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¿A quién se debe Otto Pérez?

Lider se impuso electoralmente en 185 municipios, pero perdió las elecciones por diferencias importantes en el peso poblacional de cada municipio.
Lo interesante es que donde hay bajos niveles de violencia no prevaleció la percepción negativa y exagerada que muchas veces difunden los medios de comunicación social.
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¿A quién se debe Otto Pérez?

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Es cierto que simbólicamente el Presidente de la República representa al Estado y a la Nación, y por ello a todos los guatemaltecos. Pero en la práctica los políticos tienen el reto de mantenerse en el poder después de haberlo alcanzado, así que siempre enfrentan el dilema de cumplir con sus promesas o modificar sus agendas. Y no me refiero sólo de cara al electorado, sino también con relación a sus financistas de campaña. Aquí se analizarán los primeros.

El Partido Patriota (PP) ganó las elecciones presidenciales del recién pasado 6 de noviembre en sólo 148 municipios de los 333 que conforman la República de Guatemala. Esto quiere decir que el partido Lider se impuso electoralmente en 185 municipios, pero perdió las elecciones por diferencias importantes en el peso poblacional de cada municipio, pues nuestro sistema no reconoce poder colectivo alguno a dichas entidades territoriales, sólo a los individuos que habitan en ellas, a la hora de elegir a las autoridades del Organismo Ejecutivo. Así que analizar resultados electorales en términos territoriales puede resultar un tanto trivial.

No obstante, como ya lo he advertido con anterioridad, dado que desconocemos el voto de los individuos según sus características sociodemográficas, y nadie paga encuestas post-electorales, sólo nos queda ver el resultado agregado (el porcentaje de votos por municipio), que luego asociamos con las características también agregadas de cada municipio.

En el debate post-electoral se han hecho varios análisis a partir de dicotomías nacionales bien conocidas: el área urbana versus la rural, el interior de la República versus la Ciudad de Guatemala (i.e., la periferia/el centro), la población indígena versus la ladina, y los pobres versus los ricos (no-pobres, en realidad). Sabemos también que esas categorías se intersectan en buena medida: por ejemplo, gran parte de la población indígena es pobre y vive en el área rural; pero esto ha cambiado en las últimas décadas, por lo que se hace necesario un análisis más afinado.

A continuación, rompo las dicotomías y utilizo cuatro intervalos para cada eje de análisis, con base en los cuartiles de la distribución del voto a nivel municipal (o percentiles, P25, P50 y P75).

Esto nos permite entender mejor, indirectamente, el perfil de los electores según sus preferencias y, por lo tanto, a quiénes se deben los políticos, tanto los vencedores como los que pretenden constituirse en verdadera oposición.

Me limito a cuatro ejes: violencia, pobreza, ruralidad y auto-identificación étnica. Presento los promedios ponderados por la población de cada municipio y comparo con los resultados de la primera vuelta. Esto inmediatamente evidencia la recomposición de los bloques del electorado dependiendo de la oferta que tienen ante sí. No es lo mismo una competencia fragmentada en muchos partidos, que otra de tipo bipartidista.

 

Preferencias Electorales según Nivel de Violencia Homicida
Porcentaje Promedio del Voto Popular por Tipo de Municipio / ponderados por peso poblacional

En la primera vuelta el PP había ganado en todas las categorías, y el margen en los municipios muy violentos era mucho más amplio. Lo que queda claro es que la oferta de “mano dura” contra el crimen tuvo un efecto importante en las preferencias, de la manera esperada: donde hay más violencia  se exige que la seguridad ciudadana sea la prioridad. Lo interesante es que donde hay bajos niveles de violencia no prevaleció la percepción negativa y exagerada que muchas veces difunden los medios de comunicación social. Allí las prioridades fueron otras.

Es importante tener en mente que los resultados no son en blanco o negro. Hay tonalidades de grises, pues en todas las categorías obtuvieron votos las dos alternativas políticas. Lo definitivo son las diferencias en puntos porcentuales, pero ello no quiere decir que, por ejemplo, el PP ignore por completo al 40 por ciento de los electores de municipios violentos que prefirieron a LIDER. 

 

Preferencias Electorales según Nivel de Pobreza
Porcentaje Promedio del Voto Popular por Tipo de Municipio / ponderados por peso poblacional

 

En la primera vuelta el PP también había ganado en todas las categorías de municipios, y el margen en los municipios ricos era más del doble. ¿Se puede afirmar que el PP es el partido de los ricos y LIDER el de los pobres? No. Aunque el PP hubiese alcanzado el cien por cien del voto de los dos cuartiles superiores, no le alcanzaría para ganar la Presidencia, pues los no-pobres representan el 46 por ciento del electorado. Como se puede ver en el gráfico, las diferencias en clase media y pobre fueron pequeñas, en comparación con las observadas en los dos extremos.

Este es un buen ejemplo del dilema para el PP: si bien es cierto que ganó con amplio apoyo de quienes viven bien, económicamente hablando, para sostenerse en el poder necesita ganar más respaldo de los sectores que no le fueron tan favorables. A los primeros, puede cumplirles la promesa de menor inseguridad y eso, que no es poca cosa, puede bastarles.

En cambio, a la mayoría que vive en la pobreza siempre habrá alguna propuesta populista, de izquierda o derecha, que intentará cortejarla. Para ellos la seguridad también implica poder para defenderse de los vaivenes del mercado y del clima, es decir, disminuir su vulnerabilidad en todo sentido.

 

Preferencias Electorales según Porcentaje de Población Rural/Urbana
Porcentaje Promedio del Voto Popular por Tipo de Municipio / ponderados por peso poblacional

 

Se repite la historia de los dos casos anteriores, pues el PP había ganado en todas las categorías durante la primera vuelta y eso se revirtió en la segunda, excepto en la categoría más urbana, aunque la brecha en esta última era mayor.

Efectivamente, parece que lo urbano es simplemente otra forma de medir a ingresos y exposición a violencia. En las zonas urbanas es donde hay mejores condiciones materiales de vida, pero también donde acechan los depredadores, para robar, secuestrar y matar por esos bienes. En las zonas más rurales hay poco que extraerle a la población pobre. Así que el desafío es cómo llevar lo positivo del mundo urbano a quienes viven en el interior del país, sin condenarlos también a todo lo negativo. Si es que esto es posible.

Preferencias Electorales según Porcentaje de Población Indígena/Ladina
Porcentaje Promedio del Voto Popular por Tipo de Municipio / ponderados por peso poblacional

 

 

Esta es la única gráfica donde el avance de LIDER no fue tan amplio, pues revirtió relación en los municipios con mayores porcentajes de población indígena, pero no en las tres categorías, sino sólo en dos de ellas (en las de mayoría indígena). Donde hay minoría indígena el PP retuvo la supremacía electoral, aunque la ventaja se redujo.

Es curioso que el candidato que tuvo que reafirmar en su campaña que es guatemalteco (y no mexicano o libanés), y que tiene pinta de hombre blanco, logró sintonizar mejor con la población indígena que el candidato con ancestros en Zaragoza, Chimaltenango.

Seguramente esto está correlacionado con el hecho que en las zonas mayoritariamente indígenas los niveles de violencia son mucho más bajos que en el resto del país. Así que nuevamente, como en las áreas rurales y pobres, allí no pegó el discurso de “mano dura” porque las prioridades son otras, aunque en la Capital se repita hasta el cansancio que la violencia nos afecta a todos los guatemaltecos por igual.

Finalmente, sabemos que estas cuatro formas de categorizar a los municipios se intersectan entre sí, por lo que el PP obtuvo los mejores resultados en los municipios con estas características:

Arriba del 70 por ciento del voto:

Población indígena P25-P50, urbana, casi nada pobre,municipio muy violento                 

Población indígena<P25, rural, casi nada pobre, municipio muy violento                                            

Población indígena>P75, menos urbano, muy pobre,municipio violento                                            

Población indígena<P25, rural, casi nada pobre, municipio pacífico

Mientras que LIDER superó la barrera del 70 por ciento en municipios con las siguientes características:

Población indígena >P75, urbana, pobre,  y municipio violento

Población indígena P25-P50, rural, muy pobre y municipio pacífico

Población indígena >P75, menos rural, muy pobre y municipioviolento

Población indígena P25-P50, menos urbano, poco pobre,municipio muy violento

Población indígena P50-P75, menos urbano, muy pobre, municipio violento

Para simplificar este análisis podemos volver a las dicotomías y ver los resultados del PP en las 16 posibles categorías mutuamente excluyentes. En las mismas, entonces, podemos ubicar a los 148 municipios donde predominó dicho partido.

 

Carlos Mendoza, el autor de este análisis, es socio-fundador de Central American Business Intelligence.

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