un importante socio comercial para Nicaragua. Datos del Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex) muestran que las exportaciones nicaragüenses a Irán ascendieron a 35 mil dólares entre enero y diciembre del año pasado. De hecho, las exportaciones nicaragüenses a Israel, el gran enemigo de Irán, representaron más que las enviadas a Irán. Según el Cetrex, Nicaragua exportó a Israel 361,565.60 dólares entre enero y diciembre del año pasado.

En el memorando firmado entre Ahmadineyad y Ortega en 2011, Irán se comprometía a apoyar a Nicaragua con la construcción de presas para producción energética, inversiones en el sector pesquero, construcción de viviendas para sectores populares y la instalación de fábricas iraníes en Nicaragua para la fabricación de vehículos pesados, motocicletas, bicicletas, producción de cemento e inversiones en el sector agrícola.

Recientemente el embajador iraní en Managua, Morteza Khalaj, dijo que su gobierno mantiene negociaciones con el Gobierno de Ortega para definir las necesidades de cooperación nicaragüenses, pero no informó sobre el cumplimiento de todas las promesas hechas hace ya cinco años.

Irán tampoco representa un aliado de peso para los inversionistas nicaragüenses.  El general (r) Alvaro Baltodano, Delegado Presidencial para las Inversiones, admitió que no se ha concretizado la mayor parte de los proyectos presentados a la delegación iraní que visitó Nicaragua al inicio de la Administración Ortega. De hecho, tampoco hay citas previstas para hablar del tema durante la presente visita de Mahmoud Ahmanidejad, por lo que a las autoridades nicaragüenses sólo les queda la “esperanza de que los proyectos aún estén vigentes”, reconoció Baltodano.

La visita, por lo tanto, es más importante para la imagen diplomática de Irán que para Nicaragua. La República Islámica necesita de respaldo internacional en momentos cuando las potencias europeas y Estados Unidos le han estrechado el cerco por el avance del programa nuclear desarrollado por Ahmadineyad. Irán anunció recientemente que había concluido con éxito ensayos navales en el Estrecho de Ormuz, lo que le valió el recrudecimiento de las sanciones occidentales. El Gobierno de Ahmadineyad respondió con amenazas de cerrar el Estrecho, clave para el comercio mundial de hidrocarburos: por allí sale el 40% de la producción mundial de crudo. Es por eso que ahora Ahmadineyad recurre a sus aliados latinoamericanos en busca de apoyo diplomático.

Problemas internos en Irán

El presidente iraní, controvertido por sus declaraciones contra Israel nación a la que ha amenazado con “borrar del mapa”, es señalado por organizaciones internacionales de violar los derechos humanos en su país. En Irán la homosexualidad es condenada con la pena de muerte, las mujeres pueden ser castigadas por no usar bien la vestimenta islámica y el régimen reprimió a plomo a miles de manifestantes que protestaban en Teherán por lo que consideraron un fraude gigantesco en las elecciones generales de las que Ahmadineyad resultó vencedor. Los resultados oficiales mostraron al presidente ganando con una amplia mayoría de 63% de los votos, en contra de todas las predicciones.

Ahmadineyad ha desarrollado un régimen populista, autoritario y represivo, pero las críticas occidentales están más dirigidas al desarrollo de su programa nuclear que, según el régimen es impulsado con objetivos civiles. Su fuerte discurso contra Estados Unidos ha encontrado eco en América Latina, principalmente en las naciones aliadas al presidente de Venezuela Hugo Chávez, que el lunes en Caracas lo recibió como a un hermano.

“La gente de Latinoamérica ha tenido un pensamiento anticolonial y ahora se ha levantado y resiste frente a los excesos del régimen de opresión”, dijo Ahmadeniyad en un discurso hecho a las medidas de las simpatías de Chávez y sus socios del ALBA. 

**Este artículo es parte de El Confidencial y es reproducido con su autorización por Plaza Pública. 

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